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Les bendigo, y les doy mi paz. Mi
Espíritu con ustedes, benditos sean todos. Si supieran lo que valen, y lo que
es el don de la vida, y que Yo Dios les amo tanto, y vengo a quedarme con
ustedes, con todo el género humano. Pero unos no me han querido aceptar, no me
quieren recibir y me siento muy triste. Pero también me alegro en mi pueblo tan
amado, el cual está en comunión conmigo.
Benditos hijos amados, les quiero agradecer mucho a todos, por este
regalo que me hicieron ayer, por tantas flores, y música. Os Yo les digo, la Santa Misa, Yo os vine
con ustedes, y me he quedado con ustedes lleno de gozo, y de contento. Porque
todos mis hijos, me decían te amo. Y me traían flores, y los alimentos que me
ofrecieron en cada uno de sus hermanos. Benditos sean por el gran regocijo de
cada uno, y de sus trabajos. Yo pasé un
día muy feliz con ustedes, y estoy en esa felicidad hasta el fin del tiempo,
porque Yo no los dejaré, soy vuestro Jesús.
Y vuestra Madre María Santísima, estamos aquí con ustedes, es una cita de
amor que nos damos. Estamos muy contentos porque os cada uno se ayuda, y se ama
con el amor de Dios. Y cada uno se une, es un Grupo en el cual Yo me glorío, y
me siento feliz. Porque se aman con mi amor y os dicen, bendito sea el Señor. Les doy las gracias a todos, soy vuestro
Señor Jesús. Su ofrenda no pasará queda escrita en el libro de la vida, y sus
nombres también están escritos. Cuanto me aman, pueblo mío, cuan amado me
siento por ustedes. Yo soy un Dios agradecido, un Dios de amor, y de misericordia.
> Muchas gracias hijos, soy
vuestra Madre María Santísima. Gracias hijos, por amar tanto a mi Hijo. Gracias hijos amados por ser ustedes para mi
Hijo tan querido y tan amado, este consuelo. El corazón de Jesús descansa en
aquellos corazones sencillos, afables, y
amorosos.
> Ámense mucho y sigan en esta
cadena de oración. No desmayen en la fe, les digo, acaso no podrán ofrecer una
hora del tiempo que Dios les da cada día. Pero os les digo, que os les está
dando purificación, y sanidad dentro de ustedes. Les está dando vida, porque es
una ofrenda de amor, y de sacrificio. Es un amor sacrificado por amor a Dios.
Bendito sea todo mi pueblo que me ofrece un sacrificio de amor, y un amor
sacrificado. Porque Yo se, que cada uno dejaría esta hora para hacer otras
cosas, o descansar. Pero me ofrecen con amor, una hora de las veinticuatro que
Yo les doy. Y os les digo que es
multiplicado este tiempo en el Reino de los Cielos, y en verdad les digo, que
este tiempo no pasará. Porque Yo lo voy guardando en Mí mismo, y es una
edificación en el Reino de los Cielos. Ustedes me dan de lo que Yo les doy,
porque Yo mismo, les doy las fuerzas. La
fortaleza, y Yo les doy la vida, el pensamiento, la memoria, e
inteligencia. Todo es obra de vuestro
Dios, pero todo lo que poseen es de Dios. Todos esos talentos que les he dado,
en Cristo son talentos Divinos. Porque son talentos de Dios, y son para Dios. Y
en el mismo Dios, y para el bien del prójimo. Quiero hacerles saber que son mis
muy amados, y que si me aman, primero Yo les amo. Yo ya les amaba desde antes
de que estuvieran en este mundo, porque Yo ya les tenía en mi mente, y en mis
planes. Dichosas las mujeres que me entregan a sus esposos como una ofrenda de
amor, aunque lo quieren con ellas. Y con él, me entregan a sus hijos, y se
entregan asi mismas. Igualmente el
esposo entreguenme a su esposa, la que Yo les entregue. En ofrenda y a
Servicio. Para que ella en Mi y Yo en ella, demos fruto en abundancia. Igualmente los padres, entregadme a vuestros
hijos, para disponer de ellos como mejor me parezca. Os si se desvían del
camino, un día sea para testimonio y grandeza, de que Soy Dios de amor, y
traigo a los pobres pecadores del destierro a la vida. Mis hijos son todos, y a
todos les amo, y a ninguno dejo. Pero aquel que se desvía del camino y que no
vuelve a su Señor, y piensa que encontro la verdadera libertad. Y creen que
estaba equivocado el camino en la Santa Iglesia Católica, porque solamente
encontraron desprecio de muchos. Os muchos de mis hijos, se alejan por un mal testimonio. Pero
pobrecitos hijos, me dan pesar, porque
aún en un mal testimonio, y aquellos son perseverantes. Me dicen que los
perdone pues yo los amo. Estos hijos están recibiendo bendiciones en abundancia
para ellos, y los suyos. Pero hay otros
que me se quejan porque aquel le dijo que no sirve para nada, y se alejan,
porque en otro lado lo recibirán. Si te
dicen que no sirves para nada, acuérdate
que es el demonio quien te quiere alejar. Y tu dí. > Señor aquí estoy, yo se que Tú eres todo
para mi, y que en Ti te puedo dar mucho fruto. Lo que me dijeron te lo entrego.
Señor bendícelo y dale a él también la alegría de ser un hijo de Dios. El cual
se sienta muy amado, mira Señor, no se ama ni el, no sabe que Tu le amas, y por
eso me ha dicho lo que a mi me hiere. Pero yo te ofrezco mi herida en las
tuyas, para que Tú le des sanidad.
Cristo está en ti, sí, Yo estoy
en ti. Pero hoy te he hecho en Mí, y ya He tomado tu Cuerpo, mente, corazón, y
voluntad. Dichosos los que están en un santo temor a Dios, y en un celo de amor
por Dios. Sabiendo que el malvado satanás quiere siempre seducirles,
haciéndoles creer que su seducción es buena. Pero enseguida como el lobo, les
dará un zarpazo y los devorará. Yo soy Dios de amor y Yo les digo, Síganme, El
camino es pedregoso, y no es fácil. Van a dejar todo por Mí, dejan el pecado, y
todas aquellas seducciones de satanás. Al hacerles ver y creer, que viven para el gozo de la carne, pero No. La
carne tiene que ser en un sometimiento de amor. En el cual son libres, y su
carne es santa. Porque Yo la tomo en Mí, y los hago en Mí. En un sometimiento de amor, encuentran la
verdadera libertad, y la verdadera vida. Pues el camino del mundo es tan ancho,
pero el camino de Dios es angosto. Tan angosto, que apenas cabe uno en ese
camino. Cada uno de ustedes es único para Mí, y Yo soy único para ustedes. Dichosos
los que me acaban de recibir, y que en sus planes está ir a renovarse en el
Sagrado Sacramento de la confesión, y recibirme. Yo soy la vida, sin Mí, el
hombre no tiene vida. Y el día que no reciben a vuestro Dios, No lo dejen para
mañana, no me digan que no tienen tiempo.
Nunca me digan no tengo tiempo, porque me siento tan ofendido cuando no
tienes un tiempo para Mí. Y lo tienes para todo, pero no para tu Señor, cuando
Yo te doy el tiempo. Y el tiempo Yo lo tengo medido, vivan pues santamente. Soy
vuestro Padre, que les hablo a mis muy amados aconsejándoles, y haciéndoles saber entre el bien, y el mal,
entre el camino ancho, y el camino
angosto.
La santidad les es dada, y Yo les
digo, la santidad está aquí, estoy con ustedes. Los quiero santos, y los quiero
conmigo. Y Yo no quiero que se conformen con quedarse atrás de la puerta, como
ustedes dicen, quedarse en el último lugar. Eso es mediocridad, y luchen porque
en la batalla Yo estoy con ustedes, y en Mí vencen. Yo los quiero conmigo, los
quiero en mi Santísima presencia siempre. Para que estemos en un continuo
diálogo, y me contemplen y Yo los vea. Soy vuestro Dios Yahvé, los quiero
llegando en mi Hijo muy amado Jesucristo, aquí los quiero. Los quiero tener en
mis brazos siempre. No se conformen como muchos que dicen que no importa si van
al Purgatorio. No les importa los años que duren se conforman con no
condenarse. No hijo, quieran ser campeónes, quieran ganar el primer lugar, y
estar conmigo. Pidan ayuda en los momentos difíciles de su vida. No los
desamparo. Cuando estén a punto de caer,
clamen presurosos, en voz alta, ayuda al
Señor y a vuestra Madre. Y Yo les digo que en ese momento, hay un detente de
satanás, que dice. > Está clamando a su Padre, y a su Madre. Y
ellos están aquí, yo no puedo hacer ya nada en esa alma. > Clamen a Dios, en
ese momento de ira, en que están a punto de caer toda la familia. Clamen tan
siquiera ayuda, que no los dejes caer, ayuda a su Madre. Y satanás presuroso se
retirará.
A través del tiempo, todas las
generaciones, muchos de mis hijos han entregado a sus hijos varones, a satanás.
Y os se casan, y les dicen que es el hombre y van a mandar, que tienen que
someter a su esposa. Porque es como una yegua bruta, que la sométan, y no se
dejen de ella, que no le de el dinero, porque entonces ella lo someterá a
El. Que consejos de satanás para
aquellos hijos, los cuales, el Matrimonio, un Sacramento en Cristo, y de amor,
se vuelve un odio, y una entrega a satanás. Quien os divide, viven en el odio
todos aquellos hijos mal aconsejados por los padres. Las hijas deben ser
aconsejadas por sus padres. Hija amada
vas a formar un matrimonio, una familia. Y Cristo quiere que sea una familia
santa, de ti dependen que se pierdan o se salven, los que Dios te va a
confiar. Aconsejen santamente y Yo les
digo, dichosos todos los que me dicen, Señor aquí están mis hijos. Pero no me gusta que me reclamen cuando Yo
permito la enfermedad, y el dolor, para que ellos me busquen. Muchos me reclaman y me dicen. Porque si te
lo entregue permitiste esto. Ya no creen en Mí, y se retiran de la Iglesia. Pobrecitos
hijos. A muchos os ha pasado, pero Yo les digo, si me los entregan, déjenmelos
en mi Divina voluntad. Que Yo aún por un
dolor muy grande, por el sufrimiento, yo los traeré a Mí. Oren por
ellos, intercedan cuando estén en el dolor. Entreguenmelo y en mi amor y misericordia. Lo fortalezco en su
sufrimiento, lo santifíco, tomo su sufrimiento en Mí, para darle el merito. Os está allí, la paz de los hijos, está la
entrega en ese dolor, y Yo santificándolos estoy.
Hágase, Yo mismo Dios les di mi
FIAT a todos, y todo fue creado. Igualmente mi Hijo muy amado José, me dijo
Fiat, al aceptar a María Santísima, y a mi Hijo tan amado que Yo le confié, mi
Hijo Jesucristo. Os igualmente, María Santísima, al aceptar me dijo FIAT,
Hágase Señor. Igualmente todos ustedes que me dicen Fiat, unifiquenlo al Fiat
del Padre Celestial, y os digan. >
Señor mi Fiat sea en el tuyo. Para nosotros Señor, Tu que nos creaste con un
FIAT, Señor toma mi Fiat, y hágase todo en tu Divina voluntad. >
Soy Dios con ustedes, y les sonrío.
Se que cada uno de ustedes tiene
un tiempo, y que son peregrinos aquí en la tierra, y tiene siempre una misión,
y una obligación. Y siempre llevar el Kerigma, y hacer conocer al Señor vuestro
Dios. Hacerles saber quien es Dios, y cuanto les ama, lleven el Kerigma a sus
familias, a sus vecinos, a sus amigos, y a donde quiera que vayan. Porque Yo
soy el Señor, y les digo, dichosos los que ya están trabajando para el Reino,
desde el lugar donde están.
> Estamos aquí con ustedes, Dios nos
permite venir. Porque el Señor es bueno y su misericordia es grande. Nosotros
estamos orando e intercediendo por ustedes, el Grupo es muy perseguido, muchos no les quieren. Pero también muchos os
dicen que grande es el Señor, que fortalece este grupo de oración, el cual
vemos que persevera. Soy San Ambrosio, el siervo de Dios, les amo a todos
hermanos míos muy amados. Dichosos ustedes que nos hacen este llamado en el
nombre de Cristo, pidiéndole Oh Señor unifícanos. Estamos unificados, y les
amamos. Pídanos hermanos nuestros, que nosotros estamos intercediendo. Os les
hablamos a todos ustedes, os hablamos a todos nuestros hermanos, oren y rueguen
al Señor Dios Todopoderoso, que nosotros no los desamparamos. Fuimos también
como ustedes, peregrinos aquí en la tierra, pero el Señor Dios Todopoderoso nos
ha llamado a esta Iglesia, en la cual el Señor Dios está peregrinando siempre
con ustedes. Dios peregrina con ustedes, es pan de peregrinos. Alégrense mucho.
Somos aquí muchos santos y ángeles, que estamos con ustedes. Cuídense mucho
porque el malvado está siempre al acecho, satanás les odia, y les tiene un odio
infernal, porque ustedes son evangelizadores de Dios. No teman porque el Señor
te ama, y el Señor Dios te va abriendo nuevos caminos, te muestra caminos a
seguir. No permitas que por un querer tuyo, te quedes en la puerta de esos
caminos, que el Señor te abre. Sigue en el camino que Dios te muestre, el Señor
te está hablando por medio de algunos, los cuales son consagrados. Sigue pues
adelante en el Señor y os diles, aquí está Dios con nosotros, el es el Buen
Pastor. Él les guía a ustedes y a mi, sigamos al Señor, soy San Ambrosio. Quien el Señor me permite
hablarles, benditos sean. Estamos unidos todos en el Señor, dándole la gloria, la alabanza, y la
adoración. Les amo mucho, su hermano en Cristo, San Ambrosio.
> Aquí está
mi Madre Santísima, estén alegres. Quiero que sea un Grupo de Oración
alegre, lleno de fortaleza, porque Yo les fortalezco. Mi Espíritu está con
ustedes, alégrense pueblo mío. No están solos, quiero que tengan un abandono en
Mí, no saturen sus corazones. Sino déjenme un lugar para que Yo haga mi obra en
ustedes, y aún por su medio, a los que están con ustedes. Acuérdense que la
conversión es un proceso, y el conocimiento de Dios, es un proceso. Todo tiene
siempre un principio, en el querer mismo de ustedes en Dios.
Quiero que estén consagrados a mi
Madre amada, pero os respeto vuestra voluntad. Quiero que amen mucho a mi Madre
Santísima, y si os quiero que estén consagrados, es porque en esta consagración
quedan todos unidos, en María Santísima, como una familia muy amada. Y os María
Santísima no les va a dejar, ni a ustedes ni a los suyos, en esta consagración
de amor a María Santísima, en Jesús el
Señor.
El Rosario de María Santísima
siempre en ustedes, para que los Dulces corazones os reinen. En el Santo
Rosario que es meditado, en el cual Oh Señor, eres adorado. Orad pues, quedan
enlazados al Rosario de mi Madre tan amada, y ustedes con devoción recen el
rosario, teniendo en sus manos el rosario tan querido de mi Madre Santísima.
Alegraos, porque es el Señor Dios
con ustedes, y les digo benditos ustedes que se consagran a los Dulces
corazones de Jesús, y de María. Os
quiero que en la consagración, conscientes de que lo es, se alegren. Y queden unidos en los dulces corazones, que
tanto nos aman Jesús, y María.
Dichosos ustedes que adoran a
vuestro Divino Redentor. Mi Padre amado
se gloría de ustedes. Benditos sean todos ustedes adoradores de la Sagrada pasión de mi Hijo
muy amado. Al estar adorando la
Sagrada pasión de mi Hijo, ustedes mismos ya en mi Hijo
amado, son una ofrenda muy hermosa para Mí,
soy Yahvé vuestro Dios.
Yo Dios Todopoderoso, les hago el
llamado. Quiero que se entreguen con todo, Yo lo quiero todo. Los quiero
conmigo, soy Yahvé, les beso. Esta consagración a María Santísima, mi Hija
muy amada, háganlo con fe. Con la espera que siempre, hasta el fin de sus días,
en oración, y amando a María Santísima.
Entregados a María Santísima y entregando a sus familias. María Santísima no
les dejará, no les abandonará, porque es una Madre amorosísima. Y ella será su
defensa en todo momento de sus vidas, y a la hora de su muerte María Santísima
no les va a desamparar. Porque ella como vuestra Madre los defenderá de todos
los ataques tenebrosos, de aquellos enemigos infernales. Y ustedes en María
Santísima no se perderán. Soy Dios vuestro Padre Yahvé.
Les amo.
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