sábado, 11 de agosto de 2012

Mensaje 3 de Agosto 2012









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Si ustedes supieran cuanto amo a mi Madre Santísima, y que es mi alegría mi Madre tan querida, la  alegría del Padre Celestial, y del Espíritu Santo, y la alegría de todos ustedes. Porque Yo se que ustedes aman a mi  Madre tan querida, benditos sean.
Estén contentos porque Yo estoy aquí con ustedes, alégrense, va a ser la fiesta de mi Madre Santísima, festéjenla para que ella esté contenta, y feliz. Ella les ama mucho, les protege este grupo de Oración, y aunque muchos de mis hijos se van, y escuchan voces que no vienen de Mí, y el tiempo se les hace tan largo, no aguantan y dicen es mucho tiempo, que debería durar menos, y que esto no está bien.  Esas son voces que no vienen de Mí. En el último día, mirarán los festejos de mi Madre tan querida, y mirarán cuantos ángeles estaban, y os cuantos santos venían y su alegría va a ser tan grande. Y os verán todo lo que hicieron por mi Madre Santísima.  Sí, verán ese gran festejo, porque Yo el Señor así lo quiero y así será.
La fe se les ha dado y depende que la dejen entrar.  Si la echan fuera, sin fe el hombre no tiene vida. Os como puede un hombre sin fe hacer algo grato.  Muchos hijos míos dicen aún, que me aman.  Estos mis hijos amados, hacen obras en las cuales me son gratas, y es porque al hombre se le ha dado este don, desde el momento que fue bautizado. Y os algunos que no están bautizados y tienen fe.  Y Yo les digo, ciertamente, porque son mis hijos, y son creados a imagen y semejanza mía. Os ven y os escuchan, y Yo mismo les pongo el deseo a ellos. Pero os crean,  todo aquel que ha sido bautizado, es en Cristo y os en Mí, es en mi Padre, y todos son creaturas preciosas, creadas a imagen y semejanza de Dios. Pero os deben de ser bautizados, y recibir Sacramentos. Yo mismo Dios, Jesús, soy el Señor de los Sacramentos, miren que todo aquel en los Sacramentos queda unido en Mí, y en mi Santísimo Cuerpo, porque han recibido Sacramentos. Y los Sacramentos solamente son en Mí, son míos, y ustedes en los Sacramentos son también en Mí, y son míos.
Benditos sean todos ustedes, aquí está mi Madre Santísima, se siente muy amada por ustedes. Pero quiero que oren mucho, porque hay quienes están fuera del redil. Cuantas ovejitas caminan sin pastor, quiero que oren mucho. Si quieren acompañarme, quiero que oren, y que estén despiertos. Nada quedará sin mérito. En el último día serán borradas todas esas manchas, que hay en su Espíritu, y en su alma.  Están recibiendo indulgencia, cada vez que se reúnen y practican una obra de misericordia. Cada vez que con tanto amor dan para aquellos necesitados, están dándome a Mí. Yo lo estoy recibiendo, y hay muchos que nunca se han comido un sándwich, solamente comen frijoles. Y hay muchos más de mis hijos, que no comen a llenarse, y comen solamente lo más indispensable. Medido para toda la familia, porque quieren alcanzar un taco cada uno, y ustedes deberían de hacer lo que su Señor, vayan a comer con los más necesitados. Si es posible vayan y coman con aquellos los cuales, ya por su tiempo, su cuerpo está arrugadito y sin fuerzas. Vayan con ellos, coman y platiquen, quizá para ustedes no sea una plática agradable, pero vayan y platiquen con ellos. Miren, muchos de mis hijos no tienen con quien platicar, porque no los soportan. Por que piensan es un viejo, y que será una plática tan aburrida. Siempre platicándo lo mismo, se cansan, y mejor no quieren ir.  Y dicen a otros, anda tu, y ninguno quiere ir.  Y allí se quedan esperando y viendo haber, si regresa y ya no regresa.  Esta no será un obra de misericordia y de caridad. No decaigan, vayan y platiquen con ellos,  acarícienlos, y si les platican,  atiéndanlos y con atención escuchen. Y también háganles plática, para que tengan un tiempo agradable. Miren para muchos de mis hijos, son últimos tiempos, quizá más pronto vengan con ellos, pero saben ya llevarán en ustedes muchas obras buenas, y entrarán al Reino de los Cielos. Y darán gracias por que permiti que fueran a visitar aquellos, los que ya no tenían muchas fuerzas en su cuerpo, pero estaban fuertes en el espíritu.  Ve, lleva, y da Amor, y Misericordia, Quizá un ayuno, y una obra de misericordia, todo esto te será tomado en cuenta, desde el momento ya en que lo estás haciendo en Cristo Jesús. Pero también no busques aquí tu pago, porque aquí es fructífero y te seguirán diciendo muchos, que bueno, y que santo. Y tu te sentirás tan halagada, que seguirás haciendo esas obras para que te digan, que bueno y santo. No esperes eso aquí, que más bien sea fructífero en el Reino de los Cielos, donde te será aumentado al  ciento por uno, todo lo que tu hagas.  Yo les pregunto, Qué hay en ustedes de obras buenas. Qué hicieron hoy.  Llevaron acaso un buen consejo al que lo necesitaba,  Fueron con aquel, el que ustedes dicen, es un pobre pecador, y llevaron un mensaje de amor. Prepararon la comida con mucho amor para su familia,  y evitaron discutir con ellos. Se fueron sus hijos, salieron y los besaron, los  bendijeron y les dijeron aquí te espero. Mientras tanto va Dios y la Santísima Virgen contigo.  Siempre busquen la santidad y obras de misericordia, todos son llamados a llevar la Buena Nueva, pero que van a llevar si no conocen. Yo les he dado a conocer el Reino, y la  verdad,  también les he dado a conocer lo que deben saber, para ser en Cristo, que les ha salvado, salvos.
Que sus obras dejen fruto, y es como la  semilla que van a dejar sembrada, como aquel árbol, o aquel huerto. En el cual sembraron  y ese árbol quedo dando fruto, y sigue dando. Y saben, es como aquella semilla que sigue siendo sembrada del mismo árbol que da el fruto, así será de amplia la descendencia que seguirá recibiendo de Mí, por medio de ustedes. Y todos van a recibir recompensa no tanto aquí, al decirme, que donde esta su recompensa, Dónde está aquel carro nuevo que me pediste, Esa casa, que  Ni se la he dado y mejor ya no van. Y se van a trabajar para sacar dinero y ganar mucho para sus necesidades, y lujos. Me dicen yo vivo en el mundo y que tienen deseos, y me exigen que se los remunere, que donde estoy que si acaso los he olvidado.  Hijos, yo me sonrío y digo, pobrecitos no han entendido, y están poniendo todavía su corazón en las cosas de este mundo, y terrenas. Y todavía están buscando la hermosura en su cuerpo, que es tan vana.  Acaso no estaría mejor que hermosearan su espíritu, con lo que Yo les he pedido.  Y aquello que me piden es superfluo, pasajero y muchas veces hasta les desvía del camino. Yo quiero que esperen de Mí, en bienes espirituales, aquel más necesitado que ven ustedes, Yo les digo, ustedes nomás ven el exterior, pero el interior Yo lo veo, y si es un gran santo. Que importa su exterior, quizá esté maloliente y ustedes hasta se retiren, pero saben, que aquel hombre ya me está ofreciendo su dolor, y sufrimiento, y aún esos deseos que tiene tan grandes de ser como aquel que tiene una casa y se baña, y os me lo ofrece y me pide ayuda.  Muchos también me dicen.  > Mira Señor aquella mi hermanita, yo la veo que anda en el mal camino. No es que me admire Señor, ni la juzgo, pero toma Oh Señor mi sufrimiento para que ella tenga una conversión.  > Y ustedes creen que por estar sucios mis hijos, Yo voy a desairar y a dejar lo que ellos me ofrecen, Yo le doy un mérito grande y santifico a mis hijos en ese sufrimiento. Muchos de ellos duermen en la calle y no están bien, pues muchos sufren también de su mente. Y Yo digo, pobrecitos hijos, por medio de este hijo mío voy hacer cosas muy grandes en muchos, y lo dejaré que siga sufriendo su cuerpo, pero su espíritu es tan hermoso. Ven que no es tanto el dar tanta alegría a su carne, y tanto buscar la hermosura del exterior,  sino el interior. Su carne ciertamente va a morir, pero cuando resucite va ir junto con su espíritu.  Yo les digo en este momento, el infierno es terrible, e inimaginable para ustedes, nadie se imagina que es el infierno. Y es un lugar donde está, ni quisiera decírselos, lleno de enemigos, aquellos enemigos que tanto les odian, y que ahora les hacen ver que todo el pecado es hermoso. El chisme, y el placer de la carne en todos los sentidos, todo aquello que es pecado, se los hace ver hermoso y todo esto se va a revertir en el infierno. Todo lo hermoso aquí será espantoso allá, y todos esos enemigos que tanto les acechan y les odian, allí van a descargar todo su odio haciéndoles sufrir terriblemente. Unos y otros, burlándose en unas carcajadas grotescas,  malvadas, y horrorizantes, esto es el infierno.  Miren ahora esas jovencitas que visten tan deshonestas y no quieren obedecer, y entender. Oren por ellas, intercedan mucho y no te admires de tu  vecina porque tiene una hija así. No te admires, porque os te digo que eso no viene de Mí, se misericordioso y ora mucho por ella. No digas, mira aquel sacerdote, que tiene una hermana que anda en el mal camino.  él no dará cuenta de su hermana, él va a dar cuentas de él mismo, porque él está orando por esa hermana y por muchos, y tiene recompensa de misericordioso como sacerdote. Nunca juzgues, ora, e intercede, por aquel al que tu veas que anda en camino equivocado, y no olvides que eres peregrino en este mundo. Y mientras peregrinas puedes tropezar y caer. Soy vuestro Dios Cristo Jesús.
Aquí está la puerta abierta, es mi corazón amantísimo para todos ustedes. Es vuestro, soy suyo y Yo soy la vida, y la resurrección. Yo soy el camino, fuera de Mí no hay otro que les lleve a la vida eterna. Porque Yo mismo soy la vida y soy eterno, Cuánto deseo hacerles saber que es el infierno, y tengan horror, y mucho miedo. No cometan pecado, ténganle mucho miedo al pecado, y si alguna jovencita la ven en el mal camino, oren mucho por ella, como si fuera su propia hija que les duele mucho.  No dejen de aconsejar a sus hijos, y tu hombre que estás mayor que aquellos, diles y aconséjales. El Señor te ama mucho y al Señor le es desagradable que andes vestido tan deshonestamente.  Quizá les digan una palabra hiriente, pero ustedes ya cumplieron. 
ámense mucho los unos a los otros, y tengan mucho horror al pecado.  Tu que profanas tu cuerpo, el templo vivo de Dios, quiero que permitas que Yo te purifique, con una ofrenda de amor, y un sacrificio mismo al Dios vivo y verdadero. Uniéndolo a la Sagrada pasión de tu Señor, en desagravio por tan gran pecado, la profanación de un templo vivo de Dios. Siendo miembro del Cuerpo místico de Cristo, profanado por estar pecando adúlteramente, en eso tan terrible. En el cual está satanás en el uno y en el otro, y en esa unión pecaminosa, no lo hagan. Acuérdense que es un pecado mortal, abominable y terrible, porque ustedes son miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Y os Cristo está sufriendo ese dolor tan grande, de verlos en ese pecado terrible. Son bautizados, viven una vida Sacramental, ámense mucho y todo el tiempo tengan en su mente, el dar gloria a Dios. Agradar a Dios, siendo obedientes a su Mandato Divino, los Mandamientos de la  Ley de Dios. Yo mismo Yahvé el Señor los traje, y se los dejé para que vivan dentro de la Ley Divina, y se amen los unos a los otros como Yo les amo.
Quiero que mediten cada misterio,  y que pocos son los que en verdad me aman, y me dan su Fiat. Son tan pocos, algunos de mis hijos van donde está el mejor postor, quien les ofrece y les da. Yo les vengo a dar mi mensaje de vida, Yo no les vengo a ofrecer las cosas terrenas, porque se me pederían. Yo los quiero así necesitados, y anhelantes de Mí. Los quiero míos y en verdad les digo que en Mí, no sufrirán.  Aún en que les  falte pan de la vida, porque Yo mismo les doy deseos de Mí mismo. Para que vengan y me reciban con aquel corazón anhelante, y puro. Porque buscarán la pureza en Mí mismo, y me pedirán, que los haga puros en Mí, y que mi Madre os de la pureza. Tienen deseos de Mí, porque Yo se los doy, y han abierto su corazón, me han escuchado y han dejado entrar mi palabra que soy Yo. Y la palabra les hace libres, así en una libertad interior, en una libertad en la cual no se dejan someter tan fácilmente por el malvado. Los que no dejan escuchar la voz, son aquellos mis hijos que cerraron la puerta y mejor se van, porque no quieren comprometerse aquí. No quieren un compromiso conmigo, cuando Yo Dios Todopoderoso me doy todo a ustedes, y os quiero ser en ustedes. Otros más dicen, que solamente rezan el rosario cuando les nace.  Hijos recen el santo Rosario, y háganlo siempre en el amor a Dios, y a María Santísima.
Aquel que no cree, que no le cree a su Señor, como puede decir, Señor ayúdame. Si no está en la fe, y es como cerrar la puerta y os decir, te pido, pero no entres.
En el momento que vayan a caer, clamen en ese momento, ayúdame Jesús, Madre mía, no me dejes caer.
Sean virtuosos, y Cuál es cada virtud para ustedes.  Una de las virtudes es que busquen siempre el ser amorosos, con sus vecinos, amigos, sacerdotes, y con todos los que los rodean. Es una de las virtudes muy grata a Dios, otra de las virtudes es que ustedes oren, y que no desfallezcan. Porque aquel que deja de orar, cuando inicia dice, Oh Señor, antes oraba y te sentía.  Pero estoy igualmente contigo, pero quiero que inicies siempre en Cristo, inicia en María en tu oración, y pide Espíritu Santo y os ofrece al Padre Celestial.
Si tuvieran fe como un granito de mostaza, harían cosas grandes y maravillosas. Pero siempre hay una duda, y un temor, y en muchos también el que dirán de ustedes. Quiero que crean, y esperen de Mí, acuérdense de la mujer con el flujo de sangre, que fue a buscarme, y llegó hasta Mí entre muchos.  Tocó la orilla de mi manto y dijo con tocarle su manto yo sanaré, y lo dijo tan convencida, sabiendo que Yo era santo. Y ella pensó, es el Santo que camina entre nosotros, y yo voy a sanar al solo tocarle. Y en ese momento Yo sentí una fuerza sanadora hacía ella, no porque no lo supiera, porque Yo todo lo se y lo conozco. Pero vi la fe de mi hija y en ese momento le dije sana, y os voltee y dije. Quién me tocó. Y uno de mis apóstoles me dijo, Señor mira como te andan apretando todos y dices que quien te tocó.   Yo lo hice para ver aquella mi hija, pero ella temerosa se acercó y me dijo, Señor, fui yo. La vi y le sonreí, ella en ese momento sintió la confianza y dijo.  > Es mi Señor y Él me ha sanado. Y Él vino a sanarnos no solo de nuestro cuerpo, sino también del alma. Y Él me ha dado hoy esa sanidad interior, porque yo me siento nueva, renovada en mi interior también.
 > Si os se escribiera todo mi mensaje, y todos los  milagros que Yo hice y sigo haciendo. Pero no alcanzarían todos los libros del mundo para escribir, y dar a conocer a todas las cosas de su Señor, hechas a sus hermanos y que Yo me quedé con ustedes, y estoy aquí, soy el mismo hijos amados, y estoy en ustedes.
Siempre digan Mi Jesús, tu sangre es mía. Porque Tú me la has dado y me la das diario como alimento, y bebida de vida.  Yo estoy vivo y resucitado aquí con ustedes, y entre mi pueblo. Aquí está mi Madre Santísima, y está intercediendo por todos ustedes, y en verdad les digo, que Yo escucho los ruegos de mi Madre. Y reciben de mí tanto, como muchos quisieran recibir. Acaso ustedes quieren seguir en las cosas terrenas, busquen primero las cosas Divinas. Busquen a su Señor, el Reino de Dios, y su justicia Divina, y todo se les dará por añadidura.
Tomen agua  viva, Yo se las doy a beber.  Y es Purificación en su interior,  el agua sana, renueva, y quita la resequedad de su corazón.

No dejen la devoción santa, os les hago un recuerdo hoy es un viernes, el cual quiero que ofrezcan siempre su comunión. En que hagan esto nueve viernes santos, y en una ofrenda a vuestro Dios, sigan esta devoción otros nueve meses. Pues hay algunos de mis hijos que dicen, yo ya cumplí, Ya fueron los nueve viernes primeros, y ahora ya seguiré, ya recibí de Dios. Hijos nunca ha terminado esta devoción, sigue una y otra y otra vez. En verdad te digo, si supieras el mérito que Yo le doy a tu ofrenda. Es una ofrenda de amor en mi mismo amor, y tu ofrenda en mi amor es agradable al Padre.
Estoy lleno de dolor, y sangrante, se pueden ver mis huesos sagrados, y escupidas por todas partes. Lodo  me avientan y todo lo que encuentran. Aún uno de ellos, se quita de su pie la sandalia y me abofetea con ella. Sí, sufrí toda clase de insultos, y es por vuestro amor.     Han sido redimidos, y salvados todos mis hijos. Pero muchos no han aceptado, por eso quiero que llegue mi mensaje, para que aquellos mis hijos que no me conocen, vuelvan y digan, Jesucristo es mi Señor.


 Les amo.

Mensaje 27 Julio 2012




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Si ustedes supieran cuanto deseo este encuentro con ustedes. Cuanto deseo que ustedes sean santos, y que sean en mi Hijo tan querido.  Si supieran cuanto me alegro cuando son en mi Hijo y están a salvo en mi Hijo. Y os dicen, bendito sea el Señor Dios, que me ha dado la vida, y me ha redimido. Estoy aquí con ustedes, es un encuentro con Dios vivo, con Dios verdadero.  Muchos de ustedes solamente dicen. Señor, venimos a visitarte. Pero este es un encuentro con Dios, y muchos de mis hijos dicen que no tienen tiempo, y vendran después. Otros quisieran estar recibiendo el mensaje de amor que ustedes reciben. Yo Dios Todopoderoso he formado este grupo de Oración,  y que pocos son los que en verdad tienen fe, y los que me abren su corazón. En verdad les digo que algunos vienen solo a ver que reciben  del Señor.  Ciertamente, reciben de Mí, pero muchos se han hecho como los nueve  que fueron sanados, y nunca volvieron. Y solamente uno, el uno de todos,  y os a veces ni al uno llega. Muchos de  mis hijos están por recibir, pero no por dar, y es tiempo  de que den. Pero que pocos  son los que dan, y se vienen a entregar a Mi, a que los tome y haga mi obra en muchos.  Yo quiero que como hijos de la luz, como lámparas encendidas, vayan y lleven la luz. Qué está pasando.  El tiempo se esta acabando, el día de ayer ya pasó, y el día de hoy inicia, estamos  aquí hijos, la batalla es cruenta ciertamente. Pero en esa batalla estoy Yo con ustedes, y os en verdad les digo que en Mí, vencen. No tengan duda. Si tienen duda es porque no conocen a Dios, y no conocen la palabra de Dios, no saben de Mí aún.  Piensen, les llamo por la mañana, por la tarde, y al amanecer, a todas horas del día Yo les estoy haciendo el llamado. Les hablo por medio de su conciencia,  en su interior, y en su pensamiento, pero muchos dicen, luego voy.  Están los Sacramentos, y que pocos son los que están aprovechando en verdad los Sagrados Sacramentos. Hay muchos de mis hijos que no están bautizados, y no hay quien vaya y les ayude, quien lleve la Buena Nueva. Es de que hagan como el que vende, hasta lleven un equipo de sonido y vayan por las  calles anunciando la Buena Nueva. Pero les da pena, les da vergüenza, tomen del dinero que tienen para evangelizar. Yo les  renumeraré todo, al mil  por uno, pero muy pocos son los que están trabajando y Yo quiero que trabajen. Ustedes como amas de casa, obreros, profesionistas, y laicos comprometidos a Dios, deben de estar como sacerdotes en Cristo. Son sacerdotes comunes ciertamente, pero son la Iglesia de Dios, el Cuerpo Místico de Cristo.  No se enfaden  por mi mensaje, quiero que trabajen pero Qué están haciendo.  Si Yo te llamara en un momento, tú me  dirías que estabas trabajando para Mi. Y Yo te diré, entra hijo amado, bienaventurado tú, que te encontré trabajando.
Muchos de mis hijos son llamados, pero que pocos son los que responden. Dichosos aquellos  que enfermos me ofrecen su enfermedad, dolor y sufrimiento. Que confian en que les dare un mérito grande, y que le dare co redención.
No se queden callados, si por causa de su Señor Dios, del Evangelio, o de mi Madre Santísima, ustedes mueren, en ese momento reciben bautismo de sangre. Y en ese momento entran gloriosos al Reino, no pasan por el Purgatorio, sino que son Bienaventurados. Y mi Padre viene al encuentro y los abraza, y los lleva hasta su Trono. Y los sienta en su Trono como hijos de Dios. No callen pues, es tiempo de mártires, es tiempo de martirio, y bendito martirio en Cristo y en María Santísima.  Ustedes no mueren sino que tienen vida, en Cristo y en María no  mueren. Porque Yo mismo se los entregue a mi Madre tan querida, en mi Madre amada no mueren. Y si por María Santísima mueren, ustedes entran al Reino de los Cielos.  Es mi  Madre y se le ha concedido a ella todo poder, ella es en Mí y Yo en ella. Y mi Cuerpo Santísimo, lo tomé de mi Madre tan querida. Este Cuerpo Santísimo con que Yo los redimí, y con que Yo mismo los resucito, porque mi Cuerpo fue resucitado, mi Espíritu nunca murió. Solamente fue mi Cuerpo y muchos dicen que descendí a los infiernos,  mi Cuerpo Santísimo, estuvo sepultado y mi Cuerpo Santísimo fue escarnecido. Mi Carne, y mi sangre penetró en la tierra. Mi carne fue exprimida y los enemigos aullaron, esto es, Yo estuve por tres días en el sepulcro, y mi sangre Preciosa penetro en la tierra, y a los tres días resucité. Mi Sangre Preciosa fue extraída de la tierra,  aunque purificada fue. Mi carne Sagrada no quedo para los lobos. Mi Carne Sagrada fue tomada y traída por los mismos ángeles, y fue llevada al mismo Sepulcro. Yo resucité, resucitó mi Cuerpo, pero mi Espíritu y como Dios eterno, YO NO MORÍ. Porque Dios nunca ha muerto y nunca morirá. Yo no tengo principio ni tengo fin, soy Alfa y Omega.  Mi cuerpo ciertamente murió  como carne que era, como todos ustedes mueren también según la carne, pero el Espíritu no muere. El Espíritu está vivo y os les digo,  va al lugar que ustedes quieren darle. Yo ya les redimí, ya tienen vida. Si les digo que trabajen, es para que entren como hijos de Dios gloriosos. Ustedes que trabajaron para el Reino,  en el mismo Cristo, Yo hago mi obra por medio de ustedes, y traigo almas por medio de ustedes. Esto es trabajar para el Reino, traer almas, que entren al Reino, y ustedes son llamados. Aún aquellos los cuales quieren ser mis testigos, y muchos no están en gracia de Dios, pero son creados a imagen y semejanza de Dios, y aún por medio de ellos, Yo puedo traer almas. Pero pobrecitos hijos míos,  tendrán que ir al Purgatorio mucho tiempo, porque mis hijos, aún muchos bautizados que están trabajando para el Reino,  se están dejando  llevar por ellos mismos. Pero a nadie le toca juzgar y decir, se van a condenar. Yo soy un Padre, un Padre de amor y Misericordia, y ustedes cristianos católicos, apostólicos, y romanos, y son  miembros  del Cuerpo Místico  de Cristo. Ustedes son los hijos  que están en la Casa del Padre y muchos aunque son hijos también, son hijos pródigos. Os el hijo que estaba con su Padre, se molesto tanto, porque el Padre enamorado de su hijo, hizo una  gran fiesta cuando regresó. Y el Padre mismo lo miró que ya venía y salió a su encuentro, y el hijo arrepentido se postro a los pies, Padre ya no soy digno de que me llames hijo, no soy digno de llamarte Padre, pero vengo arrepentido, tómame como uno más de tus criados. Esta humillación, al Padre lo llenó de ternura, de amor, y de compasión y lo revistió de gracia divina, lo tomó en sus brazos y lo llevo a  Él, y una gran fiesta preparó para él.  Esta es la entrada triunfal al Reino de todos aquellos que se arrepienten, y estuvieron en pecado tantos años,  cometíeron los pecados más abominables, pero aquí estan. Muchos dicen que aquel  gran pecador, no tiene algo bueno. Pero Yo les digo, aquel pecador arrepentido, recibe de Mí, y Yo le doy en abundancia. Porque es mi hijo al igual que ustedes, él regreso a la casa Paterna.  Les hablo a todos ustedes que tienen hijos, y andan desviados del camino.  Y porque no me los entregas. Déjamelos, soy su Padre y Yo los amo más que tu, y me duelen más que a ti. Si tu me los entregas no van a morir, porque Yo te he dado poder a ti para que aún decidas por tus hijos como madre y padre, y si tu quieres entregármelos, Yo los  recibo. Y si ves que en aquellos hijos no hay conversión, acuérdate que tu ya me los  entregaste, y si Yo los quiero llamar por medio de una enfermedad, acuérdate que Yo quiero una purificación, y una sanidad dentro de él. Si aquel hijo tuyo ha muerto según la carne, acuérdate que tu me lo  entregaste y que estuviste en oración por él, ofreciéndome tu ayuno por su conversión.  Yo le dí mérito a tanto sacrificio de una madre por su hijo, o por sus hijos. éstos hijos son míos, Yo te los confié y tu me los has entregado y Yo los he recibido, y no murieron.  Muchos de mis hijos se han suicidado y es un pecado gravísimo,  el cual es mortal. Pero Yo soy un Dios de amor y misericordia y tu me los entregaste. Yo en el último momento le digo, hijo arrepiéntete de todo corazón de tu pecado. Arrepiéntete, aún en el último aliento de vida, Yo estoy en ese momento  pidiéndole, y por tu gran sacrificio él me ve y se arroja a mis brazos arrepentido, lloroso y dice no supe lo que hacía.  Se humilla y me dice perdóname, si en verdad me redimiste, sálvame, yo estaba ciego y no supe lo que hacía.  Este hijo no muere,  ciertamente va al Purgatorio, pero no  muere. Y el Purgatorio es la antesala  del Reino de los Cielos. Es muy importante que ustedes me entreguen a sus hijos, aún los esposos unidos el uno al otro,  en el Sagrado Sacramento del matrimonio. Entréguense el uno al otro cada  día a Dios, entreguenme a su esposa pidanme que no se pierda, que la redimí, que la sálve, y conviérta.  Lo mismo has con tu esposo, ora, y entrégamelo cada día. Porque Yo los he unido en Mí, como un solo cuerpo y los he tomado en mi mismo Cuerpo Santísimo.
Yo quiero que ustedes tengan fe y se entreguen a Dios.  Cuanto me gusta que los esposos oren juntos, y si ora la familia unida, cuanta alegría en ver esos hijos, y esos esposos orando, y rezando el santo rosario. Yendo a confesarse, recibiendo a Dios, es una familia en camino de santidad. Yo les digo, soy el camino y soy el Santo, y van todos en Mí, soy vuestro Jesús.
Muchos de mis hijos escuchan, pero no entra la palabra en ellos, y se retiran. Oren por ellos, soy vuestro Dios Cristo Jesús.
Este es un grupo de Oración el cual quiero Yo manifestarme por medio de todos ustedes, como caritativos, misericordiosos, y compasivos. La palabra se extiende, Yo vengo a quedarme en ustedes, a hacerlos míos, y a extender el reino, hacer conocer a su Señor, y hacerles saber quien les ama. Hay muchos que están muertos, llevemos  vida,  ustedes son el medio, y Yo hago mi obra.
Yo soy Dios quien doy la invitación a cada uno de ustedes, y esta invitación esta sellada, os dentro está Jesús. Yo el Señor de la Divina Misericordia y María Santísima, la Señora de la Divina Misericordia,  les hacemos en nuestros corazones esa invitación a cada uno de ustedes, les amamos Jesús, y María, los Señores de la Divina Misericordia.
Aquí está mi rosario, te lo vengo a ofrecer y a entregar. Recíbelo mi Señor, por los ruegos de María Santísima, os recíbelos Señor en Ti, como una ofrenda te lo traigo a Ti ahora, y enlazado quiero que quede Señor. Permítelo te lo rogamos por intercesión de nuestra Madre María, y este rosario te lo queremos ofrendar, cada día de nuestra vida, rezando cada cuentita, cada Ave María, y cada Padre nuestro, que sea una ofrenda hermosa en Ti, por  Ti, y para Ti. Con nuestra Madre María Santísima, y os  recibas Señor Dios Todopoderoso la ofrenda de cada día, en Ti Señor, dándole el mérito que Tu quieras darle, te amamos Jesús,  te amamos Madre mía, y os en Cristo Oh Padre Celestial, en Ti queremos ser y el Espíritu Santo que nos has dado, como una ofrenda de amor permanezca en nosotros. Os Espíritu Santo que tu os recibimos en el Sagrado Sacramento de nuestro bautismo, quede hoy y para siempre y que no seamos motivo de ofensa, y de tristeza. Y antes bien, seamos alegría para Ti, danos este regalo, te lo pedimos.
 Soy Jesús quien se los pido, recen el Santo Rosario, oren hijos amados y vivan santamente. Vivan una vida Sacramental,  de caridad, amor y misericordia. Nunca desacato, siempre estén en obediencia. Amen y lleven en ustedes grabados, los Santos Mandamientos de Dios.
Que vuestra oración sea de amor, e intercesión. Ofrecer al Padre Celestial en Cristo Jesús, benditos hijos que todos permanecen en el Espíritu Santo como Iglesia Santa de Dios.
Todos ustedes son en mi Madre tan amada, y Yo siendo cuerpo de  mi Madre Santísima, ya ustedes forman también el Cuerpo Santo de mi Madre amada. Por eso todos son mis hijos, mis hermanos, mi madre, y mis  amigos. Todos ustedes son en Mí, y Yo les amo mucho.
Quiero que se queden en mis llagas Preciosas,  quiero que ustedes lo quieran. Quédense en Mí y ustedes en Mí tienen vida, no vida como la que tienen aquí, sino vida en el Espíritu, y vida eterna. Sus cuerpos van a ser resucitados, porque el mío resucitó.  Yo tomé el cuerpo de mi Madre amada y mi Madre amada, como todos ustedes tuvo un cuerpo, y del Cuerpo de mi Madre tomé mi Cuerpo. Y todos ustedes como herencia reciben resurrección también, porque Yo tomé de la misma carne, del mismo barro con que ustedes fueron creados. Pero ahora mi Madre Santísima, porque ella quedó en Mí y Yo en ella, y somos un mismo Cuerpo y ella es un mismo Espíritu. Y os en Mí, también es una misma Divinidad y ustedes en Mí, sean Cristos vivos. Cristo aquí en la tierra, por eso Yo quiero manifestarme por medio de todos ustedes, hacer crecer el Reino de los Cielos. Soy vuestro Jesús, benditos sean ustedes que están adorando y meditando mi Sagrada pasión tan dolorosa, en el rezo del Santo Rosario.
Amo tanto el esfuerzo que ustedes hacen por Mí, y la dedicación  que tienen por las cosas de vuestro Dios. Y os amo tanto que ustedes  amen a mi Madre Santísima.
Me laceran miles y miles de sufrimientos, de dolor de mis huesos. Mi Sangre derramada por todo el camino, mi sangre Preciosa vertida por amor a ustedes, veo que no fue en vano. Porque ustedes vienen y me adoran. Cuánto les amo, están adorando mi Sangre Preciosa.
Entreguen a mi Madre las ofrendas de cada día, háganlo siempre y no olviden que mi Madre Santísima estará orando e intercediendo por cada uno de ustedes. Para que la ofrenda sea grata, y hermosa para Dios, y Dios le de el mérito que quiere darle.
Quiero que en este tiempo de batalla, aunque ustedes que están en comunión Sacramental con Cristo y en Cristo. Cuantas veces lo deseen reciban esta comunión espiritual, orando y con mucha fe, hagan esta oración de la comunión espiritual  con Cristo y en Cristo. 


Les  amo.


Mensaje 20 de Julio 2012







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Ustedes son hijos de la luz, y la luz es en ustedes. No pueden vivir sin el pan de la vida,  y sin beber la sangre de Cristo. No solamente coman mi Cuerpo.  Os acaso un cuerpo no se compone de huesos, carne, sangre, inteligencia, discernimiento, y entendimiento. Y os en si, un cuerpo creado por Dios, y os Dios mismo es cuerpo. Cristo Jesús es Cuerpo, es Divinidad y se queda con su Divinidad y su cuerpo, en ustedes. Si les digo esto es para que crean y lo reciban. Y en Él no tengan temor, pero ciertamente tienen que estar unificados en la Divina voluntad de Dios. Que es la misma Divina voluntad de María. Dios les habla de viva voz, les hablamos de viva voz, soy Dios Espíritu Santo. Ustedes no están en las tinieblas, la  luz está aquí, y viene a ustedes. Y la luz se quiere quedar en ustedes, son creados por Dios, por la luz, y por el amor. Y nacieron del amor. ámense hijos amados. Si ustedes reciben el Cuerpo y la Sangre de Cristo, pero no se aman, no pueden decir que Dios está en ti, si cometen pecado. Satanás es odio, es ira, división, dispersamiento, orgullo, soberbia, envidia, y celo de odio. Satanás es muerte y si les digo esto, es para que cuando lleguen esos espíritus, y toquen a la puerta, no les dejen entrar.  Son espíritus de muerte, y destructivos, los cuales,  buscan en todo momento la destrucción de ustedes mismos. Haciéndoles creer y ver, que ustedes deben de ser grandes, poderosos, y sobresalientes los unos de los otros. Satanás siempre está buscando el que ustedes brillen aquí, haciéndoles creer, que son  grandes, que se impongan, que saquen su casta, que tienen que vivir, y que no dejen que los otros lo humillen, ni sobajen. Y que hagan lo que les dice y vivirán. Esta es la palabra de satanás, eso es lo que dice el malvado. Yo se los estoy haciendo saber, satanás siempre quiere imperar, y cuando  alguien quiere imperar, ya no está en mi Divina voluntad. Ya está buscando el ser visto, y ya está la soberbia en él.  Saben, lucifer fue expulsado por su soberbia, y quiere que todos  sean soberbios.  El malvado siempre está queriendo hacerles creer, que ustedes son mas, y les pone celo,  envidia para hacerles caer, y minimizar el pecado. Y es cuando dejan entrar esos espíritus. El espíritu en ese momento se estremece, llora, y gime. Está entrando el cáncer en él.  Acaso nunca han sentido que es el  cáncer en los huesos, un cáncer dolorosísimo. Pues os les digo, esto es poco para lo que el espíritu siente, su espíritu está muriendo, siente unos dolores infinitos. Y el espíritu muere, porque ustedes quieren la muerte en su espíritu.  Igualmente los animalitos siguen caminando, cuantos de mis hijos siguen caminando, están gordos, y llenos de vida. Cuantas mujeres están adornadas regiamente, sus cabellos, sus rostros delineados, y maquillados.  Pero que hay dentro, muchos buscan un cuerpo escultural, hombres y mujeres. Pero si no están con Dios, en Dios, y para Dios, solamente hay muerte, y un vacío. Muchos se suicidan y siento un dolor muy grande.  Soy Dios Espíritu Santo, y quiero que piensen todos ustedes. A mayor gozo le dan a su carne, más débil son. Y a mayor grado quieren llegar según la carne, buscando una exaltación, están siendo pobrecitos, y el último de todos en el Reino.  Quizá aquí el primero, pero allá el último lugar, es un lugar donde solamente se vive una vida vegetal, y solamente hay tristeza. Porque no están en la plena gloria, y alegría. Busquen el primer lugar siendo humildes. Como van a llegar al Reino de los cielos.  En Cristo que es humilde, y obediente. Porque fue obediente con el Padre hasta morir en una cruz.   Él mismo quiso entregarse por amor a ustedes,  en una unificación también con el Padre y el Espíritu Santo. Cristo les ama y siendo Dios, quiso hacerse uno entre ustedes para salvarles, y perdonar sus pecados, y ha pagado por sus culpas. Él no quiso ser visto, sino antes bien, vino a ser ver a su Padre, a serlo conocer. Y siendo Dios se anonadó hasta morir, como un hilacho colgado en la cruz, escarnecido y descoyuntado. La humildad, la obediencia, y el amarse son una virtud, y Dios da virtudes en abundancia. Yo soy Jesús Sacramentado, mi Espíritu les doy, ámense. Porque el Espíritu que les doy es el Espíritu de amor, y si no hay amor, no pueden decir que están llenos de Espíritu Santo. El Espíritu Santo se manifiesta en ustedes y por medio de ustedes a muchos. Dios es amor, si no hay amor, no hay vida. Si están en un grupo de oración, y aún están más cerca de los sacerdotes, Son ministro, y evangelizadores de tiempo completo. Sino hay amor, solamente serán como las campanas que resuenan, y aturden.  Llegarán y dirán.  > Señor yo te serví, mira  fui ministro de la Sagrada Eucaristía. Mira cuantos te recibieron por mi medio, gracias Señor.  > Yo te voy a decir,  acuérdate, tu buscabas que todos te exaltaran, y te dijeran, que eres bueno, y santo. Te elogiaban y te buscaban, y tu dejabas que todos hicieran de ti su ídolo, y su dios. Y esto no me gusta, ya recibiste allá tu recompensa, ahora vete al último lugar, porque todo el mérito ya lo recibiste allá.  Eras tan caritativo, e ibas con los pobres los necesitados. Y trabajaste día y noche. Si trabajaste mucho, pero allá recibiste tu recompensa, mira cuantos bienes recibiste allá, y que no compartiste con los necesitados.  Antes bien, te hiciste orgulloso y mirabas con mucho orgullo aquellos que se acercaban a ti. A cuantos les dijiste, que se fueran que no tenias tiempo para el. A cuantos les dijiste ahorita no me molesten,  tengo mucho trabajo, después. A cuantos les dijiste sabes que, vete a otro lugar, ahora no puedo. Yo les diré, mira ahorita voy a pasar todo lo que fue tu vida, mira muchos se fueron llorando porque pensaban recibir de Mí, por medio de ti. Pero fue tan grande tu orgullo, ya habías recibido mucho, y te sentías en un lugar hermoso, te mirabas regiamente vestido. Es más te sentías que tu eras el señor o la señora, y te negaste a muchos. Recibiste de muchos  la  exaltación, mira cuantos hicieron de ti un ídolo, y ahora ellos también. Mira donde están y muchos van por camino equivocado, pues anda al lugar que te corresponde.
Hay de grados a grados de santidad,  quiero que ustedes sean humildes. No en una humildad en que sobajen su cabeza, y en que se vistan de sayal. De que les serviría si en ustedes hubiera el orgullo, y fueran a exhibirse vestidos de sayal, llenos de ceniza, y dijeran estoy ayunando.  Me he vestido de sayal por amor  a Dios.  El demonio entra en ese momento y os dice.  > Mira que bueno es,  anda ríndete a el, porque de el vas a recibir ahora.  > Y dejan a Dios a un lado, y van a recibir de el. Y sabes satanás puede hacer su obra también por  medio de el. Para que le sigan exaltando, y no quiero que caigan en el idolatrismo.
Ciertamente ámense los unos a los otros, sin idolatrar,  y sin exaltar. ámense en un amor de servicio, de entrega, visítanse, y consuélense. Cuando estén enfermos unifíquese el grupo, con aquel que está enfermo, vayan y visítenlo. Y díganle, te amo, vengo a visitarte,  el Señor nos ha enviado, Él viene con nosotros. ábranselo, que se sienta unificado, y amado. Soy Dios quien les hablo, cuando uno llore, unifíquense. Sino pueden ir todos, vayan dos o tres, vayan y consuélenlo. Esto es la unificación,  el amor, y la misericordia. Cuando tu hermano no tenga que comer,  unifíquese el grupo y vaya llévele. Yo lo estoy recibiendo de ustedes, y si es todo el grupo pues de todo. Yo le estoy dando un mérito grande, para ustedes es muy poco. Pero cada uno de ustedes coopero con ese poco, y todos unidos,  dieron de comer aquel que no tenía. Esto es el amor, esta es la misericordia, y este es el crecimiento espiritual, la unificación en la comunidad. Soy Cristo Jesús, quien les habla en este momento, invítense los unos a los otros, a las  obras de misericordia. Ustedes que van a visitar a la periferia,  aquellos hermanos vuestros,  háganlo por amor, coperén, invítense, y ámense. Quizá a muchos no los conocen, pero Yo voy en cada uno de ustedes, y ustedes en Mí, a hacer esas obras, obras de misericordia que son gratas al Padre Celestial. Y si les digo que Yo voy en ustedes, y ustedes conmigo es porque ya ustedes, siendo amor y misericordia son en el que es amor y misericordia. Les estoy hablando del camino a la santidad, Yo soy el camino, ámense y consuélense mucho.  Y les digo no sean obedientes al que les quiere desviar del camino, aún si fuera su padre, su madre, llámenle la atención con amor, y díganle.  No es el camino a seguir madre, padre, yo te amo, pero mira no es el  camino, Dios nos ama. El Espíritu Santo mismo, les dará palabras de amor, de convencimiento, y de vida eterna, palabras que se quedan en el corazón, y moran en el, y alegran el espíritu.
Aquí está mi Madre tan amada, la que les he dado estando Yo en agonía,  clavado en la santa cruz. Yo se las entrego a cada uno de ustedes,  cuidarán de ella y la defenderán. Porque muchos la  lastiman y la hacen llorar  y gemir. Y es mi Madre tan amada, ustedes son mis hermanos y ella es vuestra Madre,  ámenla muchos y díganle cuanto la aman, exprésenle su amor. Ella necesita, aunque tiene todo el amor, y ella misma es el amor, porque está en el amor y el amor en ella. Necesita de escucharles que la aman, porque son sus hijos,  y una mamá necesita sentir el afecto de sus hijos,  aquí estoy con ustedes, soy Cristo Jesús.
Mi Padre está contento, pero se entristece tanto cuando una alma, y uno solo, el cual quiere imperar en un grupo de oración. Haciéndose creer, ver, y sentir como dios, y esto es obra de satanás, quien le puede tomar como un medio para destruir un grupo completo, y que cuentas va a dar aquel que ha destruido un grupo de oración, que dividió un grupo. Que cuentas va a dar aquel por medio del cual por su mal testimonio, muchos se fueron. Mediten, van a ser muy pronto llamados a juicio. Soy ahora amor y misericordia,  ahora hay misericordia, y  amor.  Aquí estoy me he quedado para darles vida, y vida en abundancia, para perdonar sus pecados, y resucitarlos cada vez que mueren por el pecado.
Les doy las gracias, en Mí no existe el orgullo, ni la soberbia. En Mí no existe el mal, antes bien, detesto el mal, y por eso quiero que ustedes vivan santamente. Soy Dios y me quise hacer hombre por ustedes, pero no igual a ustedes por el pecado. Porque Yo soy Santísimo,  Y Yo les digo, Yo les corregí,  nunca les odie, No guarde rencor en Mí. Yo solamente les corregí, y les seguiré corrigiendo porque les amo, los quiero santos. Y quiero que deseen ser santos, sean santos, y Yo les estoy mostrando el camino de la  santidad, soy Jesús de Nazaret con ustedes.
Soy Jesús Dios, el único Hijo del Padre Celestial y todos ustedes en Mí, son hijos del Padre Eterno. Fuera de Mí, no pueden decir, soy hijo del Padre, si solamente en el Hijo, son hijos en el Padre Celestial.
Yo soy Yahvé quien les hablo en este momento, benditos hijos, esta es su ofrenda. El orgullo no lo quiero, deséchenlo, y la soberbia es muerte en ustedes. Aquí está mi Hijo, se ha quedado para darles vida. Él pagó ya por sus pecados, el Reino de los Cielos es regalado ya para ustedes, por la Sagrada pasión de mi Hijo tan querido. Quién quiere el Reino, Ustedes digan, Yo Señor.  Pero que estás haciendo, estás en obediencia a tu Señor, o estás haciendo lo que tú quieres, buscas la exaltación, y el sobresalir entre tus hermanos. Quieres ser más que Dios, acuérdate que lucifer eso quiso, y fue expulsado del Reino. Ahora aquí está el Reino y vengo a regalártelo a ti. Si, vengo a darte a mi Hijo, aquí está mi Hijo, quédate en Él, y  recíbelo, no es lo mismo el que tu digas, Señor te quedaste en mi.
El que recibe a Dios, puede pecar y expulsarlo, por no estar en obediencia a su Señor, y por querer ser más que Dios. Por no seguir el camino que es Cristo, pero si tu escuchas. El estar en Cristo, es estar en obediencia a Dios, en no exaltarse, porque eso es obra del demonio, de satanás. Ni Yo mismo me exalto, Yo mismo Dios me anonado a ustedes. Hasta estar aquí ahora en este lugar, porque les amo, porque estoy enamorado de ustedes. Para muchos es una locura, pero si es locura de amor, estoy loco por ustedes. Y os les digo a cada uno no todos están en Cristo, reciben a Cristo, pero no todos están en Cristo. No todos  están en la obediencia, lloro y gimo. Porque Yo hablándoles de viva voz, están en desobediencia, os he enviado a mis hijos para hablarles y guiarles por el camino. Yo los elegí, y Yo quise elegirlos para hablarles de viva voz, y hacerles conocer el  camino a seguir. Y hacerme conocer a ustedes, y que es mi Divina voluntad. Pero  muchos de mis hijos los han apedreado, y Yo les digo, que Yo los fortalezco y les doy mi paz. Y muchos más de mis hijos os quieren dejarse llevar por su querer, por su ser, y por su haber de ellos mismos, y esta no es mi Divina voluntad. O están conmigo o están contra de Mí. Todo mi pueblo conozca mi grandeza y mi señorío, y saber que Yo  tomo a quien Yo deseo.
Ahora les digo a todos, que comulgan y me reciben. Pero expulsas a Cristo y lo haces sufrir mucho, es mi Hijo y Yo te hablo de viva voz, soy Yahvé tu Señor. Y al cometer pecado de sentirte grande aquí en la tierra, ya no dejas quedarse al que es humilde, a mi Hijo, a Cristo. Busca pues que Cristo sea en ti, y tu ser en Cristo, para que ya tu cuerpo sea en el Cuerpo de Cristo, y formen un solo cuerpo. Para que en ustedes haya un mismo Espíritu, el Espíritu de Dios en ti. Para que tu Espíritu en verdad descanse en el Cuerpo, y en el Espíritu de Dios. Yo les vengo hacerles un llamado, vivan santamente porque el tiempo ya está aquí. ámense mucho, van a venir muchos y a encontrar en el camino  a muchos, los cuales van a querer desviarles. Haciéndoles creer que son el amor, y muchos se van apartar del camino. Y muchos se van a dejar guiar por falsos pastores.  Si les hablo esto es para que estén despiertos y vigilantes.   No hay otra esposa de mi Hijo, solamente la Santa Iglesia Católica. No hay otra esposa, Él no tiene concubina, Él es un Dios de amor solamente. Aquí está Cristo Sacramentado,  dándoles vida de su vida misma, el que es vida, les da vida en sus Sacramentos.  
Dios está aquí y está con ustedes, pero quiere ser en ustedes. Y aún más ahora les vengo a ser el llamado, sean en Cristo. No es lo mismo Cristo en mi, que yo en Cristo, les he dado el significado hace un momento, sean Cristos  vivos aquí en la tierra. El Reino está aquí, soy Yahvé Dios quien les estoy hablando, Yo los abrazo. Veo  en este grupo el que Yo formé  con tanto amor, dispersamiento,  y orgullo en algunos, el querer ser en algunos, y esto no me gusta.  No me gusta porque Yo no acepto lo de satanás, y muchos se están dejando llevar por ellos mismos, siendo ovejita que te desvías del camino y desvías a otros. Me diras que trabajaste mucho para Mí, pero que mal testimonio estuviste dando, como estuviste desviando almas del camino, y cuantos por tu culpa quisieran escuchar mi voz, y pudieron recibir de Mí, y se fueron. Yo te voy a llamar a cuentas, es tiempo que endereces el camino. No te dejes llevar por ti mismo porque te perderías, y perderías a otros. Y harías caer en la desobediencia a otros, aquellos que me darían fruto, porque tu los desviaste del camino y están en desobediencia ellos también. Tu eres el que será juzgado por todo lo que tu hermano también hizo, y aquel que obedeciéndote a ti, y no a Dios,  también será juzgado, pero con menos rigor. Soy Yahvé y les estoy hablando de viva voz. Yo quiero un Grupo de Oración unido, lleno de amor, y obediente a mis mandatos Divinos. Quiero que estén en obediencia a los mandatos de la Santa Iglesia Católica.  Satanás muchas veces les hace ver y creer que no vienen de mí muchas cosas, pero sean perseverantes en la oración, y en la unificación. Y si alguno está fallando, con amor llámenle la atención, si, en Cristo Jesús, hacen ver que está equivocado y él  lo acepta. Y habrán ganado un alma, pero si aquel sigue obstinado en su maldad, en su orgullo, en su querer ser y desvía almas, él dará cuentas de el y de muchos. Pero ya ustedes habrán recibido la recompensa de Dios. Tú estuviste en obediencia a Mí,  le llamaste la atención con amor, pero antes de que llames la atención acuérdate, que tienes que dar testimonio de santidad. Y para que seas santo, quiero que sepas, que no porque estés solo, dispongas tu de tu cuerpo como tu quieras. Porque muchos de mis hijos, están disponiendo de sus cuerpos en una profanación del templo vivo de Dios. Sí, muchos dan mal uso, se masturban y esto no viene de Mí, es una ofensa a Dios, y una profanación al templo vivo de Dios. Antes bien, ofréceme tu sacrificio, tu cuerpo. Pideme ayúda para someter, y no ser sometido por el mal.  La mujer también muchas veces se ve en el espejo desnuda, y se ve sus partes y está buscando siempre el verse hermosa. Eso no viene de Mí, viene de satanás, y allí empieza ya el pecado de lujuria.  Antes bien hijas amadas, sus cuerpos como templos vivos de Dios, cúbranlos, son templos de Dios, y no usen ropas las cuales, sean insinuantes. No me gusta que usen esos pantalones apretados, ni que usen esas blusas con escotes, y sin mangas. No me gusta que usen esas blusas cortas,  ni esas ropas en las cuales, en el camino hagan caer a muchos, en el pecado. Porque sus cuerpos son templos vivos de Dios, en los que Dios busca estar, y en los que Dios mismo quiere que ese cuerpo sea en el mismo Cuerpo de Cristo. Usen sus ropas en las cuales no haya insinuación, ya fuera pantalón, pero no lo usen nunca ajustado a su cuerpo.  Antes bien, usen esa ropa en la cual  no haya insinuación, sus vestidos no deben ser esa atracción en la cual, llamen al pecado a otros. Les hablo  a hombres y mujeres, cuiden muchos sus cuerpos como propiedad de Dios, y como templos vivos de Dios. Soy el Señor Dios de los Ejércitos, y aquí estoy, quiero que todos sean  en el Cuerpo de Cristo, mi Hijo muy amado. A todos los quiero ver en el Cuerpo Místico de Cristo,  quiero que sean la esposa de Cristo, que formen el Cuerpo Místico de Cristo, y quiero que sean Cristos aquí en la tierra, Iglesia mía, amada mía, son todos.  Y mi Iglesia es evangelizadora y todos  son enviados, todos son llamados. El que es enviado no va solo, porque en su Fiat a Dios, Dios también se da en un Fiat, y es uno solo.

Mi misericordia es muy grande, para todos los  pobres pecadores. Sabiendo que aquí está la vida, muchos mueren, y no aceptan la vida que es mi Hijo muy amado Jesús. Por eso les hago un llamado a todos, vayan y lleven la Buena Nueva, vayan y lleven el Kerigma, por donde ustedes vayan. Que importa que les llamen locos, a Dios le llamaron loco.  Y no se ofendan, antes bien, alégrense y digan soy Cristo vivo aquí en la tierra. Pero no lo digan con el afán de orgullo,  sino en el afán del amor. Yo les abrazo a todos. Les bendecimos,  el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, benditos son y son en el que es bendito.
Aquí está mi Hija muy amada María Santísima, aquí está para que la lleven a los demás como Cristos vivos, que quiero que sean todos,  en Cristo  mi Hijo tan amado.  Mi Hijo les ama, tanto como Yo les amo, el Espíritu Santo les ama tanto, como Yo les amo, y María Santísima les  ama tanto como Yo les amo, soy Yahvé vuestro Dios.
Todo tuyo hoy y para siempre, Santísima Trinidad. Todo mío te quiero, y para siempre. Te he dado una voluntad, y libertad, pero quiero tu Fiat y aún si te pido, en tu propia voluntad, quiero tu Fiat. Si tu quieres, dame tu Fiat, porque Yo tu Señor te doy mi FIAT a ti.  Todo tuyo Trinidad Santa, toda tuya María Santísima, y todos ustedes en María Santísima como hijos predilectísimos. María Santísima los cubre con su manto, les defiende de las acechanzas infernales, de esos enemigos que ustedes no ven. Pero que María Santísima si ve, y llora cuando se van de sus brazos, gime y dice.  > Hijo regresa a Mí, ven quédate en Mí, soy tu Madre. Deja que Yo te cobije con mi manto.  > María Santísima también está en obediencia plena a la Trinidad Santa. María Santísima les ama en el amor mismo de la Trinidad Santa.  La Trinidad Santa, se manifiesta también en María, porque estoy en ella para todos ustedes. Yo no le niego nada a mi Hija tan querida, en Cristo mi Hijo muy amado,  todos son ustedes.  Pero quiero que sean, ya es tiempo, el Cuerpo de Cristo.
A todos les digo, son mis hijos, mis muy amados, en el único Hijo Jesucristo, en el Primogénito. Entren presurosos, y todos formen el Cuerpo Místico de Cristo.  El único, en el  único que tienen vida,  en el único que son y serán.  > Soy vuestra Madre María Santísima, estoy afligida hijos amados.  Tanto que os quiero que todos ustedes como mis hijos, oren conmigo, nunca oren solos. Siempre invitenme a orar con ustedes. Los defiendo de las acechanzas de los enemigos, y quiero tomarlos como un medio, para que Dios esté contento. Orando siempre por todos mis hijos.  Yo quiero que oren conmigo hijos, ya es tiempo, el tiempo ya está aquí. ámense, soy vuestra Madre María Santísima.
 > He venido para servirles y no para ser servido. He venido a decirles que sirvan a su Señor, en cada uno de sus hermanos, y Yo sirvo en ustedes a sus hermanos en un Fiat. Yo hoy les di mi Fiat y les pedí el vuestro, para en un mismo Fiat, ustedes sean como Dios.
Limosnero soy, ustedes que dan lo mejor a quien no se lo debe dar, y que ustedes mismos se prefieren primero que a Cristo.  Yo les digo aquí estoy esperando de ustedes una entrega verdadera a Mí, y que no hagan de ustedes mismos un ídolo. No hagan de ustedes mismos su propio dios, no hagan de aquello, ni de aquellos un dios para ustedes. Porque Yo muero de dolor, limosnero soy, y esperando que ustedes me abran la puerta, que me digan te amo. No con palabras según su humanidad,  sino palabras que broten del mismo amor. Que el amor es con ustedes, y el  amor aún se ha quedado al recibir el  Sagrado Sacramento del Bautismo. Amen con el corazón, con el espíritu, y con la mente. Yo quiero un amor verdadero, de entrega de docilidad, y de obediencia, soy Jesús.
Busco el amor del hombre, siendo Yo el amor. Busco el amor de cada uno de mis hijos, cuando en el Reino de los Cielos, toda la Corte Celestial, los ángeles y santos, están en adoración y alabanza. Pero Yo el Señor Dios les digo, sufro, y gimo, porque les amo y no quiero que se pierdan. Y si no son amor, como va haber vida en ustedes.  Soy Dios de amor, Jesús. ámense hijos, y el amarse los unos a los otros, es dar gloria a Dios.


 Les  amo.

Mensaje 13 de Julio 2012





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Les bendigo, y les doy mi paz. Mi Espíritu con ustedes, benditos sean todos. Si supieran lo que valen, y lo que es el don de la vida, y que Yo Dios les amo tanto, y vengo a quedarme con ustedes, con todo el género humano. Pero unos no me han querido aceptar, no me quieren recibir y me siento muy triste. Pero también me alegro en mi pueblo tan amado, el cual está en comunión conmigo.  Benditos hijos amados, les quiero agradecer mucho a todos, por este regalo que me hicieron ayer, por tantas flores, y música. Os Yo les digo, la Santa Misa, Yo os vine con ustedes, y me he quedado con ustedes lleno de gozo, y de contento. Porque todos mis hijos, me decían te amo. Y me traían flores, y los alimentos que me ofrecieron en cada uno de sus hermanos. Benditos sean por el gran regocijo de cada uno, y de sus trabajos.  Yo pasé un día muy feliz con ustedes, y estoy en esa felicidad hasta el fin del tiempo, porque Yo no los dejaré, soy vuestro Jesús.  Y vuestra Madre María Santísima, estamos aquí con ustedes, es una cita de amor que nos damos. Estamos muy contentos porque os cada uno se ayuda, y se ama con el amor de Dios. Y cada uno se une, es un Grupo en el cual Yo me glorío, y me siento feliz. Porque se aman con mi amor y os dicen,  bendito sea el Señor.   Les doy las gracias a todos, soy vuestro Señor Jesús. Su ofrenda no pasará queda escrita en el libro de la vida, y sus nombres también están escritos. Cuanto me aman, pueblo mío, cuan amado me siento por ustedes. Yo soy un Dios agradecido, un Dios de amor, y de misericordia. 

> Muchas gracias hijos, soy vuestra Madre María Santísima. Gracias hijos, por amar tanto a mi Hijo.  Gracias hijos amados por ser ustedes para mi Hijo tan querido y tan amado, este consuelo. El corazón de Jesús descansa en aquellos  corazones sencillos, afables, y amorosos. 

> Ámense mucho y sigan en esta cadena de oración. No desmayen en la fe, les digo, acaso no podrán ofrecer una hora del tiempo que Dios les da cada día. Pero os les digo, que os les está dando purificación, y sanidad dentro de ustedes. Les está dando vida, porque es una ofrenda de amor, y de sacrificio. Es un amor sacrificado por amor a Dios. Bendito sea todo mi pueblo que me ofrece un sacrificio de amor, y un amor sacrificado. Porque Yo se, que cada uno dejaría esta hora para hacer otras cosas, o descansar. Pero me ofrecen con amor, una hora de las veinticuatro que Yo les doy.  Y os les digo que es multiplicado este tiempo en el Reino de los Cielos, y en verdad les digo, que este tiempo no pasará. Porque Yo lo voy guardando en Mí mismo, y es una edificación en el Reino de los Cielos. Ustedes me dan de lo que Yo les doy, porque Yo mismo, les doy las fuerzas. La  fortaleza, y Yo les doy la vida, el pensamiento, la memoria, e inteligencia. Todo es obra  de vuestro Dios, pero todo lo que poseen es de Dios. Todos esos talentos que les he dado, en Cristo son talentos Divinos. Porque son talentos de Dios, y son para Dios. Y en el mismo Dios, y para el bien del prójimo. Quiero hacerles saber que son mis muy amados, y que si me aman, primero Yo les amo. Yo ya les amaba desde antes de que estuvieran en este mundo, porque Yo ya les tenía en mi mente, y en mis planes. Dichosas las mujeres que me entregan a sus esposos como una ofrenda de amor, aunque lo quieren con ellas. Y con él, me entregan a sus hijos, y se entregan asi mismas.  Igualmente el esposo entreguenme a su esposa, la que Yo les entregue. En ofrenda y a Servicio. Para que ella en Mi y Yo en ella, demos fruto en abundancia.   Igualmente los padres, entregadme a vuestros hijos, para disponer de ellos como mejor me parezca. Os si se desvían del camino, un día sea para testimonio y grandeza, de que Soy Dios de amor, y traigo a los pobres pecadores del destierro a la vida. Mis hijos son todos, y a todos les amo, y a ninguno dejo. Pero aquel que se desvía del camino y que no vuelve a su Señor, y piensa que encontro la verdadera libertad. Y creen que estaba equivocado el camino en la Santa Iglesia Católica, porque solamente encontraron desprecio de muchos. Os muchos de mis hijos,  se alejan por un mal testimonio. Pero pobrecitos  hijos, me dan pesar, porque aún en un mal testimonio, y aquellos son perseverantes. Me dicen que los perdone pues yo los amo. Estos hijos están recibiendo bendiciones en abundancia para ellos, y los suyos.   Pero hay otros que me se quejan porque aquel le dijo que no sirve para nada, y se alejan, porque en otro lado lo recibirán.  Si te dicen que no sirves para nada,  acuérdate que es el demonio quien te quiere alejar. Y tu dí.  > Señor aquí estoy, yo se que Tú eres todo para mi, y que en Ti te puedo dar mucho fruto. Lo que me dijeron te lo entrego. Señor bendícelo y dale a él también la alegría de ser un hijo de Dios. El cual se sienta muy amado, mira Señor, no se ama ni el, no sabe que Tu le amas, y por eso me ha dicho lo que a mi me hiere. Pero yo te ofrezco mi herida en las tuyas, para que Tú le des sanidad.

Cristo está en ti, sí, Yo estoy en ti. Pero hoy te he hecho en Mí, y ya He tomado tu Cuerpo, mente, corazón, y voluntad. Dichosos los que están en un santo temor a Dios, y en un celo de amor por Dios. Sabiendo que el malvado satanás quiere siempre seducirles, haciéndoles creer que su seducción es buena. Pero enseguida como el lobo, les dará un zarpazo y los devorará. Yo soy Dios de amor y Yo les digo, Síganme, El camino es pedregoso, y no es fácil. Van a dejar todo por Mí, dejan el pecado, y todas aquellas seducciones de satanás. Al hacerles ver y creer, que  viven para el gozo de la carne, pero No. La carne tiene que ser en un sometimiento de amor. En el cual son libres, y su carne es santa. Porque Yo la tomo en Mí, y los hago en Mí.  En un sometimiento de amor, encuentran la verdadera libertad, y la verdadera vida. Pues el camino del mundo es tan ancho, pero el camino de Dios es angosto. Tan angosto, que apenas cabe uno en ese camino. Cada uno de ustedes es único para Mí, y Yo soy único para ustedes. Dichosos los que me acaban de recibir, y que en sus planes está ir a renovarse en el Sagrado Sacramento de la confesión, y recibirme. Yo soy la vida, sin Mí, el hombre no tiene vida. Y el día que no reciben a vuestro Dios, No lo dejen para mañana, no me digan que no tienen tiempo.  Nunca me digan no tengo tiempo, porque me siento tan ofendido cuando no tienes un tiempo para Mí. Y lo tienes para todo, pero no para tu Señor, cuando Yo te doy el tiempo. Y el tiempo Yo lo tengo medido, vivan pues santamente. Soy vuestro Padre, que les hablo a mis muy amados aconsejándoles,  y haciéndoles saber entre el bien, y el mal, entre el  camino ancho, y el camino angosto.

La santidad les es dada, y Yo les digo, la santidad está aquí, estoy con ustedes. Los quiero santos, y los quiero conmigo. Y Yo no quiero que se conformen con quedarse atrás de la puerta, como ustedes dicen, quedarse en el último lugar. Eso es mediocridad, y luchen porque en la batalla Yo estoy con ustedes, y en Mí vencen. Yo los quiero conmigo, los quiero en mi Santísima presencia siempre. Para que estemos en un continuo diálogo, y me contemplen y Yo los vea. Soy vuestro Dios Yahvé, los quiero llegando en mi Hijo muy amado Jesucristo, aquí los quiero. Los quiero tener en mis brazos siempre. No se conformen como muchos que dicen que no importa si van al Purgatorio. No les importa los años que duren se conforman con no condenarse. No hijo, quieran ser campeónes, quieran ganar el primer lugar, y estar conmigo. Pidan ayuda en los momentos difíciles de su vida. No los desamparo.  Cuando estén a punto de caer, clamen presurosos, en voz alta,  ayuda al Señor y a vuestra Madre. Y Yo les digo que en ese momento, hay un detente de satanás, que dice.  >  Está clamando a su Padre, y a su Madre. Y ellos están aquí, yo no puedo hacer ya nada en esa alma. > Clamen a Dios, en ese momento de ira, en que están a punto de caer toda la familia. Clamen tan siquiera ayuda, que no los dejes caer, ayuda a su Madre. Y satanás presuroso se retirará.
A través del tiempo, todas las generaciones, muchos de mis hijos han entregado a sus hijos varones, a satanás. Y os se casan, y les dicen que es el hombre y van a mandar, que tienen que someter a su esposa. Porque es como una yegua bruta, que la sométan, y no se dejen de ella, que no le de el dinero, porque entonces ella lo someterá a El.  Que consejos de satanás para aquellos hijos, los cuales, el Matrimonio, un Sacramento en Cristo, y de amor, se vuelve un odio, y una entrega a satanás. Quien os divide, viven en el odio todos aquellos hijos mal aconsejados por los padres. Las hijas deben ser aconsejadas por sus padres.  Hija amada vas a formar un matrimonio, una familia. Y Cristo quiere que sea una familia santa, de ti dependen que se pierdan o se salven, los que Dios te va a confiar.  Aconsejen santamente y Yo les digo, dichosos todos los que me dicen, Señor aquí están mis hijos.  Pero no me gusta que me reclamen cuando Yo permito la enfermedad, y el dolor, para que ellos me busquen.  Muchos me reclaman y me dicen. Porque si te lo entregue permitiste esto. Ya no creen en Mí, y se retiran de la Iglesia. Pobrecitos hijos. A muchos os ha pasado, pero Yo les digo, si me los entregan, déjenmelos en mi Divina voluntad. Que Yo aún por un  dolor muy grande, por el sufrimiento, yo los traeré a Mí. Oren por ellos, intercedan cuando estén en el dolor. Entreguenmelo y en mi amor y  misericordia. Lo fortalezco en su sufrimiento, lo santifíco, tomo su sufrimiento en Mí, para darle el merito.   Os está allí, la paz de los hijos, está la entrega en ese dolor, y Yo santificándolos estoy.
Hágase, Yo mismo Dios les di mi FIAT a todos, y todo fue creado. Igualmente mi Hijo muy amado José, me dijo Fiat, al aceptar a María Santísima, y a mi Hijo tan amado que Yo le confié, mi Hijo Jesucristo. Os igualmente, María Santísima, al aceptar me dijo FIAT, Hágase Señor. Igualmente todos ustedes que me dicen Fiat, unifiquenlo al Fiat del Padre Celestial, y os digan.   > Señor mi Fiat sea en el tuyo. Para nosotros Señor, Tu que nos creaste con un FIAT, Señor toma mi Fiat, y hágase todo en tu Divina voluntad.  >  Soy Dios con ustedes, y les sonrío.

Se que cada uno de ustedes tiene un tiempo, y que son peregrinos aquí en la tierra, y tiene siempre una misión, y una obligación. Y siempre llevar el Kerigma, y hacer conocer al Señor vuestro Dios. Hacerles saber quien es Dios, y cuanto les ama, lleven el Kerigma a sus familias, a sus vecinos, a sus amigos, y a donde quiera que vayan. Porque Yo soy el Señor, y les digo, dichosos los que ya están trabajando para el Reino, desde el lugar donde están.
 > Estamos aquí con ustedes, Dios nos permite venir. Porque el Señor es bueno y su misericordia es grande. Nosotros estamos orando e intercediendo por ustedes, el Grupo es muy perseguido,  muchos no les quieren. Pero también muchos os dicen que grande es el Señor, que fortalece este grupo de oración, el cual vemos que persevera. Soy San Ambrosio, el siervo de Dios, les amo a todos hermanos míos muy amados. Dichosos ustedes que nos hacen este llamado en el nombre de Cristo, pidiéndole Oh Señor unifícanos. Estamos unificados, y les amamos. Pídanos hermanos nuestros, que nosotros estamos intercediendo. Os les hablamos a todos ustedes, os hablamos a todos nuestros hermanos, oren y rueguen al Señor Dios Todopoderoso, que nosotros no los desamparamos. Fuimos también como ustedes, peregrinos aquí en la tierra, pero el Señor Dios Todopoderoso nos ha llamado a esta Iglesia, en la cual el Señor Dios está peregrinando siempre con ustedes. Dios peregrina con ustedes, es pan de peregrinos. Alégrense mucho. Somos aquí muchos santos y ángeles, que estamos con ustedes. Cuídense mucho porque el malvado está siempre al acecho, satanás les odia, y les tiene un odio infernal, porque ustedes son evangelizadores de Dios. No teman porque el Señor te ama, y el Señor Dios te va abriendo nuevos caminos, te muestra caminos a seguir. No permitas que por un querer tuyo, te quedes en la puerta de esos caminos, que el Señor te abre. Sigue en el camino que Dios te muestre, el Señor te está hablando por medio de algunos, los cuales son consagrados. Sigue pues adelante en el Señor y os diles, aquí está Dios con nosotros, el es el Buen Pastor. Él les guía a ustedes y a mi, sigamos al Señor,  soy San Ambrosio. Quien el Señor me permite hablarles, benditos sean. Estamos unidos todos en el Señor,  dándole la gloria, la alabanza, y la adoración. Les amo mucho, su hermano en Cristo, San Ambrosio.
 > Aquí está  mi Madre Santísima, estén alegres. Quiero que sea un Grupo de Oración alegre, lleno de fortaleza, porque Yo les fortalezco. Mi Espíritu está con ustedes, alégrense pueblo mío. No están solos, quiero que tengan un abandono en Mí, no saturen sus corazones. Sino déjenme un lugar para que Yo haga mi obra en ustedes, y aún por su medio, a los que están con ustedes. Acuérdense que la conversión es un proceso, y el conocimiento de Dios, es un proceso. Todo tiene siempre un principio, en el querer mismo de ustedes en Dios.
Quiero que estén consagrados a mi Madre amada, pero os respeto vuestra voluntad. Quiero que amen mucho a mi Madre Santísima, y si os quiero que estén consagrados, es porque en esta consagración quedan todos unidos, en María Santísima, como una familia muy amada. Y os María Santísima no les va a dejar, ni a ustedes ni a los suyos, en esta consagración de amor a María Santísima, en Jesús  el Señor.

El Rosario de María Santísima siempre en ustedes, para que los Dulces corazones os reinen. En el Santo Rosario que es meditado, en el cual Oh Señor, eres adorado. Orad pues, quedan enlazados al Rosario de mi Madre tan amada, y ustedes con devoción recen el rosario, teniendo en sus manos el rosario tan querido de mi Madre Santísima.
Alegraos, porque es el Señor Dios con ustedes, y les digo benditos ustedes que se consagran a los Dulces corazones de Jesús,  y de María. Os quiero que en la consagración, conscientes de que lo es, se alegren. Y  queden unidos en los dulces corazones, que tanto nos aman Jesús, y María.
Dichosos ustedes que adoran a vuestro Divino Redentor.  Mi Padre amado se gloría  de ustedes.  Benditos sean todos ustedes adoradores de la Sagrada pasión de mi Hijo muy amado. Al estar adorando la Sagrada pasión de mi Hijo, ustedes mismos ya en mi Hijo amado, son una ofrenda muy hermosa para Mí,  soy Yahvé vuestro Dios.
Yo Dios Todopoderoso, les hago el llamado. Quiero que se entreguen con todo, Yo lo quiero todo. Los quiero conmigo, soy Yahvé, les  beso.  Esta consagración a María Santísima, mi Hija muy amada, háganlo con fe. Con la espera que siempre, hasta el fin de sus días, en oración,  y amando a María Santísima. Entregados a María Santísima y entregando a sus familias. María Santísima no les dejará, no les abandonará, porque es una Madre amorosísima. Y ella será su defensa en todo momento de sus vidas, y a la hora de su muerte María Santísima no les va a desamparar. Porque ella como vuestra Madre los defenderá de todos los ataques tenebrosos, de aquellos enemigos infernales. Y ustedes en María Santísima no se perderán. Soy Dios vuestro Padre Yahvé.



Les amo.

Mensaje 6 de Julio 2012






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Bendito sea el pueblo de Dios que se reúne en torno a su Señor. Pues Yo el Señor Dios, ya les estaba esperando. Benditos mis hijos que vienen presurosos al encuentro de su Señor, vengan a mis brazos, y descansen en Mí. Yo el Padre les bendigo, este Grupo de Oración, se distingue por el santo temor que tienen a su Señor y Dios. Pues Yo mismo me he dado a conocer, y ustedes me conocen. Y son templos vivos de Dios, y Yo quiero estar en ustedes, quiero ser en ustedes, caminar en ustedes, y que ustedes caminen en Mí.
Quiero que la familia de Dios, en Cristo sea, y en Cristo se ame, soy Jesús. Hijo único y predilectísimo de mi Madre Santísima, todos ustedes son hijos muy amados predilectos de María. Pero María Santísima se complace tanto en abrazar a su Hijo, en cada uno de ustedes, y a todos en Cristo Jesús. Os María Santísima se llena de alegría y de júbilo, cuando ve a un pueblo unido, todo en el Cuerpo Místico de Cristo. Y viendo a todo el pueblo en su Hijo tan amado, María Santísima se alegra tanto, y dice.  > Bendito seas Hijo tan amado, que miras a todos. Todos son Tú, y Tú eres en ellos. Yo veo a mis hijos y los veo en Ti, y a Ti en ellos, son  uno. Todos ellos en Ti, alegrémonos Hijo tan amado, que les has  redimido por amor, en una entrega,  y ofrenda a cada uno de ellos. Y ellos te aceptan como su único Dios y Señor. Dándote Tú  como ofrenda de amor,  a cada uno de ellos, y alimentándoles con tu Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Y ellos están llenos de Ti, y Tú eres todo en ellos.
  > Mi Madre muy amada se alegra grandemente, cuando se reúnen en el nombre de Jesús Cristo, y de María.  Canten todos los coros  de ángeles, pues se han reunido los hijos de Dios, en torno a su Señor que ya les  espera, y que es en ellos.  Así inician con los  coros  de ángeles que cantan. Que grande es mi Señor, divino, y Todopoderoso. Adoramos  al Señor Dios único, y Dios de todos los que han sido creados. Dios quien lo ha creado todo, y el Señor Dios aquí con su pueblo. Adorémosle pueblo de Dios, alabémosle, y bendigámosle. Porque Él es digno de toda adoración, y de toda alabanza. Digno de toda postración, y de elevar cánticos y alabanzas. Y de exhalar todo lo que hay dentro de ustedes para el Señor,  como una ofrenda de amor que es la misma  exhalación del amor, de la adoración, y de la entrega. Los mismos cielos  se alegran, y toda la Corte Celestial y os dicen. Benditos sean todos, que en una ofrenda de amor, dejaron todo, y un gran sacrificio ofrecen al Señor. Es motivo de alegría,  de alabanza y adoración. Alégrense pues todo  el pueblo de Dios, y todos a grandes voces proclamen que Jesucristo es el Señor. Así dan gloria y adoración, al Padre y así el Espíritu Santo, se alegra grandemente. Pues Dios redentor es adorado, y bendito sea todo el pueblo de Dios, que en Cristo Jesús, es Hijo predilecto y muy amado de Yahvé el Señor. El Espíritu Santo viene, da toquiditos y asoma, para ver cómo está el templo creado por Dios. Si está limpio.   El Espíritu Santo está siempre con ustedes, pero quiere ser en ustedes. Solamente por el pecado mortal no puede estar el Espíritu Santo, en el Templo vivo de Dios. Que son cada uno, y es conveniente que se arrepientan de sus pecados, y den la gloria, la alabanza, y adoración al Señor Dios que les ha redimido, Jesucristo. Es conveniente que vivan una vida Sacramental, pues Cristo os Jesús, es el Señor Dios de los Sacramentos. Él es los Sacramentos, y es la vida para todos ustedes.  Dichoso el pueblo de Dios, que en el Sagrado Sacramento de la confesión está recibiendo la purificación, sanidad, y renovación dentro de él. Pues Cristo Jesús, le está lavando con su sangre preciosa, y os da su espíritu. El Espíritu Santo entra y se queda presuroso, viendo que ha sido purificado aquel templo. Somos Trinidad Santa con ustedes, ustedes son trinitarios, pues son en la Trinidad Santa, y son hijos predilectísimos de María Santísima. Que por la intercesión de María Santísima, alcanzan lo inimaginable, y gracias abundantes para todos, todas las familias, y para todo el pueblo de Dios.
Todos en el  amor, vivan y amen siempre. Es conveniente que os expresen el amor, y que digan te amo. Que os exhalen dentro de su corazón ese amor, para todos los que los rodean, y los que encuentren en el camino. Regalando una sonrisa, y diciéndoles,  bendito seas, que te vaya bien, y el Señor Dios Todopoderoso te bendiga a ti y tu familia. Tengan esta expresión de amor,  y estas palabras. Os les digo que habría mucha conversión si hicieran lo que Yo les pido, soy vuestro Dios, somos Trinidad Santa.
 > Soy vuestra Madre María Santísima, les cubro con mi manto, y les traigo a mi regazo. Están en mi regazo, son jesucitos todos mis pequeñitos, y mis niñitos. A cada uno de ustedes los veo y les amo, como a mi Jesúsito chiquito. Cuántos añitos tienen mis jesucitos.  Saben, hay un renacimiento para ustedes, de Dios, porque les ama.
Este es un encuentro de Dios, y María Santísima con su familia. La familia muy amada de Dios, la unificada, la muy amada, y la que forma un solo Cuerpo, en un solo Señor, Dios Jesucristo, en el Padre, y el Espíritu Santo son todos ustedes.  Alégrense.
Se que cada uno de mis niños, tiene algo que hacer, pero se han dado una cita de amor, de sacrificio de amor, soy vuestra Madre María Santísima.
 > Soy el Padre Yavhé quien les habla en este momento, soy el que soy con ustedes. Soy Dios, y ustedes son en el que es.
Este mensaje os Yo Dios, lo doy a mis muy amados, a mi Grupo de Oración tan amado Jesús Eucaristía. Todos son invitados, y toda la Iglesia de Dios, es la familia de Dios. Todos los grupos de oración deberían estar llenos de júbilo, porque estoy Yo Dios con su pueblo. Dios que os unifica, y salva. Dios que libera, y asciende con todos sus amados al Reino. Y en el Reino, todos con Cristo Jesús. Os en Cristo dando la gloria eternamente al Padre, y en el mismo Hijo, al Hijo, y al Espíritu Santo. Yo Dios les digo,  que gran misterio es para ustedes, pero este misterio, Yo lo he estado vislumbrando, y haciéndoles conocer los secretos del Reino. Pero pronto estarán en el Reino, gozarán y entenderán que es el Reino, y que es lo que Yo Dios, gané para ustedes. Que es lo que Dios que les ama, vino a darles con su Sagrada pasión tan dolorosa. El mismo Reino y Yo soy el Señor. Yo soy el Reino, y la alegría.
Oren.  > Señor a ti te venimos  a dar toda la gloria, y la alabanza. Nosotros somos ovejitas tuyas, pero a Ti, Oh Señor clamamos también en nuestra necesidad. Mira Señor todo lo esperamos de Ti, y esperamos de Ti en tu Divina voluntad, lo que Tú quieras para nosotros. Y Tú siempre quieres cosas muy buenas para nosotros, aún las que nosotros no te sabemos  pedir, y las inimaginables para nosotros. Porque Tú eres mi Señor y mi Dios. Ahora te pido Señor Jesús, que vengas, y te quedes en mi. Oh Señor Dios Todopoderoso, quizá hoy en este día, no atendí a tu llamado. Quizá yo no haya aceptado, porque escuche otra voz. Pero sabes que, Señor, hoy yo inicio una vida nueva, quédate en mi Señor,  y dame hambre y sed de Ti. Señor Dios Todopoderoso, quita y retira las ataduras de mi, para que yo pueda cada día, ir y participar de la única fiesta Divina que es la Santa Misa, la Sagrada Eucaristía. Dame  el regalo Señor de ser constante, perseverante, y de ir engalanado contigo a esta fiesta de fiestas. Pero solamente de Ti Señor, Tu eres el novio y os me engalanas a mi. Quiero pedirte, engaláname Señor, yo te ofrezco en este día, mi vida, mi alma, mi corazón, mis deseos,  mis anhelos, todo lo que soy, todo lo que tengo,  todo lo que amo, y todo lo que hago. Oh Señor Dios, aquí estoy, quiero que Tú hoy en esta mañana, me  des la  virtud, la  santidad, yo quiero ser tuyo solamente. Oh Señor Dios, atiende a mi llamado, y rompe las ataduras que hay en mi.  Se cuanto me amas y cuanto me deseas en Ti, y cuanto te deseo en mi Señor, gracias Señor, porque nos amas tanto, y nos das Señor tus sacerdotes, mantenlos en tu gracia divina. Dulces Corazones de Jesús, y de María, proteged y llevad a vosotros. Oh Dulces Corazones  a cada uno de vuestros sacerdotes, para que en Ti, Oh Cristo Jesús, y os con María Santísima en su regazo, sean en Ti Jesús, y con María Santísima nuestros pastores. Haznos ovejitas obedientes a tus sacerdotes,  y danos la unificación Oh Jesús en Ti, tanto a tus sacerdotes consagrados ministeriales, como a nosotros tus sacerdotes, que por el Sagrado Sacramento del Bautismo, nos das el Sacerdocio común y somos sacerdotes en Ti. Danos Señor un sacerdocio pleno y unificado en Ti, que eres el eterno Sacerdote y así todos seamos un solo rebañito, con un solo Pastor. Y en un solo Pastor, el  mismo Dios, Todopoderoso, quien nos hace uno en Él, espíritu suyo, y cuerpo suyo.  Y Él se da a nosotros,  somos  morada en Cristo, y Cristo nos hace morada suya. Que gran alegría, y que gran acontecimiento del Dios Todopoderoso, el único Rey, el Dios a quien se le debe todo honor, toda adoración y toda alabanza, ha venido Él mismo, a pagar por nuestro pecados. Le ofendemos gravemente, le ha ofendido su pueblo a través del tiempo, y Él mismo en su amor y su humildad, viene Él mismo a pagar  por la misma ofensa que recibe. Que grande eres Señor. Y que infinito es tu amor y misericordia,  no hay nadie como  Tú.
> Soy Dios con ustedes que con gran amor he pagado ya, por todas sus culpas. Son salvos, Yo soy vuestro Salvador y no tengan temor. Pobre pueblo pecador,  redimido ha sido.
En el momento de vuestro bautismo, fueron dotados de todo lo que necesitan para la salvación. Y el mismo Salvador los ha tomado en Él, se han quedado en Él. Viven en Él, y Dios les retira el pecado venial, y les  da la gracia santificante a todos sus hijos.
No  se apeguen tanto a las cosas de este mundo. Miren que muchos ponen su corazón en las  cosas terrenas, y dejan este mundo. Y muchos de ellos no se quieren despegar de sus cosas, y aquí están, eso es pecado. El que ustedes quieren las cosas terrenas como a su Dios, y más que a su Dios. Cuando Dios les quiere llevar al Reino y dicen que aquí es está su casa y cosas. Y muchos de mis hijos por tener el closet lleno de ropa, y cosas. Dicen que no me los lleve ahora. No se quieren ir porque es su voluntad, quieren que los deje aquí.  Yo respeto la voluntad de mis hijos, y les dejo aquí. Y si deberían entrar al Reino de los Cielos, andan vagando. Yo respeto la voluntad de mis hijos, y otros más de mis hijos, me dicen, que no me los lleve porque aquí está su esposo y no lo quieren dejar.  Aquí está tu Dios, Yo les doy el permiso, Yo accedo a su voluntad, porque aún Yo, respeto la voluntad de mis hijos. Y muchos más de mis hijos dicen, que no es tiempo que los deje un tiempo más de vida, que no se quieren ir todavía, porque tienen muchas cosas que hacer.  Yo respeto la voluntad de mis hijos, y si estos hijos entrarían en ese momento glorioso al reino,  me piden déjame quedarme aquí.  Nunca me digan eso, antes bien, con gran alegría digan.  > Señor estoy dispuesto, porque Tú eres bueno y tu misericordia es grande. Me has redimido, salvado,  y me has dado vida eterna.  Me has regalado tu reino,  te dejo todo a Ti, te lo entrego todo a Ti, y yo me quiero ir contigo. Oh Señor, Tú dispondrás de todo y hasta de mi familia, porque son tuyos. Llévame contigo ahora mismo, Señor se que eres muy bueno, eres benévolo y no me vas a juzgar según mi pecado. Sino según tu amor y tu misericordia,  vámonos Jesús.    > Cuanta alegría siento cuando me dicen con gran alegría, aquí estoy, llévame contigo. Yo los llevo y tienen una ascensión. Y entran en el Reino de los Cielos llenos de alegría, y Yo mismo les permito ver, como Yo estoy al cuidado  de lo que me han confiado, soy vuestro Jesús.



Les amo.