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El Señor siempre con ustedes, y
en ningún momento les dejo. Aún al más pecador, sepa que estoy con ustedes,
pero quiero estar en ustedes. Y que os, todos formen en Cristo mi Hijo muy
amado. Un solo Cuerpo, todos como Iglesia Santa de Dios. Un solo Cuerpo, mi Hijo no está dividido en muchos cuerpos.
Muchos dicen. > Es igual en una parte que en otra. > No hijitos amados.
Un solo Cuerpo, una sola Iglesia, y un solo Dios y Padre. Muchos se están yendo
y muchos más dicen que regresaran. Sepan que todo aquel que se retira de la Santa Iglesia
Católica, no puede decir que es Cuerpo Místico de Cristo. Mi Hijo muy amado os dice, Oh Padre, mira han
decidido retirarse a seguir al hombre. A seguir lo que el hombre en su voluntad
les está diciendo, como evangelio. Pero no es evangelio lo que les está
diciendo, porque no es palabra de Dios. Ellos están interpretando como ellos
quieren, y como a ellos les gusta. Yo les hago este llamado, vayan y digan.
Solamente hay una Iglesia, y un solo Señor y Padre. Vayan y digan, Cristo solamente tiene un
Cuerpo. Cristo solamente fundo una Santa Iglesia. Vayan presurosos y digan que en la Santa Iglesia
Católica, solamente hay Sacramentos, y hay vida. Como pueden decir, que iran
con aquel los cuales son usurpadores. Muchos se quieren hacer pasar como
Cristos, y como Señores aquí en la tierra. Pero os les digo, Señor solamente
hay uno. Cristo solamente hay uno, e Iglesia solamente hay una.
Yo soy tu Dios, y siempre di.
> Señor quiero todo en tu Divina voluntad. Yo no entiendo tus misterios,
pero Señor si Tú quieres, házmelos
entender. Que yo solamente se que Tú eres Dios, que eres mi Padre, y que me
creaste igual que a todos mis demás hermanos. Y que soy tu hijo, yo se que me
has dado una alegría grande en Jesucristo, mi Señor, tu Hijo tan amado. Quien
os ha venido y me ha redimido, ha venido a darme vida nueva. Y a perdonarme mis
pecados, y por eso me siento muy dichoso.
> Dichosos los que escuchan y lo ponen en
práctica y dicen. > Señor, yo te daré fruto con lo que Tú mismo me has dado. Tu eres la palabra, vienes a mi y te quedas,
y moras en mi. Hazme testigo tuyo Señor, que tu palabra fluya en m,i como
fuente de agua viva. Oh Señor llévame a donde tu quieras, aquí estoy Señor.
Vengo a Ti, a decirte, aquí estoy, envíame a mi. Yo te doy todo lo que Tú me
has confiado, mi cuerpo, mis sentidos, y mis miembros. Todo tuyo, dispón de
mi. > Benditos sean los que con fe
hablan a su Padre, y dichosos los que os dicen.
> Oh Señor yo por mi cuenta no os podría vivir Señor. Tú eres la vida
para mi, quédate en mi y dame vida. Dame vida Señor Dios, porque la vida en este
mundo y la carne, es pasajera. Señor dame de Ti, quiero vivir de tu vida.
Quiero vivir en Ti, yo ya no quiero vivir según yo. Quiero vivir en tu Divina
voluntad. Toma mi pobre voluntad en Ti y
dame la tuya, porque solamente en tu Divina voluntad, puedo tener vida. Yo
quiero tener vida, y quiero estar vivo. Porque el pecado siempre me acecha, y
el demonio quiere para mi la muerte.
> En este día glorioso en que celebran con
gran alegría, y con amor de hijos para su Dios. En el mismo amor de vuestro
Dios. Están celebrando este día tan hermoso, en la cual Yo me siento muy amado por mi pueblo. Benditos sean los
hijos que celebran el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por vuestro amor, y
del cual brotó sangre y agua. Sacramentos de vida para ustedes. Me doy para
ustedes. Mi Sangre preciosa, vínculo de amor con todos. Agua preciosa, y
espíritu Santo para ustedes. Les beso y les doy mi paz, soy vuestro Jesús.
A todos les hablo, este es el día
en el que dirán. > Señor dame tu corazón, y dame tus latidos. Yo ya no puedo
vivir con mis latidos, traicionero es mi corazón. Tomalo Señor Dios, porque mi
corazón no puede vivir sin el tuyo. Dame
tu corazón Señor, y toma el mío, toma pues Señor mis latidos, y os te doy mi voluntad. Para que Tú
me des tus latidos y tu voluntad. Soy tu hijo Señor. No podré vivir sin tus
latidos, por mi voluntad. Te amo, yo
quiero Señor estar siempre en comunión contigo. Dame esta gracia divina de
nunca separarme de Ti. > Oren hijos
amados, soy vuestra Madre María Santísima.
> No estén tristes, el tiempo llega. Acaso
en este tiempo, en el cual nos damos una cita de amor. Desaprovecharían el
mensaje de amor. Acaso dirían. > Señor, con tu mensaje yo puedo vivir. Vengo
a que me sanes, yo vengo a pedirte por mis necesidades. Tu mensaje yo lo puedo
escuchar aparte Señor, solamente vengo a que me ayudes. > Que ignorancia la vuestra, Os acaso la
palabra no les hace libres. Yo soy la palabra y estoy con ustedes, soy Cristo
Jesús. Ustedes cierran sus oídos a la palabra, asi no podrán tener vida. La
palabra es sendero, y es vida. La palabra es la luz que los ilumina, y la
palabra es en ustedes ese sendero, ese amor, y esa unificación con su Dios y
Señor.
Quédense en mi amantísimo
corazón, está abierto para ustedes. Vivan en Él, y quédense en Mí. Quiero que
ustedes mismos quieran hoy quedarse en Mí, y me digan. > Oh mi dulce Jesús, quiero morar en Ti.
Tu que permitiste que tu Santísimo Corazón, fuera traspasado por la lanza,
llévame en Ti, y siempre en Ti. Oh Señor, mira que las tentaciones del mundo
son muchas, ayúdame para serte fiel siempre. Tú eres el enamorado y yo estoy
enamorado de Ti. Porque Tu eres el amor, y yo no quiero Señor, apartarme jamás
de vos. Señor, que alegría el que Tu te
des una cita de amor con nosotros, y el que Tu te dignes venir a nosotros. El
que Tu Señor Dios nos instruyas de viva voz,
y que Tu nos das a saber cuanto nos amas. > Tengan fe.
Alegría grande me dan, los que os
están y permanecen en gracia de Dios. Tristeza me dan los que prefieren el
pecado, y los que prefieren guardar dentro de ustedes, aquellos enemigos, los
cuales les hacen creer cosas. Las cuales en todo momento se les harán buenas.
Cierren la puerta a todo lo que no venga de Mí. Están a tiempo, es el tiempo
para que inicien una vida de santidad, una vida de gracia Divina, una vida de
Sacramentos, una vida de oración, y una vida como hijos de María. Siempre
invocando el nombre de María en sus vidas, para que os le digan. Madre mía,
estamos contigo en todo momento y Tu con nosotros. Oh Madre mía, enseñanos a
orar.
Aquí estoy, y estoy con ustedes y les quiero
decir, que los que vienen en gracia de Dios, son miembros de mi Santísimo
Cuerpo. Pero los que están en pecado, en Mí
no entra nada sucio, ni arrugado. No digan, Señor, yo no tengo pecado.
Yo no he robado ni matado. Hijo amado,
no has pecado de pensamiento, obra, palabra, y omisión. El justo peca siete veces, cuanto más el
pobre pecador, y es pecado el que se encierren en su soberbia. Y que digan, yo
voy por el camino. Pobrecitos de los pobres pecadores. Eso ya es un pecado de soberbia, ustedes
deben de decir. > Señor, ayúdame
para que yo te sea fiel. Y para que siga siempre tus huellas. Pero no nada más
yo, hazme un instrumento de tu amor. Para que te traiga muchas almas. Mira
Señor, quiero ofrecerte hoy este ayuno, esta oración, y este sacrificio. Como
si te lo ofreciera para mi, o para uno de los más amados. Porque Oh Señor, yo
se que hay muchos de mis hermanos que no te conocen. Que andan desviados del
camino, pues por el más necesitado, yo te entrego, y te ofrezco todo mi ser. En
Ti Señor quiero ser ofrenda tuya de amor. Dame
lo que Tu quieras, y si Tu quieres Oh Señor, os dame aún el darte, a Ti
mi sacrificio. Por mi mismo no te podría ofrecer nada, porque soy débil y
frágil. Pero en Ti, eres mi fortaleza y mi paz. Mi deseo de ser como Tu, que
eres misericordioso y compasivo. Señor, te ofrezco todo en este día, mi
trabajo, mis obras, mi cansancio, Y mis anhelos. > Siempre en una obra de misericordia
estén ofreciendo a Dios, por la conversión de todos los pobres pecadores.
Ustedes que dicen. > Señor yo no te
ofendo, mira estoy todo el día viendo televisión, en que te puedo ofender. Si
lo que veo no tiene nada de malo, esas películas, y esos desnudos. Todo aquello
Señor, es muy normal. Y yo lo veo Señor, porque es lo normal de la vida. > Ya estás pecando hijo. Cuando tu dejas
entrar en ti la malicia, cuando tu estás viendo, ya lo que dices desnudos, lo
que estás viendo, esos cuerpos los cuales deberían ser templos vivos de Dios.
Pero muchos de mis hijos los están profanando al exhibirlos, y tu al verlos, ya
están pecando de adulterio. Yo te digo,
no tendrás por allí pecados de omisión, al dedicar tanto tiempo a las cosas
terrenas, y no dar a tu Señor, siquiera un tiempo para Él. Dirás. > Si Señor, me persigno y rezo un padre
nuestro. Voy presurosa un ratito a visitarte, y me regreso de prisa. > Hijo, con una visita apresurada, ni
siquiera te acuerdas de que tu Señor está allí, y regresas diciendo,
que ya cumplíste. No digas ya cumplí, dí, > Gracias porque me diste el regalo de ir
a visitarte. Cuantos están tan enfermos, y no pueden ir a visitarte. Tu me diste el regalo de ir a visitarte, pero
sabes Señor, conmigo y con mi Madre Santísima, te traigo a los que no te pueden
visitar. Yo te visito por ellos, y te
adoro y amo por ellos. > Siempre en
esas ofrendas de amor son mi alegría. No digan que no tienen pecado, sino antes bien, pidan mucho al Espíritu
Santo que les haga ver sus pecados. Para que haya un arrepentimiento. Pues
solamente si fuera el pecado, el robar y matar, pero tiene y comprende mucho
cada una de las palabras que se dice.
Aquellos enemigos aúllan porque
dicen. > No vemos a todos aquellos
que ya teníamos, y queríamos desviar del camino. Dónde quedaron. No los vemos,
Se ocultaron. Qué paso con ellos. Están envueltos en el Manto de María
Santísima.
> Tengan mucho cuidado, porque el mal es
tan astuto, que puede tomar hasta animales, como medios para hacer caer algunos
de mis hijos, en la ira. Y os los pueden hacer caer en la desavenencia. Y un
animal puede ser tomado también por satanás, para hasta dividir matrimonios. Un
animal debe estar bendecido por Dios, y debe ser ofrecido también a Dios, como creatura
de El. Deben de decir. > Oh Señor,
gracias porque creaste tu animalito, tu perrito, tu gatito, ese pajarito. Oh
Señor, te lo consagramos, es tuyo, y te lo entregamos. Que este animalito no vaya a ser presa de
ningún espíritu. Que no vaya a ser motivo de desavenencia, sino antes bien,
como tu animalito y como obra tuya, sea
motivo para que nosotros, te demos la gloria al atendértelo y cuidártelo.
Porque Tu nos lo has confiado y es criaturita tuya. Oh Señor, escucha y ten
piedad, que sin Ti, nada somos ni podemos. Mira Señor mi casa, es tuya Señor.
Eres el Rey de Reyes, Señor de Señores en esta casa. Yo te la entrego y te la
consagro, dándote gracias porque me la prestas para vivir. Mía solamente es
hasta el día que yo viva, después ya no la habitaré más. Señor aquí está, es tu
casa, tus muebles, son tuyos. Oh Señor,
todo lo has creado, y has tomado como un medio al hombre, para que estos
muebles fueran formados. > Yo quiero que empiecen vida nueva. Estar siempre
en un ofrecimiento a Dios, soy vuestro Jesús.
Les doy vida aquí mismo en la
tierra, en Cristo mi Hijo muy amado. Si supieran quien es vuestro Padre,
estarían contentos, y bailando de júbilo, y de alegría. Diciendo. > Jesucristo es el Señor, en Él voy a mi
Padre, y en mi Jesús, yo quiero hacer morada. Quiero que mi Jesús sea en mi, y
dejo todo por mi Señor. Voy a mi Señor y me entrego a Él, y le digo Señor. Aquí
estoy, envíame Señor, quiero ir. Yo
vengo contigo pobre necesitado. Tu me ves Señor, no tengo nada que dar. Dame
Señor, y lléname de Ti. > Si en
verdad supieran lo que ustedes valen. No estarían tristes, sino antes bien, aún
en las enfermedades dirían. > Señor
que alegría me das en esta enfermedad. En Ti, Señor Dios, mi enfermedad para Ti
es una ofrenda de amor, cuando te la ofrezco en Ti. Señor, bendito seas, porque
por medio de mi enfermedad estás haciendo cosas grandes y maravillosas. Y a me
das renovación dentro de mi, y purificación. Te doy las gracias, porque si Tu
quieres os me vas a dar mi salud. Pero si Tu quieres, me vas a llevar. Si me
das mi salud Señor, oh Señor dame de Ti, quiero ser tu servidor. Pero si me
quieres llevar, quiero morir, y renacer en Ti.
> Siempre oren con una entrega a Dios, y oren con humildad. Soy
vuestro Dios.
Cuando el pueblo de Dios se reúne
en torno a Él, en la Santa
Misa, y Yo os perdono sus pecados, por medio de mi hijo muy
amado celebrante. Yo os perdono sus
pecados y digo, mis hijos ahorita van a venir al banquete Divino. En el cual Yo
con tanta alegría me voy a dar a ellos como alimento, y como bebida. Y ya hay
un regocijo en Mí, y una alegría grande. Ya los veo a cada uno y aquel que está
en pecado mortal, que tristeza me da. Y digo, aquí está la gracia Divina,
santificante. Aquí estoy para perdonarles sus pecados, y prefieren a satanás. Yo
les amo y sepan que siempre en la Sagrada Misa, estoy presente con ustedes. Y es
una Fiesta Divina, descienden mis apóstoles, ángeles y santos. Descienden todos
y dicen. > Señor, que alegría nos da
en este momento. En el cual hay una celebración Divina, de amor, misericordia,
y entrega. Os mira Señor, todos están tan inertes, pensando cada uno en
diferentes cosas. Cada quien en su pensamiento, que pocos son los que en verdad
vienen a entregarse a Ti. Y a decir este momento es solamente para mi muy amado.
Señor porque no se acercan cuando te quieres entregar a ellos. Porque prefieren
el pecado. Acaso ellos están en la ignorancia.
> Les digo, no hijos, todavía no me aman. Todavía prefieren el pecado. Pobrecitos hijos, cuando
estoy aquí, para darles vida. Aquel que está en pecado mortal, y si le
sorprende la muerte, os irán al fuego eterno. Porque no aprovechan la gracia
santificante. Pero si cometieron un pecado mortal, y van presurosos a
confesarse. Y si por el camino les
sorprende la muerte, igualmente en su querer, el perdón de sus pecados y
en el arrepentimiento, cuando van presurosos. Yo les perdono sus pecados.
Porque soy Dios de amor y Misericordia. Pues no digan, no se alcanzo a
confesar. Si mi hijo se arrepiente, Yo les perdono sus pecados. Porque están en
un momento ya de agonía, y quizá no esté un sacerdote cerca de ellos. Y mi hijo
no se pierde, se arrepintió, e iba
presuroso con su Señor, para recibir el perdón de sus pecados.
Oren la oración que mi Hijo les
enseñó, y medítenla.
Saben que cuando oran, es una
ofrenda de amor. Háganlo en espíritu y en verdad, y os digan. > Mi dulce Jesús, enséñanos a orar como
enseñaste a tus apóstoles. Al ofrecer esta oración que tanto le gusta al Padre
Celestial, siempre en Ti, y contigo llegue mi oración a mi Padre.
> No se dejen llevar por ustedes mismos,
estén siempre vigilantes. Siempre despiertos, en oración, pidiendo siempre al
Padre Celestial, en el nombre de Cristo. Pues el Hijo les ha dicho, todo lo que
ustedes pidan en mi Santísimo nombre, mi Padre se los dará. Pero os pidan con
congruencia, pidan aquello en lo cual ustedes reciban. Si os lo que piden no es
contra la voluntad de Dios, sea antes bien, para su bien y para dar gloria al
Altísimo.
Digan. > Padre tómame de las manos y sostenme, en
el momento que yo me quiera tambalear. En el momento que llegue a mi la duda, y
en el momento que llegue a mi la tentación, no me dejes Señor. > Si la tentación llega ustedes,
imploren. Señor ayúdame, yo estoy tomado de tu mano.
Les he dado vida, y la vida en este mundo es pasajera. Son
peregrinos, pero busquen tener vida eterna. Busquen la vida en el que es vida,
Cristo, mi Hijo muy amado.
Permanezcan en obediencia. Ámen
mucho los Mandamientos de la Ley
de Dios, y ténganlos muy presentes en sus vidas. Yo les dije en algún tiempo
que los tuvieran desglosados, y los tuvieran en un lugar donde todos sus hijos,
esposos y amigos los vean. Para que llamándoles la atención se paren, y los
lean. Y lo que leen, siempre llegará a su corazón. Pues si ya no los tienen, vuélvanlos a tener. Allí en la sala, o en la
recámara. Tengan siempre a la vista de todos, algún catecismo, la Biblia Sagrada, y
libros de vidas ejemplares. Siempre tengan a la vista de todos, aquello que os
puede alimentar el espíritu. Y en verdad les digo, que estas familias con el
tiempo. Quizá aquellos sus hijos que andan desviados del camino, empezarán a
sentir un santo temor a Dios. Aquí estoy con cada uno de ustedes, benditos
hijos.
Hay tanto que decirles, y tan
poco el tiempo que queda.
Les
amo.
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