sábado, 9 de junio de 2012

mensaje 11 de Mayo 2012




 
El que teme, es porque no confía en Mí. Y Yo quiero que todos confíen en Mí. Y os les digo, tengan mucho cuidado, porque el mal está pronto para tomar aquel que se tambalea, y cierra su corazón a la fe.  Por medio de el, el mal puede, y quiere destruir a muchos de mis hijos, robándoles la fe. Tengan mucho cuidado, muchos enemigos se acercarán a ustedes queriéndoles robar la fe. Os pues cuiden este tesoro, la fe es un don divino, y es gratuito.  Yo no les he cobrado por tener fe.  La fe se las doy, y la fe está con ustedes. Abran la puerta a la fe y tengan mucho cuidado, porque satanás se puede acercar a ustedes. Se los vuelvo a decir, y quiere acercarse por medio de aquel que le ha abierto la puerta al mal. Puede ser, aquel que os dice ser mi testigo, si les está robando la fe, en el está satanás. Aléjense no le escuchen, el ladrón está pronto, y aquel que diga que está conmigo y que es mi servidor, pero que está robándole la fe a su hermano. Sepan que no es mi discípulo, no está conmigo, y no está en la fe. Y aquel en el cual no está la fe, puede hacer daños muy grandes en ustedes, hasta puede apartarles del camino. Aquel que no cree en su Señor tiene temor, y aquel que le cree a su Señor,  se siente seguro en su Señor.  Aléjense de aquellos que vienen con piel de cordero, pero que en verdad en ellos está satanás. Porque satanás, en todo momento está tratando de robarles la fe. Es lo primero que busca, trata de robar siempre la fe, y después les quita la paz. Y después de quitarles la paz, los va desviando del camino. Porque los puede hasta tomar como un medio, también para que ustedes sean servidores de satanás. Si les digo esto es para que estén despiertos, y vigilantes. Pues os les digo, que muchos de mis hijos dicen ser mis servidores, y estar conmigo, pero también muchos de ellos se esconde satanás. Tengan mucho cuidado, cuídense los unos a los otros. Yo soy el Señor quien les está hablando. Cuiden mucho su fe, cuiden la fe que Yo les he dado.  Acuérdense que aquel que tiene fe, os en Mí y Yo en él, Yo puedo hacer por medio de él, cosas grandes y maravillosas. Aquel en el cual no hay fe, porque no abre su corazón, os les digo es un pobre mendigo, y va buscando a ver quien le ayuda. Y ve satanás, que aquel es un alma tibia y entra también en el, y dice.  > Este será un nuevo medio por el cual Yo también dispersaré el rebaño de Jesús.  > Tengan mucho cuidado, Yo les he dado libre albedrío y les hablo para que se defiendan, y se cuiden los unos a los otros. Aléjense inmediatamente, cierren sus oídos, porque lo que escuchan con los oídos, puede entrar a su corazón. Y al entrar a su corazón, puede hacer mucho daño en ustedes, de allí llega a su mente, y puede salir por la boca y hacer un daño muy grande. En verdad  les digo, que una boca, y una lengua difamadora, que roba la paz  y la fe, no viene de Mí. No es mío, no es ovejita de mi rebaño. Benditos sean cuídense mucho, dondequiera puede haber, aquellos que le han abierto el corazón al demonio. Satanás habla siempre y está tratando en todo momento, de que ustedes no escuchen la voz de Dios. Pero si escuchan la voz del mal que dice.  > Este ya es mío. Lo tomo como un medio para hacer mi  obra mala, y pronto yo lo tendré en el infierno conmigo. Pues ya se hizo mi servidor.  > Hijos amados, cierren sus oídos, y su boca, y vivan en un santo temor a vuestro Dios. ámense los unos a los otros,  si no hay amor entre ustedes, los unos a los otros que se ven.  No pueden decir, yo amo a Dios.  No puedes decir que amas a tu Señor, que no ves, cuando no amas a quien tu ves. Mírame en cada uno de tus hermanos,  soy Cristo quien te estoy hablando, les bendigo. 
Estamos los Dulces corazones, mi Madre muy amada María Santísima, y aquí estoy Yo, el Primogénito y el único que estuvo en el  vientre Santísimo, de mi Madre amada. Ella es purísima y Santísima, en su Santísimo vientre, purísimo y virginal, no hubo alguien más que fuera engendrado y creado. Yo soy increado, pero soy creado como hombre, porque Yo así lo quise, soy Dios. Más todos son hijos de Dios, hijos de mi Madre Santísima, son mis hijos. Porque ustedes, por mi Madre Santísima fueron recibidos, estando Yo en la Santa Cruz.

Busquen el querer divino, y todo se les da por añadidura. Que Yo no les dejaré sin el pan de cada día, y no les dejo sin un techo, y sin un vestido. No les ha faltado el agua. Miren a través de los siglos, Yo el Señor que he creado el agua, se las doy, y se las seguiré dando. Os está  contaminando al mismo hombre, con aquellos armamentos nucleares. Miren cuanto daño, y las autoridades de este mundo callan, y dicen.  > Queremos que nadie sepa. Callen todos aquellos de la prensa,  quédense callados.  >  Oren mucho, e intercedan por todos aquellos que se han dedicado hacer el mal.  Soy vuestro Señor Dios, Jesús.

El Padre siempre está contento, cuando sus hijos se reúnen con su Señor, y os vienen engalanados,  y alegres. Quién les da esa vestidura. Quién les reviste su espíritu.  Yo.   Os dirán.  > Señor, el espíritu necesita vestidura.   > Sí hijo, la vestidura de la gracia, de la luz. Yo libero tu espíritu, libero tu interior de toda oscuridad, y Yo les doy vida nueva. Acuérdate que soy tu Señor Dios, y que nadie te dará lo que Yo te doy. Y quiero darte esa vida nueva, y quiero que tu la quieras. Y quiero que tu espíritu esté hermoso, revestido de esta gracia divina, quiero que tu estés revestido de gracia divina. Y os quien te da esta gracia divina, solamente tu Señor Dios, que te ha redimido por medio de los Sagrados Sacramentos. Os les digo a todos, Yo no funde más Iglesias. Tengo una sola esposa, una sola es mi esposa, y es la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La Iglesia está fundada sobre la piedra angular, que es Cristo, y los cimientos son toda mi Iglesia  Ministerial consagrada. Todos ustedes forman la Iglesia Santa de Dios, y están sostenidos y edificados en esos cimientos, que son mis sacerdotes, obispos, el Papa, y toda mi Iglesia Ministerial Consagrada.  Para muchos de mis hijos son hombres, y ciertamente son hombres, pero Yo los tomé. Igual que tomé a mis apóstoles, los  llamé y ellos vinieron, muchos dirán.  >  Señor, pero son pecadores.  > Y Yo te digo, mis apóstoles fueron hombres y fueron pecadores, y los elegí así, pecadores.  Los elegí Yo, porque todos ustedes son una Iglesia. Pero son una Iglesia pecadora, son una Iglesia en la cual Yo he venido a liberar de la muerte, y del pecado. Y por medio de mis hijos muy amados sacerdotes, os hago esta liberación. Ellos al igual que ustedes, se confiesan, al igual que ustedes, ellos hacen el firme propósito de enmienda, cada día. Pero son hombres, y acuérdense que hasta en una mirada, ya está pronto el pecado. Pues nunca digan son hombres; Yo quise tomar estos hombres, y  ellos son en Mí, y Yo en ellos. Son sacerdotes, y en Mí, sacerdotes eternos, y nunca se terminará su sacerdocio. Son sacerdotes y por medio de ellos, Yo doy vida a mi pueblo. Y por medio de ellos, Yo los revisto de esta gracia divina, al perdonarles sus pecados, en ese arrepentimiento profundo, y dolor de haber ofendido a vuestro Dios.  Yo estoy pronto por medio de mis hijos sacerdotes, sí, por medio de los hombres igual que ustedes.  Por medio de ellos, que luchan como ustedes para ser mejores cada día, y que igual que ustedes, tienen muchas tentaciones. Ellos están en una lucha, igual que ustedes. Cuanto quiero Yo que todos estén unidos, sacerdotes y fieles. Y que participen en este sacerdocio, el cual Yo les he concedido por medio del Sagrado Sacramento del Bautismo, orando por los sacerdotes ministeriales. A mis  hijos se les han concedido los bienes divinos, para ustedes. Yo soy el Señor Jesús Sacramentado, soy el Señor de los Sacramentos y les digo una y otra vez, y no se enfaden, porque muchos ni siquiera han entendido lo que Yo les he pedido. No han entendido aún, que quiero que estén en gracia de Dios. Quiero que todos ustedes sean en un mismo espíritu, el Espíritu Santo. Pero muchos no lo han entendido, y Yo se los seguiré diciendo, para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Sepan pues, que mis hijos fueron tomados de entre los hombres, y son hombres. Son mis hijos y los amo, y por medio de ellos doy vida nueva, renuevo a mi pueblo, y unifico a mi pueblo. Por medio de mis hijos, Yo me hago conocer, son mis hijos y son descendientes de los apóstoles. Y ustedes también son Iglesia Apostólica,  ustedes son en Mí, mi Iglesia, la que tanto amo. Por la cual, Yo quise hacerme hombre, y por amor a ustedes Yo quise morir.  Soy Cristo y estoy en cada sacerdote, y estoy en cada uno de ustedes.  Si me lo permiten, Yo quiero formar un solo cuerpo, todos en un solo Señor Jesucristo, y ustedes en Mí, son Señores. Yo les doy mi señorío, les doy mi divinidad, les doy mi cuerpo, mi sangre, y les doy todo mi ser Divino, y me quedo todo en ustedes, en cada uno. Quiero que sean Cristo vivos, aquí en la tierra. Si ustedes son en Mí, ustedes en Cristo son Cristos también, y como Iglesia, como Cuerpo Místico de Cristo, quiero que vivan como Cristo, que hagan lo que Cristo, que escuchen mi mensaje, y que escuchen mi Evangelio. Ciertamente he tomado a estos mis hijos apóstoles para dejar mi evangelio. Ustedes dicen que son cuatro Evangelios, pero es un solo Evangelio, Yo soy la palabra. Yo soy Dios y los tomé como un medio para hacerme conocer, y los tomo a ustedes ahora también como Iglesia. Como un medio para hacerme conocer, y saben, quiero que lleven el pan de la vida, la Sagrada palabra. Que lleven el Evangelio a sus hijos, a sus esposos y vecinos, háganlo. No se irán de este mundo, sin haber dado fruto, y fruto bueno.  En Cristo, darán fruto bueno. Yo les digo que allá en el Reino de los Cielos, tendrán un lugar junto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, con mi Madre tan querida, que los ha recibido de Mí. Y que mi Madre muy querida, ella misma me los entrega en el último día. Gime y llora mi Madre Santísima, sangrándole su corazón, cuando me entrega un alma manchada, sucia, y podrida. Mi Madre llora tanto cuando un alma está en pecado, y muere. Me dice.  <> Hijo, que no se pierda.   > Yo escucho los ruegos de mi Madre Santísima, y me duelo de mi Madre amada, y Yo os hablo a mis hijos.  Arrepiéntete de tu pecado, Yo no he venido a condenarte, y por más grande que sea tu pecado Yo te perdono. Arrepiéntete de tu pecado, pero muchos de mis hijos, blasfeman contra de Mí, aún en el último momento. Como blasfemaba el ladrón que no quiso arrepentirse, este hijo mío,  tuvo oportunidad, Yo estaba con él, y Yo volteaba y le sonreía, Y el daba escupitajos. Yo no vine a condenarles, si les hablo esto, es para que sepan que la salvación está aquí, y que Yo la doy y quiero darla aún al más pecador, todos son salvos en Mí. Y quiero que en obediencia a Mí, vivan una vida sacramental con mis amados sacerdotes. Os ustedes y en obediencia a Mí, permanezcan en la casa de Dios. Vayan bien vestidos, no quiero que vayan con harapos, y llamo harapos a esos escotes, y llamo harapos a esos desnudos, tanto hombres como mujeres. Sí,  lo digo, me molesta porque ustedes no respetan la casa de Dios, ni a su Señor que está allí presente. Y que os hacen sufrir mucho, aquellas jóvenes, aquellas mis hijas que aún ya están casadas, o hasta unas en edad avanzada, y van muy mal vestidas. Con sus carnes a la vista de todos, y esto no me gusta. Es PECADO, es falta de respeto a vuestro Dios, y me hacen sufrir mucho, porque están en desobediencia y en pecado. No me gusta que los hombres vaya vestidos de harapos, no me gusta que vayan con esa ropa muy apretada a su cuerpo, me desagrada mucho, es PECADO.  Yo les digo, no vayan con esas ropas, las cuales dicen.  > Señor yo tengo mucho calor.  > Y van con esas ropas sin mangas, escotes, y no me gusta. Es PECADO y ya están dejando entrar ese espíritu de desobediencia, ese espíritu el cual les habla.   > Anda a gusto. Mira vas a ir a la casa que dicen, que es de tu Señor. Pero tu vas a ir como tu quieras. Eres libre de hacer lo que tu quieras, y de vestir como tu quieras.  > Muchos de mis hijos están agarrando el ejemplo, toman como maestro, a aquellos que os ven en la televisión. Y os ven tantos escotes, y  tanta prostitución que muchos de mis hijos, dejan entrar ese espíritu de prostitución, y aunque digan.  > Señor yo no hago lo que ellos. Yo vivo con mi esposo, con un solo hombre. Yo no me ando divorciando.  >  Pero hijo, hija amada, ya estás tomando como ejemplo, aquellos que están instruyéndote. Y tu ignorante te estás dejando instruir, por aquellos que viven en el pecado. Si te reprendo es porque te amo mucho, y porque no quiero que te pierdas. Porque no quiero que estés en el Purgatorio, yo quiero preservarte de la pena temporal en el Purgatorio, con tu sacrificio, de ir bien vestido. Aunque tengas mucho calor,  puedes ofrecerme ese sacrificio tan pequeño.  Estás haciendo caer en la prostitución a muchos, hombre y mujeres. Pues muchos que ven y dejan entrar el mal pensamiento, ya están pecando de prostitución.  No sean motivo de escándalo, no sean motivo de que muchos caigan en el pecado, de que tropiecen en ustedes, que son piedra de tropiezo. Si les estoy reprendiendo, es porque Yo les amo y los quiero conmigo, y los quiero santos. Y ese día en el que llegarán y tendrán un juicio, Yo les haré saber. Hijo Yo te dije, acuérdate que Yo te haré acordarte de este momento, tu dirás. >  Señor yo no me acuerdo.  "> Te voy hacer ver, te voy hacer saber ese momento en que Yo te estuve hablando. Tu cuerpo es santo, tu cuerpo está crismado, y tu cuerpo, es de Cristo. No me ofendas, no me lastimes, y no me hieras, soy tu Señor Jesús.
Se que reprenden a sus pequeños, pero ellos están viendo aquel pastor, que es la televisión. Y no pueden quitarles, el que dejen de ver esa televisión.  Aconséjenles con amor y os díganles, el mal está siempre presente. Háganles saber, conocer este mi mensaje, y díganles que es pecado. Ellos quizá no lo entiendan pronto, y dirán, estoy joven. Pero pidan mucho al Espíritu Santo, y háganles saber mis mensajes anteriores, los cuales les he hecho saber, lo que os les pasa en el infierno. Cuando llegan en esa impureza, y dicen.  > Señor, Yo no soy impuro. No hice nada Señor. Mi cuerpo lo guardé para ti, acuérdate Señor.  Yo no tuve un acercamiento sexual con alguien.  > Yo te haré ver, a todos los que hiciste caer en la tentación. Todos estos pecaron, muchos también tuvieron ese acercamiento sexual, porque tú fuiste piedra de tropiezo para ellos.  Soy vuestro Señor Jesús, y Yo les aconsejo con amor. Y también quiero que lleven este mi mensaje, no lo vayan a guardar. No esconderán la luz. Acaso ustedes dirán.  > Me da vergüenza. que van a decir de mi.  > Si tu te avergüenzas de Mí y de mi Evangelio, y de mi palabra. Yo también me voy avergonzar de ti, delante de mis ángeles cuando llegues a Mí.

 Yo los quiero puros, limpios, y los quiero en Mí. Y que ustedes en Mí, sean en mi Padre, que tanto se alegra de ustedes. Muchos de mis hijos no quieren escuchar el mensaje, y dicen.  > Yo no voy a escuchar el  mensaje, yo ya se. Para escuchar eso, yo mejor me retiro. siempre se habla de lo mismo. > Les entra la soberbia, Y están escuchando otras voces que no vienen de Mí. Y es satanás, que no quiere que escuchen mi mensaje de vida. Y también les digo, seguiré hablándoles porque no quiero que se pierdan. Y quiero que vivan una vida Sacramental, una vida de amor, una vida de misericordia, y una vida de oración. Quiero que sean santos, quiero que edifiquen en el Reino de los Cielos, y quiero que estén en mi Amantísimo Corazón, y en los Dulces corazones que tanto les amamos, Jesús, y María. Benditos ustedes que me han escuchado.
No detengan el camino, yo se los he abierto.  Sigan en el camino y no digan, Señor hoy no puedo, tengo mucho quehacer.  Yo te digo en este momento, No habrá algo más importante, que el que tu lleves el pan de vida, que es mi palabra.  Yo voy hacer mi obra por medio de ti, pero quiero una entrega de ti a Mí. Sabes, Yo mismo te estoy haciendo conocer los secretos de mi Reino. Yo mismo te estoy haciendo conocer la verdad, te la dejo, y esta verdad está siendo difundida, escrita, y dada a ustedes. Con esta misma  verdad, ustedes pueden evangelizar, porque Yo los hago evangelizadores con mi mensaje. Pueden evangelizar llevando mi mensaje escrito, y les digo, mi mensaje está llegando más allá de las fronteras. Pues he tomado medios, y estos medios escucharon la voz de su Señor, y empezaron a grabar y difundir, por los de medios de comunicación que se hacen llegar al mundo entero. Porque todo aquel que hace conocer la verdad, y la palabra de Dios, en el último día entrará glorioso, en el Reino de los Cielos. Y se contará entre mis apóstoles, entre mis santos, y entre todos aquellos en los cuales Yo el Señor, Dios Todopoderoso me dejaron estar.  Yo por medio de ellos hice conocer a muchos la verdad, y vinieron del camino de mentira, al camino de la verdad. Todos ustedes son llamados, Yo el Señor Dios, los hago evangelizadores a todos ustedes, llevando mi mensaje de vida.
Yo no les dejaría Nunca, nunca les dejaría. Dejaría de ser Dios, si Yo les dejara. Estoy con ustedes, y quiero estar en ustedes, y deseo que lo quieran. Yo los quiero santos, Yo los quiero en Mí, y los quiero en mi Reino, que es vuestro porque Yo lo gane. Dios Todopoderoso,  vine y por amor a ustedes, tomé un cuerpo humano, Yo Dios, quise ser hombre para redimirles.
Quise enseñarles el camino de la vida, y de la verdad. Yo mismo el Señor Dios, quise ser servidor. Serví a mis hijos, siendo aquel servidor que hacía los muebles, y las puertas. Hacía todo con mis manos, se encallecieron, Yo fui carpintero y quise nacer en un pesebre. Yo el Rey de Reyes y Señor de Señores, vine hacerles conocer, que aquí no es su reinado y no lo busquen aquí, sino os dejen todo aquello en lo cual quiere engrandecerles, y quieran hacerse creer señores. Ustedes quieren hacerse creer más grandes que Dios, y no es así.  Serán humildes, obedientes, y sumisos a las Leyes Divinas, a mis Mandatos  Divinos, y a su Señor, que me he quedado con ustedes Cristo Jesús, para darles vida.  Ya se los he dicho, solamente por medio de mis sacerdotes católicos, cristianos, apostólicos, y romanos, Yo Cristo, estoy en ellos. Y Yo me quedo en ellos, y hago mi obra por su medio, doy vida y unifico a mi pueblo. Os les doy la alegría de esa luz en ustedes, Yo mismo me quedo por medio de ellos. Orad por todos mis hijos sacerdotes, orad por el Papa, y obispos, y así orad por todos aquellos en los cuales Yo he puesto mi confianza. Confiándoles mis bienes Divinos, para todos ustedes. Soy vuestro Señor Dios, Cristo Jesús.
Que alegría me da que canten a mi Madre Santísima, el que la alaben y la bendigan. Háganlo por todos los que no la alaban, por todos los que no la bendigan, háganlo hoy y siempre. Ustedes son hijos de mi Madre Santísima, y en Ella, los hago hermanos míos.  Os saben, les tengo una buena nueva, Yo soy Hijo del Padre Celestial, del Padre eterno Yahvé, y  Yo les hago hermanos míos, y son en Mí, hijos del Padre Celestial. Os  saben, mi Espíritu es el mismo Espíritu del Padre, y es una donación de amor para ustedes. Alégrese pueblo santo de Dios. Ustedes que sufren y dicen.  > Señor, vengo a decirte. Porqué sufro.   > Y Yo te digo hijo alégrate, te he hecho corredentor en Mí. Si tu aceptas, quiero que me ofrezcas tu enfermedad, y sufrimiento. Y sabes, hoy Yo te invito a llevar tu cruz de cada día conmigo, y quiero que vayamos juntos. En Mí, vas a ser un Cristo nuevo, un hijo de mi Padre Celestial en Mí. Y El te tiene una gran fiesta, esa fiesta es eterna, y Yo la gane para ti. Por los méritos de mi Sagrada pasión tan dolorosa, tienes vida, tienes una ascensión en Mí, y una entrada triunfal en Mí, y una alegría grande de llamar a mi Padre. Padre mío. Y de verlo toda una eternidad, y gozar en plenitud de la Santísima Trinidad. Gozar en plenitud, de mi Reino que es tuyo, y tu vas a vivir entre mis ángeles y santos. Alégrate, Yo lo he ganado todo para ti, para los tuyos, y para tu descendencia.
Muchos no entienden lo que es este grupo de oración. Que Yo forme, y fundé. No fue fundado por hombre alguno. Yo quise que este grupo de oración fuera, es, y será. Muchos han querido que este grupo de oración termine, y lo han difamado. Este grupo de oración lo he formado, y Yo el Señor, los pastoreo. Y doy el mensaje de vida, Yo mismo el Señor con ustedes, quiero llevar este mensaje de vida. Yo mismo vengo, Yo mismo les  estoy dando, Yo mismo el Señor Dios Todopoderoso los hago en Mí, si asi lo quieren, y van a dar mucho fruto en Mí. Unifíquense todos, ámense y  trabajen todos.  Dirán.   > Señor, yo no tengo tiempo. Tengo que lavar, y tengo que atender una casa.   > Hija, que os acaso, no entiendes que te estoy dando el Reino de los Cielos. No entiendes que te lo estoy dando todo.  Y quiero que evangelices y trabajes, entre tus vecinos, y a donde vayas. Si vas al pueblo, o a la ciudad, puedes llevar este mi mensaje de vida, y ya estás dando fruto, y en Mí el fruto es bueno. Qué más quieres que Yo haga por ti.   Ciertamente hay muchas oraciones, y  me gusta mucho que las lleven, para que muchos de mis hijos oren. Y hay muchos consejos, pero este es un mensaje de vida, y lo doy Yo Jesucristo.

María, mi Madre, se siente la muy amada por ustedes, y os dice.  > Mis hijos  me vienen alabar. Me cantan, Hijo Alegrémonos. Mis hijos me aman, y me alegro por cada uno de ellos. Por todos los que me hacen llorar, me entristecen y me clavan esa espada de dolor. Porque son mis hijos, les amo, y van por el camino equivocado. Ustedes con su oración en Cristo, pueden traer muchas almas del camino de la oscuridad, a la luz.  Alégrense, canten, alaben, y bendigan al que es el Todopoderoso, al que no tiene principio, ni tiene fin, Jesús el Señor.
Soy vuestra Madre, María Santísima con ustedes. Yo la festejada por ustedes, benditos mis hijos tan amados,  festejen también a mi Hijo muy amado Cristo Jesús. El me ama mucho, es mi Hijo y Yo soy su Madre. La Madre de mi Dios, la Madre de mi Señor, de mi Cristo, soy María Santísima. Yo estoy acá, en el Reino con mi Hijo tan amado. El tuvo una resurrección, el es Dios, y está con toda su Divinidad. Aunque muchos dicen.  >  El Señor fue cruelmente flagelado, su carne quedo toda dispersa,  y quedo regada a través del camino, por donde iba llevando la Santa Cruz.   > Quedó dispersa al caer mi querido Hijo. Quedaban trozos de su carne preciosa, y su sangre. El la contemplaba y decía.  > Es para mis hijos, soy alimento de vida para ellos. Y me alegro, y me glorío en este infinito sufrimiento. Y lo doy porque lo quiero, y lo doy a cada uno de mis hijos, y lo doy con amor  de Dios, y con amor eterno, con amor crucificado, y me doy a cada uno de ustedes. Y me daré a través de todos los tiempos, hasta el fin de los tiempos.
Para ustedes hay un fin, en esta vida. Pero han pensado en esa vida divina en Cristo, han pensado en el grado de santidad. Yo los quiero santos entre los santos, los quiero grandes en el Reino, y no me gusta que digan.  > me conformo con un rinconcito.  > No se conformen con un rinconcito, porque Yo me doy todo, a ustedes. Y mi Reino todo, Yo se los doy.
Yo les di el soplo de vida, ciertamente, los críe de polvo. Pero tienen el soplo de vida, y nunca pasará.  Y  tienen vida eterna, pronto resucitará la carne de muchos.  Benditos sean todos.
Ustedes dicen.  > ¿Qué valemos?  > Yo les digo, Yo les he dado valor, valen en Mí, y tienen un valor eterno, y divino. Porque les doy mi Divinidad, y tomo su humanidad en Mí. Cuanto les amo, aquí está mi Madre Santísima, os es de cada uno de ustedes. Y ustedes la honrarán, la amarán, y la bendecirán siempre a través del tiempo. Porque esta honra, esta alabanza, y esta exaltación a María, comos sus hijos, es para siempre. Porque vivirán en el Reino de los Cielos, y llamarán a mi Madre tan amada. Madre mía. Cuanto deseo que estén eternamente conmigo, no se desvíen del camino. Hay un infierno, hay un enemigo de ustedes, y con ese enemigo hay millares y millares que los acechan.
Si supieran cuanto les amo. Les he dado a mi Hijo, para que en mi Hijo, todos tengan vida y sean en Mí.  Vengo abrazarles y vengo a besarlos, y les beso con besos de mi boca, y les abrazo con mis brazos divinos, con los que Yo mismo los críe. y los críe para Mí, como mis hijos que son.  Y Todo lo Mío, es vuestro, todo lo mío es suyo, y Yo mismo soy suyo.  Yo mismo me doy a ustedes, soy Yahvé, soy vuestro Dios, y vengo a darme a cada uno de ustedes. Cuanto deseo el que ustedes quieran darse a Mí, cuanto deseo que quieran ser en Mí, y en mi Hijo muy amado.  Y vengo a ti,  vengo a tocarte a la puerta, y sabes, antes de que tu te entregues a Mí, Yo primero me entrego a ti. Aquí estoy soy Yahvé, soy vuestro Dios, pero muchos dirán que soy orgulloso, porque soy el dueño de todo, pero sabes, soy el más humilde.  Y os quiero que tu seas humilde como Yo.  Tu eres dueño de todo lo Mío, pero no por esto te exaltes, quiero que seas humilde. Sabes te amo tanto, que Yo mismo el Señor Dios, sufro tanto porque tu pecas, porque te me pierdes, y te me vas. Voy presuroso contigo, y voy siempre diciéndote, hijo vuelve.  Miren muchos de mis hijos, se retiran y dicen.  > Acaso yo vengo a escuchar. Yo vengo por la necesidad que tengo.   > Y siento mucha tristeza, una tristeza tan grande, el que solamente quieran según la carne, y según lo terreno. Ya es tiempo que quieran según el espíritu, esfuércense. Y en ese esfuerzo que por amor a Mí,  hacen, Yo me entrego inmediatamente, todo a ustedes.  A cada uno de ustedes le estoy hablando por su nombre, sus nombres se están quedando grabados en Mí.  Ahora Yo les doy mi nombre, queda grabado en ustedes, Soy Yahvé vuestro Dios.   Que poco entienden cuanto les amo. Porque por amor, Yo les vengo hablar de viva voz, les beso, les cubro de besos. Siendo Dios, siendo el Todopoderoso, el Increado, el Eterno, el Creador de todas las cosas, y el Creador de todos ustedes, me hago mendigo. Sí, vengo con ustedes, diciéndoles, dejen todo por Mí, ámenme con su amor pequeño. Que su amor pequeño en Mí, Yo lo hago grande. No aparto mi mirada en ningún momento, desde el momento que fueron concebidos, desde el momento que Yo les dí el soplo de vida. Desde el momento que ya empiezan a vivir en el cuerpo de vuestra madre, la cual a ella la he tomado como un medio para dar vida, tomando su carne, su sangre, y su cuerpo mismo. Y os también con cooperación del hombre, porque es mi Divina voluntad.
Es una cita de amor que nos damos, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, con mi Hija muy amada María Santísima, y toda mi Corte Celestial. Toda mi Iglesia Triunfante se alegra tanto, cuando ustedes le invitan, para que todos unificados en una sola adoración, y en una sola alabanza,  con mis hijos, las almas benditas del Purgatorio.  Que esperan con gran alegría este momento, y dicen.  > Nuestros hermanos interceden por nosotros, y piden al Altísimo, que hoy recibamos refrigerio y que salgamos ya del Purgatorio.  >  Ustedes se unifican con mi Iglesia militante, y que alegría siento cuando quieren estar presentes, y unidos todos, en todas las sagradas misas. Les doy mi espíritu, en ustedes el Espíritu de Yahvé.  Les he pedido, permanezcan despiertos, y vigilantes. Yo mismo el Señor Dios, vengo a darles para que ustedes reciban de Mí, y den fruto en Mí.  Les abrazo y les dejo en Mí.
No se peleen, no discutan entre ustedes, no digan, Quién es el más grande entre ustedes. Porque el único que es grande es el Señor, vuestro Dios. Y El les da a ustedes su grandeza, y el más humilde es el más grande. Y es el que le abre la puerta a su Señor, para que su Señor haga su obra por medio de aquel que dice.  > Señor estoy necesitado de Ti. socórreme Señor, quiero que Tu  mi Señor, te quedes en mi. dame para dar. yo me doy todo a Ti. yo el más humilde, el último de tus siervos, me doy para que Tu Señor, te quedes en mi, y hagas tu obra por medio de mi, para muchos y en muchos.  > Los quiero trabajando para el Reino, los quiero unidos en el amor, y ninguno de ustedes está exento de trabajar, ni uno de ustedes. Ofrezcan sus oraciones, sus trabajos, sus enfermedades, y su cansancio, ofrézcanlo todo por esta nueva evangelización.
Yo soy el Señor, y fuera de Mí no hay otro. Yo los he creado, ustedes tuvieron un tiempo en el cual Yo los críe. Su creación en Cristo no termina, porque yo el Señor Jesús, quiero, y he prometido la resurrección de la carne. Yo soy Dios, y os les digo, ya los he salvado, ya he pagado por sus pecados. En Mí no deben nada, en Mí ustedes son soberanos, y reyes.  No reyes de este mundo, como Yo no lo fui, de este mundo. Reyes en el Reino de los Cielos, y su reinado en Mí, no tendrá fin. Soy vuestro Señor Jesús.


Les amo.

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