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Si ustedes creen en Mí, reciban.
Si están dispuestos a Mí, sean fuertes. Si quieren dar fruto, permanezcan en la
verdad. Y la verdad está entre ustedes, es Cristo, y es Dios. Vivan en la
verdad, amenla como un tesoro, y como una corona. En ustedes lleven la verdad,
Yo soy la verdad. Yo soy el Señor, y fuera de Mí solamente hay muerte. No
digan. > Señor fue una pequeña mentira. Es una mentira
piadosa. > Yo no soy mentira, si
dices una pequeña mentira. Ya estás en la mentira, ya estás yendo camino al
abismo, y hacia la oscuridad. Yo te hablo ahora, para que ames la verdad, y
vivas en la verdad. Actúes y hagas todo en la verdad, y digas Jesucristo es mi
Señor. Jesucristo es la verdad y la verdad ha venido a Mí. Y la verdad me ha
hecho libre. Vivan pues siempre en la verdad, y amen la verdad. Yo les
digo, Yo nunca soy mentira. Y Yo soy
piadoso, no digan que es una mentira piadosa. Porque ya estarían pecando
doblemente, soy vuestro Dios Yahvé.
Al Rey toda la gloria, la honra,
el honor, la adoración y la alabanza. Hoy y siempre por los siglos de los
siglos. Y aquel que no adora a su Señor, y que no le alaba, que no le bendice,
y que no le da gracias. Es como aquel que va por el camino, ciego, mudo y aún
sordo. Que no sabe a donde ir, ni que
hacer, y solamente va dando tropiezos,
tumbos y frentazos. Pues aquel que no ama a su Señor, que no lo alaba,
no le bendice, y no le da gracias. Solamente son como aquella planta, la cual
está siempre entre las piedras. Esa planta está llena de plaga, y raquítica. Os no da fruto, y si lo da, el
fruto es malo. Alaben, adoren, bendigan, y glorifiquen, exalten, y den gracias
a su Señor, y os deseen siempre ser gratos a Dios. Estando en mi Divina
voluntad. Yo mismo Dios, vine a traerles
mi Ley Divina, Los Mandamientos de la
Ley de Dios. Y se los dejé para que ninguno estuviera en
equivocación. Más benditos hijos, muchos ni tan siquiera se los saben. No saben
que son los Mandamientos de la Ley
de Dios.
Todo aquel que diga, > El Señor mi Dios es mi vida, y como Dios
es mi vida, yo vivo en Él. Y tengo vida por Él, y yo doy mi vida al Señor.
Porque doy vida de su vida, porque si el Señor Dios, me ha creado. Yo como su
creación me doy a mi Señor. Bendito sea
el Señor que me ha creado con un fin, para que yo en su Divina voluntad, y
dispuesto a Él, esté al servicio de mi Señor.
> Aún los que dicen. Señor, en mi vida me ha ido tan mal. Yo les digo, porque dicen que les ha ido tan
mal. Acaso ustedes solos han caminado por su cuenta. Acaso han abierto puertas
a lo que no viene de su Señor. Acaso han querido por su cuenta caminar, hablar,
y pensar. Y no poner un límite a sus pensamientos, y cerrando la puerta a lo
que no viene de Dios. Muchos más descuidan su salud, y otros aún enfermos
dicen. > Oh Señor, porque me dejaste,
acaso no soy tu hijo. > Y Yo te digo, Soy tu Padre, y porque te amo,
permito que participes de la
Sagrada pasión, de mi Hijo muy amado Jesús. Yo si quiero, en
mi Hijo muy amado Jesús, hacerte corredentor. Es porque te amo, pero quiero que
tú, con docilidad me digas. > Señor,
aquí está mi ofrenda. En Ti Señor, dispón de mi, y dispón de mi ofrenda. Yo
quiero ser siempre todo para Ti, aún en mi enfermedad, yo te adoro y te amo. Y
te doy gracias porque lo has permitido. Porque todo lo que Tú permites y todo
lo que viene de Ti, es para bien mío, de los míos y de muchos. Oh Señor que
grande eres, que infinito es tu amor y tu misericordia, al permitir esta
enfermedad en mí. Más Oh mi Señor, si Tú
quieres darme salud, gracias Señor. Yo te la pido, pero si tu quieres darmela.
Que sea para mayor gloria, honra, y adoración a Ti Señor. Padre, soy tu hijo y
de mi dispón. > Estos son mis hijos
que me dan gran alegría. Pero si dicen que Yo les dejé, si ustedes caminan por
su cuenta, viven en su pobre querer, y os abren puertas al malvado. Cómo dicen
que Yo les olvidé. Mas bien, están
haciendo como ustedes quieren, y llevan su vida como quieren. Toman lo que
ustedes quieren, fuera de la
Divina voluntad de su Señor.
Les digo como un Padre, que es lo que me
es grato a Mí, y que es lo que es
una ofensa muy grande para vuestro Dios y Padre, el que quieran la soberanía
por su cuenta. Nunca la encontrarán, acaso habrá un tiempo en que los exalten,
en que les digan, que grande eres. Si tienen dinero en abundancia, habrá quien
se incline, y hasta ponga la frente a sus pies. Pero ustedes que ya me conocen,
saben que todo esto les minimiza, y les vuelve al polvo. Pues no permitan que
os les exalten, que les alaben y que les
digan, que grande eres. Digan siempre.
> La grandeza es de mi Señor, el poderío de mi Señor, y el Bueno
es mi Señor. Yo solamente como tu, soy peregrino en este mundo. Voy luchando
por conseguir siempre lo que mi Señor, en su infinito amor y misericordia.
Cuando me ve luchando por Él, quiere darme y me lo da, igual que a ti. Así que
somos iguales. Antes bien, tu en
Dios, puedes hacer en el mismo. Porque
Él quiere hacer por tu medio, cosas
grandes y maravillosas, como sus hijos que somos. > ámense mucho, soy vuestro Padre Yahvé.
Sigue dando este testimonio, para
que todos sepan que es María Santísima, y quien es María Santísima. Y el poder
infinito que Dios le ha otorgado a la
Virgen pura, la
Madre de Jesucristo, y Madre de ustedes.
Cantad al Señor con gran alegría,
el Señor Dios es digno de toda alabanza, y de toda adoración. De todo aquel que
dice, el Señor es mi Dios, le exalta y le adora. Aún en tiempo de angustia, de
desesperación, y tempestad. Adorad al Señor, y en verdad les digo, que hasta
los vientos se detienen y las tempestades cesan. Cuando vean una tempestad, y
la tempestad sea tan destructiva, os les
digo, que por uno solo, que canta y adora a su Señor, aún por esa
tempestad. La tempestad misma cesará,
porque el Señor, en ese momento dice. Tempestad cálmate. Hagan la prueba y verán que bueno es el
Señor.
Soy vuestro Dios Jesús
Eucaristía, cuanta alegría me dan, cuando siempre buscan estar puros,
pulcros,y llenos de la gracia de Dios. La Gracia de Dios, les hace
soberanos. Yo soy el Señor os vengo, y les doy mi gracia santificante, en los
Sagrados Sacramentos. Vivan en esta vida sacramental, dando gloria, y alabanza
a vuestro Dios. Yo soy Jesucristo en cada uno de los Sacramentos, y en cada uno
Yo los unifico en Mí. Los hago en Mí, y en Mí, con la fe y la esperanza en
Dios, siempre hagan lo que Cristo. ámense los unos a los otros, y digan
siempre. > Jesucristo en mi, Quién
contra mi. Jesucristo en mi y yo en Él.
Yo en Cristo todo lo puedo, porque el que todo lo puede, se ha dignado quedarse
en mi, y hacerse uno en mi. Y quedándose en mi, me ha hecho uno en Él.
Oh Señor Dios, Tú que te quedaste con nosotros
y que formaste una Iglesia Santa. También pecadora Señor, porque somos
peregrinos, pero que en el amor que Tu nos tienes, nos redimiste y te has
quedado para darnos vida. Y vida en abundancia, te damos gracias Señor, porque
en tu Iglesia, has escogido entre los hombres, a ellos y por medio de los
cuales, Tu quisiste y quieres hasta el fin de los tiempos, darnos vida nueva.
Porque les has confiado las cosas del Reino, Tu mismo Jesús Sacramentado. Que
has confiado en ellos para que Tù, confiándoles aún la llave del Reino para
todos nosotros. Nos perdonas los pecados, y te das a nosotros. Bendito seas
Señor, por todos tus Sacramentos confiados a tus sacerdotes. Quien nos los das
por medio de ellos, como tu Iglesia, como tus hijos, y unificándonos a todos en
Ti. > Alégrense hijos amados.
Oren hijos. > Oh Señor, Tú que lo has creado todo.
Todo el universo y todo lo que bulle en él, así la tierra y todo lo que existe.
Permite que todos nosotros unidos a toda tu creación, estemos en adoración con
nuestra Madre Santísima. Quien tanto nos ama con tu mismo amor, en todas las
Sagradas misas, y todas las Sagradas Eucaristías. Que Tú Oh Señor, te has
dignado por amor, reunir a tu pueblo, en esa asamblea santa. En esa ofrenda de
amor, te das al Padre en ese momento, por medio de tus sacerdotes. Medianeros son entre Dios y el pueblo,
aquellos que has elegido, dándote
gracias.
> Soy vuestra Madre María Santísima, y vengo a cada uno y Yo os tomo esa necesidad
que tienen. Algunos están intercediendo, y
llega hasta el Señor Dios. Quien Yo María Santísima, como vuestra Madre,
aún en vuestra intercesión de cada uno. Yo estoy intercediendo por cada uno, os
estoy suplicando al Señor Dios Todopoderoso. En lo que más les conviene, y aún
en lo que no saben pedir, les amo.
Soy vuestra Madre del Cielo, y
vuestra. Dichoso el hijo que se queda en su Madre, y descansa en sus brazos, y
su regazo. Dichosos todos aquellos que
se refugian en mi regazo, y que se confían en Mí. Todos los que dicen. > Jesucristo gracias por haberme entregado
a tu Madre Santísima. Gracias porque me la has dado como mi Madre amada. > Estos hijos no teman, porque los mismos
demonios se alejan espantados, al ver a María Santísima. Y os en el Hijo
está siempre el querer para que su Madre
los lleve hacía Él mismo.
Les he pedido siempre, que estén en comunión. Y les he pedido
siempre que en esta cita de amor, esten en gracia de Dios. Aquellos que están en gracia de Dios, no teman. Pues
el que teme es porque está en pecado, y este es el temor. El que no tiene
pecado, no tiene porque temer, y si el Señor les ha redimido, se acercan al
Señor, y os dicen. > Señor en tu
redención yo tengo vida, yo vengo arrepentido. Dame Señor vida, Tú Señor, has
venido a llevarme en Ti. Oh Señor en Ti quiero estar. Quiero que me lleves
siempre en Ti, y que nunca me separe de Ti. Oh Señor Dios Todopoderoso, porque
Tú eres para mi la vida misma, y sin Ti, yo tengo solamente muerte. Oh Señor
dame de Ti, y yo siempre en Ti, esté en la alegría de los hijos de Dios.
> Bendito seas hijo amado que os crees, y
os dices, mi Señor ha resucitado y yo con Él. Benditos sean todos que con gran
alegría esperan este tiempo de resurrección. En el cual todos morirán, pero en
Cristo Jesús, aunque mueran, tendrán vida y vida eterna. Benditos sean los que
creen, pues sus cuerpos, aunque vuelvan al polvo, y como está sucediendo en
estos tiempos, sus partes queden dispersas. Van a resucitar, como cuerpos
resucitados. Resucitaran como Cristo, el
cuerpo de Cristo, resucitó lleno de gloria, y majestad. Así resucitarán en un
cuerpo vivo, y santo. Pues Yo el mismo Dios Todopoderoso Jesucristo, quise ser uno como ustedes. Para que ustedes
en Mí, fueran como Yo. Y para que una sola carne en Cristo Jesús, por el
Sagrado Sacramento del Bautismo. Todos en Cristo, como una sola carne, tengan resurrección. Van a tener
resurrección, pero aquellos, los cuales
no creen y no se bautizan. No tendrán resurrección. Para ustedes es un gran
misterio, pero soy misericordia y amor.
El Espíritu Santo en ustedes, y
con ustedes. No es lo mismo, en unos está. Pero el Espíritu Santo no está donde
hay pecado mortal, porque hay muerte. Como resucitarán en el Espíritu. Solo que
se arrepientan de todo corazón de sus pecados. Si no se arrepienten, y van
solamente a confesarse. Pero no hay arrepentimiento. No puede haber
perdón. Si el perdón es en el
arrepentimiento, y en el dolor de haber pecado. De haber ofendido a vuestro
Dios y Señor. Y haber tomado su cuerpo como un medio para el mal. Dichosos
ustedes que invocan a mi Padre con amor. Tienes un valor infinito, tu eres rey,
sacerdote, y profeta en Cristo. Muchos buscan la soberanía aquí, pobrecitos
aquellos mis hijos, que amontonan en sus casas, y guardan tanto. Que llega la
polilla y pica, el gusano pudre, y llega el ladrón y roba. Miren cuantos de mis
hijos trabajan tanto que no dejan tiempo ni para ellos, ni para su Señor. Y en
ese trabajar, buscando siempre el tener, y acumular aquí en este mundo bienes
terrenos. Se mueren y no dedicaron tiempo para su Señor. No sirvieron a su
Señor, y solamente llegaban a descansar. Se persignar de prisa, y otro día se
levantaban a trabajar. Pues querían hacer mucho dinero, como si fueran eternos
aquí, y aquí fuera su casa. Y fincaron
sobre arena. Pero también muchos de mis hijos, que son agradecidos, reciben de esos bienes del que murió. Y que
solamente vivió para trabajar, y tener. Y aquellos que oran por ellos, benditos hijos, porque aún en el orar y en
ofrecer a su Señor. Aún de lo recibido de aquel que no ofreció, el ya está
recibiendo también de su Señor Dios Todopoderoso, la gracia. Y aunque esté en
el Purgatorio, va disminuyendo cada vez su pena temporal. Aún ustedes, en el
orar ya están siendo misericordiosos. Y son gratos a Dios, pero hay muchos de
mis hijos que reciben esos bienes, y solamente hay discordia, y odio. Y hasta
se matan unos a otros, éstos están haciendo un daño tan grande. Aquel mismo que
les dejó, porque aquel nunca se acordó de Dios. Y ustedes en lugar de darle la
gloria a Dios, no se acuerdan de quien os están recibiendo. Muchos no reciben
por el odio, el rencor, y la envidia. Por querer recibir unos más que otros.
Cuanto deseo que entiendan mi mensaje. Y cuando ustedes reciban de alguien que
trabajó mucho, aún eso que reciban, den en el nombre de aquel que trabajó. Y
que les dejó algo, una caridad. Den con amor y digan. > En el nombre de Cristo, recibe Señor en
este hermano, lo que el no te dio. él ya está allá, tu sabes Señor en que
lugar, pero yo, sin saber. Doy Señor en su nombre, lo que él mismo trabajó. Si
el no te lo ofreció, yo te lo ofrezco ahora.
> Os en este momento, están disminuyendo la pena temporal en aquel
hijo, en el que no dio fruto. Pero que ya están ofreciéndole a su Señor, en el
nombre de él. Y ya está contento, porque yo le permito ver la misericordia de
ustedes. Les hago saber esto, para que
den gloria, alabanza, y adoración a Dios.
Pues os les digo María Santísima, ora también constantemente por sus hijos. Acuérdense que tienen una
Madre buena, y misericordiosa. Es una Madre en la cual está el amor, y el amor
de Dios. Y ella en el amor de Dios, a todos sus hijos. Imagínense el amor
infinito que mi Madre muy amada les tiene. Ella les ama con el mismo amor de
Dios, y les ama, como ama al mismo Dios, su Hijo. Quiero que se alegren, y
estén contentos. Que vivan unidos los unos a los otros, y que se ayuden. Si ves a tu hermano que tiene hambre, dale de
comer. Si ves a tu hermano con frío,
cobíjale. Si ves a tu hermano que ya no
tiene zapatos, y tienes dos, regálale
unos, si le quedan, sino, coopérense para que le compren unos zapatos.
Acuérdense que son la familia de Dios, y todos son hermanos, y que forman un
mismo cuerpo, el Cuerpo místico de Cristo.
Les hablo a todos, no haya discordia entre ustedes, ni envidias, malos
entendidos, y celo. ámense todos, Yo les digo, son miembros de mi Santísimo
Cuerpo todos. Si alguno está enfermo, visítenlo y oren por el. También si alguno se desvía del camino,
vayan por el, no lo dejen. Les estoy ordenando, les estoy mandando, y dichoso
el que está en obediencia a su Señor, y a mis Mandatos Divinos. Son mis hijos,
y en Mí, tienen vida. Alégrense y Yo les
mando, vayan y busquen aquel. El que se va desviando, aconséjenle con amor, y
tráiganle, No le dejen. Miren muchos de
mis hijos se alejan de los grupos de oración, porque no hay amor entre ellos.
Porque no hay unificación en Cristo, entre todos. Porque solamente buscan su
querer, y el bien propio. Y os les digo, el que ama se da a los demás, y el que
os quiere, el que dice te quiero, quiere también de los demás. No es lo mismo
querer, que amar. El amar es darse, y el querer es recibir de los otros. Cuando ustedes digan te quiero, díganles te
amo. Y no les de vergüenza. Abrácense y digan te amo. Y si dicen te quiero
díganlo, en el querer de Dios. Yo me doy
a ti en el querer de Dios, y quiero que permanezcan todos unidos. Pues en
verdad les digo, que para todo el que tiene fe, Yo os he estado dando a cada
uno de ustedes, en abundancia. He escuchado sus ruegos y súplicas, por
intercesión de mi Madre Santísima. Quien ha tomado toda intercesión, toda
súplica y también toda ofrenda. Y mi Madre intercede por todos los pobres
pecadores. Hago un llamado para que cada día vayan siempre en el camino de la
verdad. Digan. > Cristo, Tu en mi y
yo en Ti, vayamos a tus hijos. llévame en Ti Señor, yo quiero caminar en Ti,
fortaléceme y retírame todo aquello que me pueda apartar de Ti. Señor
instrúyeme, y corrígeme. No quiero que me dejes en mi voluntad, porque yo ya te
la he entregado. Dame de tu voluntad, se que por mí solo no puedo, pero en Ti,
todo lo puedo. Soy fuerte y valiente en Cristo, porque os Cristo es mi
fortaleza y mi valentía, y mi sostén. En Él me sostengo, vivo, voy, y en él
hago. En Dios Todopoderoso yo lo puedo todo.
> Digan siempre estas palabras, y confíen en Cristo. Este es un
lugar, el cual Yo elegí para darme una cita de amor con ustedes. Yo el Señor
Todopoderoso, quiero prepararlos cada día más,
según mi Divina voluntad, en mi Divino querer, y en mi Sabiduría Divina.
He tomado medios para que Yo, por medio de ellos, les haga saber y conocer la
verdad, el camino, y el que hacer y como hacerlo.
Trinidad Santa siempre con
ustedes. Trinitarios son este grupo de oración. Es mucho el trabajo, y muchos
de mis hijos que necesitan de aprender, de conocer y recibir. Pues muchos no me
conocen y muchos de mis hijos, están yendo a evangelizar aquellos lugares
lejanos. Yo voy en cada uno de ellos, pero hoy les hago un llamado a todos. Les
hago el llamado, motivemos a mis hijos, algunos están muy lejos, pero en verdad
les digo, que el evangelizador, y el misionero, recorre grandes distancias en
su Señor. Yo soy Cristo que les estoy haciendo el llamado en Mí, para que
ustedes en Mí vayan y Yo en ustedes. Hagamos esta gran obra evangélica. El
hacer conocer a Dios vivo, y verdadero.
Muchos dicen, Dios existe, pero donde está. Está lejos de aquí, está en el Reino. Muchos
más, no creen ni tan siquiera que existo, y otros más no conocen a María
Santísima. Y solamente la llaman una mujer, la cual tuvo más hijos, porque no
me conocen. No conocen a mi Madre Santísima y no hay quien les haga conocer la
verdad, soy vuestro Dios Cristo Jesús.
Siempre con el rosario de María
Santísima oren y recen. Que siempre el
rosario de María Santísima lleven en su cuello y sea una defensa para ustedes
y los suyos. Lleva con fe el rosario de
mi Madre Santísima. Si alguno se va desviando os María Santísima con tu rosario
trailo. Y si alguno aún muriendo estuviera en pecado, por intercesión de María
Santísima y en su santo rosario, pidan que ninguno muera sin antes haber
recibido los Sacramentos. Así en el Santo Rosario de María Santísima quieran
ser elevados en Mí Jesucristo. Como la
ofrenda hermosa que es para Mí, el rezo
del Santo Rosario. Pues mediten cada vez, Mi vida, pasión, muerte y
resurrección. Que grato es que ofrezcan una oración de amor, en María, conmigo,
y como la familia de Dios, siempre orando. Trinidad Santa, y María Santísima
siempre contigo. Ofreciéndome vuestra oración de amor.
Oren y ofrezcan al Padre
Celestial en mi nombre Santísimo, toda ofrenda, y digan. > Padre, en mi dulce Jesús yo quiero
estar. No permitas Señor que yo me aparte de Ti. Mira mi Jesús, yo quiero en
Ti, ser siempre en mi Padre. Tu me has prometido Señor, que en Ti no me
perderé. Y veré el Reino y yo de Ti
espero.
> Oh que dolor tan grande, en cada alma que
se condena. Y no quiere ni acepta mi redención, y la salvación que Yo he ganado
para ellos. El Reino que he ganado para ellos, por los méritos de mi Sagrada
pasión tan dolorosa. Por mi dolor tan infinito, ellos son salvos. Y no quieren
arrepentirse de sus pecados. Y egoístamente dicen. > A mi aquel que me diga, yo lo juzgo. Que
tiene que ver en mi vida, yo seguiré mi vida como yo disponga. Jesús dice que
me ha salvado, y si Él quiere así que me salve. > Hay tanta soberbia, y desacato en mis
hijos. Oren por ellos, y por ustedes. Intercedan por el pueblo pecador.
> En esta meditación y adoración, viviendo la Sagrada pasión de mi Hijo
tan amado, dicen que fui traspasada. Ciertamente fui traspasada por esa espada
de dolor, como Madre. Y os también como Madre de todos ustedes sigo siendo
traspasada, por cada uno de mis hijos. Cada dolor que recibo de cada uno, cada
vez que ustedes pecan. Mi Hijo me dice. >
Madre les he dado una voluntad a cada uno, y dueño de su voluntad es. Yo no
dispongo de su voluntad Madre mía, pero si me hago conocer, para que ellos me
hagan en su voluntad, a conocer a los demás. Cuando ellos ya me aman, y dicen
Jesucristo es mi Dios. Y dejan todo y me siguen. Madre mía, mira, tantas
mujeres y hombres, que se prostituyen. Pobrecitos Madre mía, no saben lo que
hacen, profanando el templo vivo de Dios, y echándome fuera. Aquellos que dicen que comulgan y que me
reciben, y os dicen estar en comunión. Pero el que comulga, y recibe a su Señor
en pecado mortal, está comiendo su propia condenación. No lo hagan y si lo han
hecho, lloren, y vístanse de sayal. Hagan penitencia y ayuno, y confiesen su
pecado grave.
Están en un solo latido, el de
María Santísima, el de Jesús, y el de ustedes, un mismo latido. Los Dulces
Corazones están en un latido con el de ustedes, y sus latidos, en los Dulces
Corazones.
Les amo.
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