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Hijos amados, ustedes ya no son
extranjeros, no son advenedizos. Son mis hijos y Yo les amo, benditos sean. Os
aquel en el cual hay dobleces, allí se esconde el malvado, el demonio. No puede haber dobleces en mis hijos,
o una doble intención. No puede haber en los que me aman, algo de lo que no
viene de Mí. Y aquel que trame el mal
contra su hermano, lo está tramando para
el mismo. Porque el mal que quiere para
su hermano, ese mal caerá sobre el, y su familia. Porque abre su corazón al
malvado, y hace de él su presa. Todos ustedes que dicen. > Señor, vengo adorarte. > Os les digo, quiero una ofrenda pura, de
los hijos de Dios que dicen. > Señor
vengo con un corazón sincero, a entregarte mi ofrenda. > Y si tienes algo contra tu hermano, anda
reconcíliate con él. Porque Yo el Señor Dios te digo, si no perdonas, no puedes
decir. > Padre, perdóname mis
ofensas. > El que no perdona a su
hermano no puede ser perdonado. Anda
primero, pídele perdón a quien hayas
ofendido. Pídele perdón de todo corazón, si él te ha ofendido, dile. > Yo
creo que debemos reconciliarnos,
porque a Dios no le gusta que estemos enojados.
> Y os hijos los esposos que están enojados, no pueden ir a dormir estando enojados. Reconcíliense y digan. > Señor danos tu paz, únenos en Ti. Danos
la sabiduría que necesitamos, danos la fortaleza, y danos el amor para
reconciliarnos. > Todo aquel que os
diga a su Señor. > Señor yo te amo. > Pero no ama a su hermano, es un mentiroso.
Aquel en el cual está el mal, y
los que traman el mal, no vivirán. Y aquellos malvados que se arrepienten de su
pecado, y en ese arrepentimiento dicen. > el Señor Dios me perdonó mis
pecados. > Y se arrepienten de todo
corazón y empiezan una vida nueva, en verdad les digo, que estos mis hijos. Yo
ya no me acordaré de su maldad ni sus pecados. Porque ellos se han arrepentido,
dolidos de todo corazón de haber
ofendido a su Señor, y empezando una vida nueva en Cristo, para Cristo, y os en Cristo. Todo aquel que diga. > Señor,
vengo con un corazón sincero a entregarme a Ti. > Yo os abro mis brazos y les abrazo.
Benditos sean todos, les pido, arrepiéntanse de sus pecados, hagan un examen de
conciencia. Y pidan Espíritu Santo
ilumíname, dame entendimiento, y dame el amor para perdonar. Dichoso el que dice. > Señor he pecado, soy pecador. Ten
compasión de este pobre pecador.
> Ámense los unos a los otros, bendíganse
los unos a los otros. Un mandamiento les ha dejado mi Hijo, un Mandamiento
Nuevo. Os que se amen los unos a los otros, como Él les ama. Benditos sean todos los que se aman, los que
no traman el mal para su hermano. Aquel que trama el mal para su hermano, os en
verdad les digo, pobrecito hijo mío. Os
acaso espera de su Señor, cuando el Señor que es bueno. Y les pide que se
arrepientan, y que hagan el bien. Y si ustedes van por un camino equivocado, no
pueden pedir al Señor, ayúdame Señor. Si
tu estás haciendo el mal a tu hermano. Os pues, ámense los unos a los otros,
perdónense, y volteen a ver a vuestro Padre que está en los cielos. Y que en
todo momento les está viendo. Dichosos que os escuchen el consejo de vuestro
Dios, y lo ponen en práctica.
> Soy vuestra Madre María
Santísima. Hijos Yo les cubro con mi manto, en Mí no tengan temor y os pidan.
Os pidan siempre por intercesión de vuestra Madre, digan. > Mi Madre amada te pide Señor por mi, mi
Madre amada me conseguirá este favor que Yo te pido. Y tu no se lo negarás mi
Señor, porque ella es tu Madre, y os es mi Madre quien te lo está
pidiendo. Oh Señor, mírame con compasión
y escucha mis pobres ruegos, que mi Madre amada ha tomado en ella, y los hace
llegar hacia Ti.
> Todos ustedes unidos con vuestra Madre
Santísima, como sus hijos, no tengan miedo. Porque mi Madre muy amada, les
protege, y les asiste en tiempo de que tienen esas penas tan grandes. De que
lloran y gimen, allí está mi Madre muy amada. Déjenla como vuestra Madre que
les enjugue sus lágrimas, que ore e interceda por ustedes. Pero muchos se dejan
llevar por lo que sienten y os creen que el Señor los ha olvidado. Muchos de mis hijos se alejan y dicen. > Iré a ver quien me da lo que yo
quiero. > Y pronto está satanás, y os
les hace creer que el les dará aquello que piden. Aquello que aún no saben si
es bueno, o no para ustedes. Muchos están pidiendo, y piden aún cosas
innecesarias. Piden en abundancia. >
Quiero mucho dinero, quiero un negocio grande, quiero vivir dignamente para que
me admiren. > Esa es una
equivocación, eso no es lo que les he venido a enseñar. Les he traído en mi
palabra, que ustedes son reyes aquí, y que como mis hijos son soberanos
aquí. Están en una equivocación, aquí no
es su soberanía. Y si ustedes quieren que Yo les de esta soberanía aquí, Yo no
se las daré hijos. Si ustedes dicen. > Señor dame la dignidad aquí, porque
yo quiero que todos mis hermanos, me vean grande como tu hijo. > Yo te digo que equivocado estás. Sí, son soberanos en Mí, pero su soberanía,
no es de este mundo, como no fue conmigo. Yo no vine a reinar en este mundo, ni
busque mi reinado aquí. Los míos no
buscan su reinado aquí. Antes bien,
saben que la humildad, en la entrega a vuestro Dios. Amando a cada uno de sus
hermanos, es como encuentran la verdadera soberanía. Al darse a sus hermanos,
al ser misericordiosos y compasivos. Allí está la soberanía que Cristo el
Señor, les da. Porque El es el único
soberano, y El les hace soberanos en Él mismo. Exaltándolos como sus hijos, y
diciendo este en verdad es mi hijo.
Miren mis hijos, a mi hija muy amada, Santa Teresa de Calcuta. Quiso ser un Cristo vivo aquí, ella
abrazaba, y besaba a su Cristo, en los
leprosos, en aquel necesitado, lo levantaba,
le lavaba los pies, y le daba de comer. Como si fuera su niño, al
enfermo le asistía. Así como ella, otros
muchos más de mis hijos que están en el Reino.
Eso es la soberanía en ustedes, la cual en Mí reciben. Porque solamente
del Soberano, del Dios vivo, ustedes reciben soberanía. Cristo ha venido a enseñarles el camino de la
verdad, y de la vida, y que se amen.
Soberanos los quiero. Porque la soberanía la ha ganado el Señor Jesús,
quien con su pasión Santísima les ha dado vida nueva. Y El es el Señor de
Señores, y fuera de Él no hay otro. Pues el Padre, el Hijo, y el Espíritu
Santo. Somos Trino y Uno, tres personas
distintas, y un solo Dios verdadero, un solo amor. Y aquel que ama con el amor
de Dios, será aquel que da testimonio de Mí.
Ustedes que os aman, amen siempre en Cristo. Si ustedes aman con amor
humano, ese no es amor. Sino antes bien, el amor se da siempre en un
desinterés, en una entrega, en una hermandad, y en un querer lo mejor para su
hermano. Ámense siempre en esa caridad de los hijos de Dios, digan todos. > El Señor en mi, quien contra mi. El
Señor es en mi y me ha dado vida. El Señor ha roto todas mis ataduras. El Señor
me ha hecho soberano en Él, el Señor Jesús es mi Señor, y yo soy salvo. El Señor me ha salvado y el
Señor no me dejará en manos de mis enemigos. Y os mi Señor que es amor, en su amor yo amaré. porque El me da su amor
y Él mismo me ha dado su vida. y me da su vida y su vida es en mi. Y yo le doy
a mi Señor, mi vida y me entrego a Él sin reserva. Señor yo quiero que me
recibas hoy en Ti, me entrego a Ti Señor,
como hijo de María Santísima. Me
entrego a Ti Señor, por medio de mi Madre tan amada y yo se Señor que escuchas
mis ruegos, y que me harás un hombre nuevo. yo quiero que me renueves, dame una renovación en Ti. te la vengo a
pedir con fe, como tu hijo, Dame la fe. Yo quiero ser tu testigo, hazme testigo
tuyo, lléname de Ti. Oh Señor, tu escuchas los ruegos de tus hijos, y Tú sabes
que de todo corazón te lo estoy pidiendo. hazme Señor como Tu eres, dame todo
lo que yo necesito. Señor Dios, vengo pobre, y necesitado ante Ti. Oh
Señor, mírame Señor, postrado a tus
plantas. se que Tú nunca me dejarías Oh Señor.
> Yo el Señor doy esa renovación en el Sagrado Sacramento de la santa
confesión, en el arrepentimiento de sus pecados. En su vida diaria, aún en lo
más sencillo, en el trabajo de vuestra
casa, en el trabajo como obrero, como profesionista, en todo momento. Pueden
dar la gloria, la alabanza, y la adoración a vuestro Dios y Señor, cuando os
dicen. > es todo por Ti mi Señor, te
doy gracias porque me das el regalo de poder darte esta ofrenda. Dame el regalo
de ser grato para Ti, toma mi cansancio. Porque se que Tú le vas a dar mérito,
toma mi cansancio en Ti Oh Jesús. Quiero llevar mi cruz de cada día contigo, y si mi cansancio
puede mitigar tu cansancio y dolor. Que alegría, hazme grato en Ti, quiero ser
grato para Ti. Pero como solamente de Ti me viene todo bien. Oh Señor dame
el regalo que yo te pido, quiero ser
grato para Ti, y una ofrenda hermosa. Dame el
regalo de poder ofrecerte todo lo que voy hacer en tu Santo nombre.
Porque Tú eres bueno, y porque Tú en mi y yo en Ti, daremos testimonio. Yo
quiero ser tu testigo, se que tu no me negarás lo que yo te pido. Hazme grato a
Ti Señor, porque yo quiero que muchos sean gratos para Ti. > Pedirán con fe, y el Espíritu Santo que
es bueno, y que es el amor les va a dar en abundancia.
Pidan en su corazón aquellas
necesidades más urgentes. Que Yo les digo son las espirituales. Muchos de mis hijos tienen ropa, tienen
zapatos, y siempre están queriendo más. Tienen amontonado todo y otros lo están
ocupando, y eso no es grato para
Mí. Miren Yo el Señor nunca tuve
en abundancia, porque no es más la ropa ni los zapatos, que el cuerpo. Su
cuerpo sea vestido con ropa holgada, no la usen entallada, y no tengan en
abundancia. Pues acuérdense que donde ponen su corazón, allí está su tesoro. Y
algunos ponen su corazón en esas pequeñeces, y tienen aquella ropa que dicen,
ya no me queda, pero ya me quedará. Y siguen amontonando, hoy les digo estoy
necesitado, mírenme en cada uno de sus hermanos, los cuales están desarropados.
Miren aquellos que andan en la calle,
tan sucios, con zapatos rotos. Y
a ellos son a los que quiero que les digan.
> Mira quiero que te pongas mis zapatos, quiero que te pongas mi
sueter, y mi pantalón. > Acuérdate
que es tu hermano, acuérdate que es hijo de Dios. Acuérdate que Yo Jesucristo
estoy en él, pidiéndote. Tengo hambre,
dame de comer, tengo sed, dame de beber. Si alguien te pide, dale si lo
tienes. Si no lo tienes, regálale una
sonrisa, y una palmadita. Nunca des fríamente lo que tu vas a dar, dalo con
amor. Y así serás mi testigo, y mira que sin que te des cuenta, muchos abrirán
su corazón a la caridad. Si quieres ser
mi testigo, Haz lo que Yo te pido. La
caridad, y el amor siempre será algo que
te liberará de la muerte eterna. Te liberará del malvado satanás. Porque os
hijo, todos los misericordiosos y compasivos, son para el malvado, invisibles.
Porque Yo permito que ustedes sean invisibles, sean pues misericordiosos, y
ámense los unos a los otros.
Todos ustedes, que llevan su cruz de cada día, digan. >
Esta cruz, en la cruz de mi Jesús. Y mi
Jesús llevando mi cruz, en su cruz. Y en mi Jesús, llego con mi cruz a mi
Padre. Y mi Padre tomará mi cruz como una ofrenda, y será tan grata como la
cruz que el Hijo, llevo al Padre. >
Hijos amados, vivan siempre en el amor de Dios.
Cuanto deseo que ustedes
digan. > Hoy salgo con mi Cristo, hoy
voy con mi Cristo, y llevo en mi Cristo. Hablo con mi Cristo, porque mi Cristo
habla por medio de mí. Yo voy hacer conocer a mi Señor Dios, para que otros le
llamen, Señor mío y Dios mío. > Y
para que otros escuchen la voz del Padre, en el último día. Diciendo, entrad mi
muy amado, entrad, tú fuiste mi testigo. Entrad y tomad posesión del Reino que
mi Hijo muy amado Jesucristo, ganó para ti.
Yo soy vuestro Dios y Señor, y les pido, no se alejen. Que Yo el Señor,
siento un gran dolor cuando veo que se alejan. Lloró, y gimo, como en el huerto
de los Olivos. Es el mismo dolor que siento. Muchos solamente se dedican a
desviar almas del camino, orad por ellos e interceder por ellos.
Quieran vivir en la verdad, y
amen la verdad. La verdad les hace libres. La mentira cuando la dicen, y creen que por medio de ella se
liberarán, no saben lo que dicen. La
mentira les esclaviza, y la mentira no viene de Mí.
La santidad cuesta. Y les cuesta
la renuncia al pecado, la renuncia a maldecir, la renuncia a la crítica, y a la
calumnia. La santidad cuesta, pero en Cristo vuestro Dios, vencerán a todos esos espíritus malvados. Que
en un descuido les pueden hacer resbalar, y caer. Pero Yo el Señor, les digo,
siempre estoy con ustedes, y cuando ustedes claman llorando. > Señor pequé, y caí. > Me duelo de ustedes, Yo mismo les doy el
arrepentimiento, y el dolor. En Mí no morirán, en Mí tienen vida, y os la vida en Mí, en este
mundo peregrino, os les va a costar. Aún quizá desvelos, y cansancio. Porque Yo
los he invitado a estar en una cadena de oración y muchos se han cansado. Si
supieran el mérito que le doy a esta cadena de oración. Quizá para ustedes sea
mucho lo que Yo les pido, una hora de oración. Y en verdad les digo, que Yo le
estoy dando mucho mérito. No nada más para ustedes, para muchos. Porque Yo soy
un Dios de amor, y agradezco la ofrenda de mis hijos, y su sacrificio. Quizá
les pida un poco de desvelo, y un poco de cansancio, acuérdense que se
robustece, y se fortalece tanto el espíritu. Pues Yo mismo el Señor Dios, veo
su esfuerzo, y en verdad su amor. Y os digo, mi hijo me ama, hace un esfuerzo
por Mí. Cuando Yo le di todo, y me doy todo por el. Y él me da en sacrificio, una hora de
oración. Si supieran lo que os vendrá
luego, el sentimiento que habrá luego en ustedes, y la fortaleza. Y os hijos,
en el último día, esas 365 horas que os le ofrecieron a vuestro Dios de
oración. Esas 365 horas como una ofrenda de amor, y sacrificio, Yo se los
multiplico por una eternidad. Porque fueron 365 horas de una entrega total de
amor, a Dios y a mi Madre amada. En el rezo del Santo Rosario, en esa adoración
y meditación a mi Sagrada Pasión tan dolorosa. Pues si supieran, en esa hora,
cuantas almas estoy Yo levantando. En
esa hora cuantas almas estoy trayendo a Mí. Les digo, sí, les cuesta la
salvación. Pero en Mí, Yo les doy esa fortaleza, ese ánimo, y ese deseo a
seguir, cuando veo en sus corazones, que tienen ese deseo de Mí.
Acuérdense que soy en ustedes, y
que Yo me entristezco grandemente cuando discuten. Cuando dejan entrar la
soberbia, la envidia, y el celo. Cuando dejan entrar ese espíritu, el cual los
quiere hacer grandes, poderosos, y soberbios. Os Yo les digo, cierren la
puerta, ustedes me conocen, Yo me he hecho conocer. Os les digo a todos, son
mis hijos, no me entristezcan al buscar para ustedes mismos el mal. No me
entristezcan al querer ser ustedes piedra de tropiezo, y al sacarme de tu
hermano. Antes bien, ora por tu hermano y háblale. Dile siempre de tu Señor,
que es amor. Yo soy Dios, y en verdad les digo que en Mí todos, y Yo con
ustedes. Yo soy el Espíritu que unifico la Santa Iglesia,
Católica, Apostólica, y Romana. Esta Iglesia es apostólica, está toda en Mí. Yo
les digo, toda mi Iglesia está en un solo Espíritu, el Espíritu Santo. Toda
esta Santa Iglesia, la cual fue fundada por Cristo, por Dios vivo, y verdadero,
es el Cuerpo Místico de Cristo. Y os
Cristo con su Cuerpo, y su Iglesia,
llega al Padre Celestial, y os dice. Padre aquí está el que tu me diste, aquí
está mi hijo, yo te lo vengo a entregar en Mí mismo. Vengo a darte parte de Mí
mismo, él fue bautizado. Aquí estoy en mi hijo, en mi hermano, aquí está mi
redimido y te lo vengo a entregar. Esas
son las palabras que habla el Señor Jesús, cuando Él llega y os les entrega.
Llega a entregar parte de Él mismo. El mismo, su Cuerpo Místico.
Digan todos a una voz. >
Gracias Padre, por habernos dado a tu Hijo. Gracias Padre porque en tu
Hijo nos diste tu Santo Espíritu. Gracias Padre porque en tu Espíritu nos das
vida. Gracias Padre, porque en el Espíritu somos uno en Ti, y en el Hijo.
Gracias Padre, porque nos has unificado a todos, como un solo Cuerpo. El Cuerpo
Místico de tu Hijo. Gracias Padre porque fundaste esta Santa Iglesia Católica
en Cristo Jesús, y os Cristo como piedra angular. De todos nosotros, Iglesia de
Dios. Todos somos en esa piedra angular. Gracias Padre, por todos aquellos que
tomaste de entre tu pueblo, tus sacerdotes. El sacerdocio que Cristo Dios Todopoderoso,
quiso dar a su Iglesia, y os en Cristo.
> Todos son sacerdotes, pero mi Hijo muy amado, os ha tomado entre
todos ustedes, como formó a sus apóstoles. Algunos como son, el Papa, los
Obispos, los sacerdotes, y todos aquellos que se han abandonado en su Señor. En
una caridad, y amor, todos aquellos que están en castidad, en obediencia y en
una pobreza, han dejado todo por su Señor. Y el Señor les ha tomado como un
medio para darles vida nueva, en cada uno de los Sagrados Sacramentos, en
Cristo Jesús. Quedan adheridos, en cada Sagrado Sacramento. Cristo es Jesús Sacramentado, y todos ustedes
en Cristo son. Todos ustedes viven una vida Sacramental. Alégrense pues, el
Señor Dios que tanto les ama, les dice. La Iglesia de Dios está unificada en un solo
Espíritu. Son muchos espíritus, pero
todos estos espíritus, todos unificados en un mismo Espíritu. El Espíritu de
Dios, pues, ámense, vivan la fe, que
Cristo el Señor les ha traído. ámense y den testimonio de que la Santa Iglesia
Católica, Apostólica, y Romana, esta Iglesia en Cristo, es una Iglesia en la
cual solamente Dios Todopoderoso, os ha querido haya Sacramentos. Cristo NO
tiene más esposas, solamente tiene una. Cristo ama a todos sus hijos, y todos
aquellos que andan dispersos. Yo les digo, Yo no les vine a condenar, pero
también les digo, bautícense y crean en el Evangelio. Para que puedan entrar en
el Reino de los Cielos.
Aquel que dice Jesucristo es mi
Señor, en Cristo tengo vida, en Cristo todo lo puedo. Profesen esta fe con
todos sus hermanos.
Yo estoy con ustedes, me he
quedado y les doy vida. Vida en el Espíritu, soy Dios, y soy vida. Y tienen
vida por un tiempo según la carne, pronto dejaran este peregrinar. Dichosos los
que se preparan como la novia, que se prepara con tanta ilusión para los
desposorios, con su muy amado. Hoy les he hablado como quiero que se preparen,
para esos desposorios eternos con Cristo.
Ustedes son mis hijos y valen
mucho. Yo se los digo, fuera de Mí, serían como aquel que mendiga. Aún las bellotas de los cerdos, y visten
harapos, cuando son hijos del Rey de Reyes. Y Yo les doy lo mejor, les doy mi
Cuerpo, mi Sangre, mi Alma, y mi Divinidad. En esas ofrendas que ustedes
apartan para Mí, y que llevan al altar, como una ofrenda misma para vuestro
Dios. La cual Cristo en esas ofrendas, me doy todo como ofrenda en el pan, y en
el vino para todos ustedes.
Tan hermosos mis pequeñitos, os
ustedes que dicen, voy a Cristo. Sepan que Cristo, está ya con ustedes. Y os
que dicen, Jesucristo es mi Señor, digan, yo soy hijo del Señor, mi Jesús. Y
digan siempre, Cristo reina y Cristo me ha llamado a reinar con Él. Todos ustedes que llamen a Jesucristo su Rey,
su Señor, sepan que el Señor Dios, les ha hecho uno en Él. Y que ustedes en Él
reinan ya. Y que el Señor Dios, como sus
hijos les ha dado su Señorío. Benditos los que se reúnen con amor, en el amor
mismo de Dios, y en el amor de vuestra Madre. Que es el amor de Dios, y el amor
en ustedes. Os les trae, para que tengan esta cita de amor, y en el mismo amor,
reciban renovación. En el mismo amor que
es Cristo, ustedes reciben esa paz interior,
en el mismo Señor Dios que es amor y que es el Padre. Ustedes hijos
amados reciben del Padre Celestial, como
sus hijos, esas gracias abundantes. Y todos son llamados, sin excepción,
a que reciban Espíritu Santo. Pero el Espíritu Santo quiere que cada uno de
ustedes, sea siempre un testigo de Cristo. En el mismo Espíritu Santo que es
amor, sean pues amor. El que es amor, es vida. Y el que no tiene amor,
solamente hay muerte en él.
Ámense los unos a los otros,
unifíquense como Iglesia. Perdónense y digan.
> el Señor Dios me ha hecho uno en Él, y como Cristo ama, yo amaré. Y
en su amor y su perdón, yo perdonaré.
> Si tuvieran fe, y dijeran el Señor mi Dios, es todo para nosotros,
y en el que es todo, somos todos. Todo
lo hacemos en el nombre del Señor, que nos ha dado vida y que nos fortalece con
su espíritu. ámense mucho los unos a los otros. Como hermanos todos, como familia real en el Señor
Dios, único y verdadero Jesucristo. Y en Cristo, en el Padre, y el Espíritu
Santo, os les amamos Trinidad Santa, a todos ustedes. Les amamos hijos, que nos
dan tiempo, del tiempo que les damos. Como una ofrenda exclusiva para el Señor
Dios, de quien todo les viene.
Les amo.
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