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Si supieran cuanto los amo, si supieran que por amor, Yo vengo a ustedes. Cuanto deseo quedarme en ustedes, y cuanto deseo que ustedes me reciban. Cuanto deseo que ustedes quieran la purificación en ustedes. Cuanto deseo que vivan una vida de santidad. Cuanto deseo que ustedes en todo momento estén pensando. Qué sucederá, después de esta vida. Después de esta vida, habrá un juicio, y en ese juicio soy benévolo con ustedes, pues Yo fui juzgado y por ser juzgado, yo soy benévolo con ustedes en ese juicio. Pero quiero que se arrepientan, sin Mí no tuvieran salvación, sin Mí no hay salvación. Ustedes dirán. Señor, y antes de que tu vinieras, no había salvación. Y Yo les digo, Yo ya existía, Yo no tengo principio, ni tengo fin. Ciertamente quise redimirlos, haciéndome hombre en el vientre virginal de mi Madre muy amada, María Santísima. Pero YO SOY DIOS, no tengo principio, ni tengo fin. Somos uno el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, somos tres personas distintas, pero somos un solo Dios verdadero. Los tres estamos unidos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en un mismo querer, y en un mismo sentir. Somos uno solo, y una sola alianza. Más les digo, todos ustedes que son en Mí, son en mi Padre. Y los que me ven a Mí, han visto a mi Padre, y aquel que me ha visto a Mí, ya ha visto a mi Padre y le conoce. Benditos hijos amados, todo aquel que dice, Jesucristo es mi Señor. Y que vive según las Leyes de la Santa Iglesia Católica. Ustedes que viven según mi querer, y que están en obediencia a mi querer Divino, os les digo, en verdad son mis testigos. En verdad han creído en Mí. Si no están en mi Divina voluntad y están en su querer, y hacen lo que ustedes quieren, No me han conocido, y no están en mi Divina voluntad. Leyes os he dejado, y son divinas. Quiero que todos ustedes, unificados en una sola Iglesia, Santa, Católica, Apostólica, y Romana. Yo soy el Señor Dios Jesucristo y he unificado a mi Iglesia en Mí, permanezcan fieles a su Señor. Yo no he fundado, ni creado otras Iglesias. Esta es la única. Otras han sido creadas o fundadas por hombres, y aquel que crea en el hombre y no en Dios, estará como aquel que está dejándose guiar por un ciego, y van los dos al abismo. Arrepiéntanse de sus pecados, Yo el Señor Jesús les digo, soy el Señor Sacramentado Jesucristo. Después de hacer un examen de conciencia vayan, confiesen su pecado, que Yo doy la absolución por medio del sacerdote. Se los he dicho tantas veces y se los seguiré diciendo, porque muchos de mis hijos, hasta se han alejado y dicen. Eso yo ya lo se, yo ya lo he escuchado. Pero no lo están haciendo, simplemente dicen en una rebeldía. Ya lo se, ya lo conozco. Que tanto me están diciendo. Y Yo les digo, y no lo han hecho. Y si lo hacen, lo hacen cuando ustedes quieren, pero Yo lo que quiero es que estén en gracia de Dios, que estén siempre vigilantes, y despiertos. Si se los digo es porque los amo, no dejen que pasen días y días, en los cuales tengan el pecado en ustedes, el pecado es muerte. Si les sorprende la muerte en pecado, Qué van hacer hijos queridos. Si la gracia santificante está en ustedes, y con ustedes, pero no la aprovechan. Y se los voy a seguir diciendo, porque Yo el Señor Jesús, les estoy hablando de la vida eterna, les estoy hablando de la salvación de sus almas, y del perdón de sus pecados. Los llevo en mi amantísimo corazón, mi Padre los contempla en Mí. En Mí, ustedes no tengan temor, pues en Mí tienen la salvación que Yo he ganado para ustedes, por los méritos de mi Sagrada pasión tan dolorosa. Yo soy el Señor Jesús, y vengo a ustedes y les hago el llamado, no dejen que pase tan siquiera un día, nunca dejen que el pecado permanezca en ustedes. Si van a dormir en pecado mortal, en verdad les digo que en ese pecado mortal su espíritu está muerto. Allí está el mal dentro de ustedes, aquel que por el mismo quiere ir al lugar del castigo, no diga. El Señor no me redimió, a mi no me perdonó. Porque Yo te perdono, Yo soy Dios y te amo, y lo que quiero de ti, es que seas salvo en Mí. Soy tu Señor Jesús, alégrense todos ustedes que me están escuchando.
Yo soy el Señor quien vengo a ustedes, dichoso el que me recibe en su amantísimo corazón. Dichoso aquel que dice Jesucristo es mi Señor y lo dice en espíritu y en verdad. Dichoso todo aquel que abre su corazón al Señor Dios de la vida. Dichosos todos ustedes que con fe se han reunido en mi santo nombre. Dichosos todos ustedes que reciben en su corazón mi mensaje de vida, y lo viven. Dichosos todos ustedes que se han dado una cita de amor con el Rey de Reyes, y Señor de Señores, Jesucristo el Señor.
Se lo que hay en cada uno de ustedes, conozco sus necesidades. Conozco mejor que ustedes su querer, su sentir, su haber, su tener, su todo, sus deseos, sus sentimientos, y sus pensamientos. Todo lo se, nada me queda oculto, pero cuanto deseo que ustedes crean, y me crean. Y que ustedes en ese creer en su Señor, y en ese abandono, quiero que pongan toda su confianza y os digan. Señor, se que Tú quieres lo mejor para mi. yo no puedo comprender en mi poca humanidad, que es lo que más me conviene. solamente se, que no quiero llevar mi cruz de cada día. porque aquel le va bien, y a mi no. Cada uno de ustedes lleva una cruz, Y Yo les digo, todos ustedes son llamados a ser felices, aún en la enfermedad, y en el sufrimiento, porque Yo quiero que me entreguen su carga, quiero ser su cirineo, soy Jesucristo vuestro Dios. Yo no quiero algo malo para ustedes. Quiero lo mejor para ustedes, aún en la enfermedad, Yo les estoy purificando, estoy sanando esas heridas internas. Yo el Señor Dios Todopoderoso, les estoy preservando de la muerte eterna, preservándolos aún del tiempo en el Purgatorio. Yo a mis hijos los tomo en mis brazos, los llevo en Mí, al Padre Celestial. Mi Madre amada está con ustedes, no hagan sufrir a mi Madre Santísima, díganle cuanto la aman, y acompáñenla en la intercesión por todos los pobres pecadores, rezando el Santo Rosario, orando siempre, yendo al Santísimo y diciendo. Jesús aquí estoy, vengo a Ti, y quiero de Ti, para mi, Tu Divina voluntad. vengo a decirte, haz de mi lo que Tú quieras, solamente vengo a decirte que aquí está la familia que Tu me has confiado. los amo y me duelen mucho, pero más te duelen a Ti y más tuyos son, que míos. aquí están, te los vengo a entregar y a decirte que hagas de ellos como a Ti mejor te plazca, como tuyos que son. Tu eres muy bueno y Tu nos das a nosotros en tu bondad y misericordia, lo que más te place para cada uno de nosotros. No me gusta que me presionen, ni que me exijan, Yo quiero que con humildad me pidan, que confíen en Mí, y se abandonen en mi Divina voluntad.
Os Padre, os mis hijos han sido redimidos, les he redimido, y ellos en Mí son salvos. Yo he pagado ya la deuda de cada uno. El Espíritu Santo, Paráclito Divino es para cada uno de todos mis hijos. El Espíritu Santo para todos mis hijos, Yo no dejaría a uno de mis hijos sin Espíritu Santo. No dejaría a uno solo sin vida. Yo soy Dios y el Espíritu es para cada uno de ustedes. El Espíritu que procede del Padre y del Hijo. Alégrese el pueblo de Dios, alégrese, aquellos que con gran alegría alaban y bendicen al Espíritu Santo, Pidiendole. Y el Espíritu Santo que es el don del amor del Padre y del Hijo; en ustedes les hace hombres y mujeres nuevos. No quieran hacer las cosas en su voluntad, pobres hijos míos, se perderían. Hagan todo en la Divina voluntad, siempre en el Espíritu Santo, ofreciendo un sacrificio de amor, diciéndole, ven habita en mi, límpiame, y quédate en mí. Les beso y les doy mi paz.
Benditos sean todos aquellos, que en el secreto hacen el bien a sus hermanos, y dicen. todo por Ti, y en Ti. todo sea para Ti. Los quiero santos, y Yo me he quedado para santificarlos. Son santificados, en el arrepentimiento de sus pecados, y en el perdón de sus pecados, e iniciando una vida nueva, según la Ley Divina, y según el mandamiento nuevo, que les dejó Jesucristo. Ámense los unos a los otros, como Yo les amo. El pecado siempre está en la envidia, en la prepotencia, en querer ser más los unos que los otros, teniendo en ustedes la intención de destruir a su hermano, eso es pecado mortal. Y es muerte en el espíritu, nunca quieras un mal para tu hermano, porque tu mismo estas recibiendo el mal en el espíritu. Nunca desees un mal a tu hermano porque ya tu espíritu está muriendo. Si tuvieras tu espíritu agonizando, tú no ves tu interior, pero Yo te estoy hablando de viva voz, ámate, y ama a tu espíritu, mantenlo contento, alegre, y grato al Dios vivo, al Señor que te ha creado. Haz el bien a tu hermano, ámate tu mismo como propiedad de Dios que eres, tu eres hijo de Dios. De que les serviría poseer todas las cosas, todos los bienes terrenos, y el mundo entero, si tu espíritu estuviera muerto, si tu alma estuviera muerta, de que te valdría tener salud en tu cuerpo, y buscar siempre la salud con los mejores médicos. De que te serviría, vestir regiamente, de que te serviría tener un palacio, si en el último día, tu solamente recibirías una sentencia. No te conozco, nunca te vi. Soy tu Dios quien te dice, si tu quieres permanecer en el mal, el mal te destruirá. Yo no he venido a destruirte, Yo no he venido a condenarte, el mismo mal te condena. Yo no te condeno, antes bien, vine a librarte de la condenación eterna, Yo soy Dios Todopoderoso, Yo no vendría a condenarte. Cuando Yo he venido a redimirte, a librarte de la condenación eterna, en Mí eres salvo. Yo he venido a salvarte y me he quedado aquí, para que tú en Mí, seas hombre, y mujer nueva. Yo quiero hacerles saber que estoy con ustedes, y haciéndoles saber, que Yo quiero llevar la carga de cada uno. Tu no podrás por ti mismo, llevar esa cruz de cada día. Tu no podrás, miren cuantos de mis hijos trabajan y están renegando, y maldiciendo. Cuando deberían de estar agradecidos ante el Señor, dándole las gracias, porque tienen un trabajo. Porque de ese trabajo viven ellos y sus familias, según la carne. Cuanto deseo que el hombre, y la mujer que trabajan, en su trabajo estén alabando a su Señor, a su Creador, dándole las gracias, y os diciéndole. Bendito seas Señor, porque me das la alegría de poder trabajar. las fuerzas, y la esperanza en Ti. el cansancio es mucho, pero Yo te lo ofrezco Señor, tómalo y dale el mérito que Tu quieras darle. Y os les digo en esa ofrenda hermosa, Yo el Señor estoy haciendo mi obra, no solamente en él y su familia, sino en muchos. Los traigo de la oscuridad a la vida, dándoles el don del arrepentimiento. Se los doy a todos, pero muy pocos abren su corazón. Yo os doy mérito y los hago corredentores en Mí, en su gran sacrificio ofrecido, con el amor de los hijos de Dios, a su Padre.
Ustedes son ovejitas de mi rebaño, y Yo no dejo a mis ovejitas. Si Yo veo a una ovejita herida, Yo sano sus heridas. Si una ovejita está cayendo al abismo, presuroso voy la saco de lo profundo y la traigo al redil. No dejaría a mis ovejitas en manos de sus enemigos. No lo haría, porque les amo.
Pobrecitos hijos, muchos dicen. el Señor se ocupará de nosotros, habiendo tantos. Cada uno de ustedes es único para Mí, todos ustedes se dividen por estirpe de sangre, pero todos son unificados en una estirpe Divina.
Benditos hijos amados que con fe dicen. Señor aquí estoy, Tu sabes de mi todo. Yo te pediría muchas cosas y te las pido, pero Tu me darás en tu amor, aquello que más necesito, esperaré en Ti, te amo.
Ciertamente todo bien les viene de Mí, quiero que tu mismo me hables en tu interior, que Yo el Señor todo lo se, pero me gusta mucho que me confíes tu querer también, aún lo que Yo ya se. Yo quiero darte mi paz, recíbela hijo, Yo tu Señor te la doy, nadie te la puede dar. Solamente tu Señor Dios, a quien tu amas, y tu amas con mi amor.
Si está pronta la discusión, déjala, quizá por tu cuenta no puedas, pero en ese momento habla y dime. Señor ayúdame, no me dejes caer. Invoca a María Santísima y dile. > Madre mía, protégeme. todo poder se te ha dado, para que Tú como Madre nuestra, nos protejas de todos aquellos enemigos, que nos quieren hacer daño en este momento. > Habla con fe, que Yo estoy pronto y María Santísima, intercede por ti, y no te dejará, en manos de tus enemigos.
Tu has sido salvado, al precio de sangre de mi amado Hijo Jesucristo. Pues mi Hijo está pronto y os dice, Padre mío, liberemos a mis hijos, ellos no saben lo que hacen. Oh Padre, míralos en Mí y perdonémosles sus pecados. Mira ellos se han arrepentido de todo corazón, Padre, ellos me han escuchado, que en el Sagrado Sacramento de la confesión, esa reconciliación en Dios con su creatura. Yo les doy vida nueva, soy vuestro Señor Jesús, que estoy intercediendo por ustedes ante mi Padre Celestial. Y ustedes que son míos, que son en Mí, como Cuerpo Místico, como Iglesia, y Yo soy la cabeza de todos ustedes. Es incomprensible quizá para ustedes, la Iglesia, mi Iglesia con ustedes y Yo soy la cabeza, y ustedes forman mi Cuerpo Místico. Yo los libero de la oscuridad, les doy vida nueva, les doy purificación interior. Vivan santamente, tengan horror al pecado. Les beso, soy vuestro Señor Jesús.
Sigan llevando la buena nueva, el llamado se les hace a todos ustedes. Todos ustedes son llamados a trabajar, para el Reino, aún ustedes que dicen. > yo no se nada Señor. > Ustedes saben porque han escuchado mi voz, Yo les he hablado de viva voz, ámense los unos a los otros. Han recibido de Mí, no guarden lo que han recibido. Llévenlo, no es para que lo dejen guardado, llévenlo a sus familias, y a sus vecinos. Háblenles según me han escuchado, y ustedes todos han recibido de Mí, soy vuestro Señor Jesús.
Si ustedes quieren el Santo Rosario de mi Madre amada, en el de ustedes, recíbanlo. Yo no les negaría la petición, que os me piden. Yo se las concedo, os doy el rosario de mi Madre amada. Recen pues, con fe, con el Santo Rosario de mi Madre Santísima en vuestra mano. Esta oración que es muy grata al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, orad hijos amados, meditando siempre. Desde la encarnación del Hijo de Dios, hasta el momento en que el Hijo de Dios, es bajado de la Santa Cruz, y entregado en los brazos de mi Madre muy amada. Yo soy el Señor Dios Todopoderoso que fui sepultado en un sepulcro, pero según la carne resucité. Soy Dios, el Espíritu nunca muere, el Espíritu vive. Solamente muere por el pecado, y os les digo, fui creado, como hombre, porque Yo lo quise. Más también fue resucitada mi carne, mi cuerpo, y ustedes en Mí, tienen resurrección. El espíritu muere por el pecado, Yo no tuve pecado, Yo soy un Dios de amor. Y os les digo, vine a vencer el pecado, el demonio, y la oscuridad. Más saben, también he venido a darles resurrección en el espíritu. Confíen en quien tanto les ama, y les ha redimido.
Son mi pueblo y Yo quiero mi pueblo en Mí. Ya no los quiero dispersos más, los quiero en Mí, Yo quiero ser en ustedes. Ustedes ya no son esclavos, porque Yo los he liberado de la esclavitud, ahora son reyes, son hijos del Rey de Reyes. Ustedes en Mí, son señores, porque ustedes son en Mí, y ya no los quiero dispersos, los quiero en Mí. Si pecan, no queden caídos, arrepiéntanse de su pecado, lloren mucho de arrepentimiento. Porque el Dios vivo, Dios verdadero, se duele tanto de ustedes, y me da una alegría tan grande, cuando ustedes se arrepienten y vuelven. No quiero que mueran, si les digo esto es por su bien, para que tengan vida y la tengan en abundancia, en el único Dios verdadero Jesucristo. Vengan, sean todos uno en Mí, vivan santamente, que muy pronto dejarán este mundo, y os vendrán al Reino de los Cielos. No me gusta que digan. > Quiero quedarme en un rincón, en el último lugar. > Nunca digan eso, esfuércense por ser mejores cada día. Y acuérdense que ustedes están fincando en el Reino de los Cielos, no construyan aquí, no les serviría. El que tenga oídos que escuche.
Aquellas almas que están alejadas, que están en pecado mortal, aquellos mis hijos que están perdidos, y dispersos, quiero que vengan. Dichosos los que van y llevan mi mensaje, dichosos los que están yendo a evangelizar. Dichosos los que recorren largas distancias llevando mi mensaje de vida, dichosos los que hacen tanto esfuerzo por llevar la buena nueva, en verdad les digo, que todo esto que me ofrecen en un amor desinteresado, Yo le doy mérito tan grande. Yo quiero que ustedes sean santos, santos entre los santos. Yo doy un mérito grande a vuestro esfuerzo, y a vuestra entrega.
Si ustedes mueren, es según la carne, porque el espíritu no muere. En Mí, no muere, tienen vida en Mí. Más les digo, y les he prometido la resurrección de la carne. Cuanto deseo que ustedes dejen este mundo, pero su misión no ha terminado, vivan santamente. Yo les he hablado de viva voz y les he hablado con la verdad, porque Yo soy la verdad, soy vuestro Señor Jesús.
Ustedes caminan por el mundo, dispersos, buscando que comer. Os les hablo de aquello que buscan, cuando solamente una cosa tienen que buscar, os el dar la gloria, la alabanza, y la adoración a vuestro Dios. Todo lo he creado y los he creado a ustedes en cada parte de su ser, todo forma un mismo cuerpo, y este cuerpo en Cristo, debe dar fruto. El fruto solamente se da en Cristo, muchos de mis hijos se preguntan si estan dando fruto. Pero, el fruto es bueno. Lo está comiendo tu hermano, es ese pecado, esas maledicencias, ese mal ejemplo, y esa invitación aquellos lugares de prostitución, y de pecado. El hombre se embrutece y os cae en el abismo. Ustedes ya conocen entre el bien y el mal. Yo les hago conocer el camino, abran su corazón al bien, y en ustedes habrá vida nueva. Y en esa vida nueva, ustedes darán fruto y el fruto será bueno y abundante, como el ciprés que está plantado a la orilla del río. Siempre estarán en todo momento verdes, hermosos
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Muchos no me ven como Dios, sino que me ven como un hombre solamente, y muchos más dicen, que no soy Dios. Pobrecitos hijos míos, cuanto deseo que todo mi pueblo me reconozca, como su Señor y Dios. Porque el que no me quiere reconocer como su Señor y Dios, no tendrá vida. Oren por ellos.
En verdad les digo que si fuera posible, Yo por cada uno de ustedes, pasaría una flagelación. Pasaría por esta mi pasión dolorosa, pero ya los he redimido de una vez y para siempre. Y aquel que ha aceptado mi redención tendrá vida.
Yo soy misericordioso y compasivo, y traigo a mis hijos a Mí. En todo momento les estoy hablando, mírate, eres creación Mía, te he creado a imagen y semejanza Mía. Estabas perdido y te busqué, te insistí tanto hasta que volviste. Ahora Yo en ustedes, y ustedes en Mí, vayamos a buscar almas.
Les amo.
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Si supieran cuanto los amo, si supieran que por amor, Yo vengo a ustedes. Cuanto deseo quedarme en ustedes, y cuanto deseo que ustedes me reciban. Cuanto deseo que ustedes quieran la purificación en ustedes. Cuanto deseo que vivan una vida de santidad. Cuanto deseo que ustedes en todo momento estén pensando. Qué sucederá, después de esta vida. Después de esta vida, habrá un juicio, y en ese juicio soy benévolo con ustedes, pues Yo fui juzgado y por ser juzgado, yo soy benévolo con ustedes en ese juicio. Pero quiero que se arrepientan, sin Mí no tuvieran salvación, sin Mí no hay salvación. Ustedes dirán. Señor, y antes de que tu vinieras, no había salvación. Y Yo les digo, Yo ya existía, Yo no tengo principio, ni tengo fin. Ciertamente quise redimirlos, haciéndome hombre en el vientre virginal de mi Madre muy amada, María Santísima. Pero YO SOY DIOS, no tengo principio, ni tengo fin. Somos uno el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, somos tres personas distintas, pero somos un solo Dios verdadero. Los tres estamos unidos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en un mismo querer, y en un mismo sentir. Somos uno solo, y una sola alianza. Más les digo, todos ustedes que son en Mí, son en mi Padre. Y los que me ven a Mí, han visto a mi Padre, y aquel que me ha visto a Mí, ya ha visto a mi Padre y le conoce. Benditos hijos amados, todo aquel que dice, Jesucristo es mi Señor. Y que vive según las Leyes de la Santa Iglesia Católica. Ustedes que viven según mi querer, y que están en obediencia a mi querer Divino, os les digo, en verdad son mis testigos. En verdad han creído en Mí. Si no están en mi Divina voluntad y están en su querer, y hacen lo que ustedes quieren, No me han conocido, y no están en mi Divina voluntad. Leyes os he dejado, y son divinas. Quiero que todos ustedes, unificados en una sola Iglesia, Santa, Católica, Apostólica, y Romana. Yo soy el Señor Dios Jesucristo y he unificado a mi Iglesia en Mí, permanezcan fieles a su Señor. Yo no he fundado, ni creado otras Iglesias. Esta es la única. Otras han sido creadas o fundadas por hombres, y aquel que crea en el hombre y no en Dios, estará como aquel que está dejándose guiar por un ciego, y van los dos al abismo. Arrepiéntanse de sus pecados, Yo el Señor Jesús les digo, soy el Señor Sacramentado Jesucristo. Después de hacer un examen de conciencia vayan, confiesen su pecado, que Yo doy la absolución por medio del sacerdote. Se los he dicho tantas veces y se los seguiré diciendo, porque muchos de mis hijos, hasta se han alejado y dicen. Eso yo ya lo se, yo ya lo he escuchado. Pero no lo están haciendo, simplemente dicen en una rebeldía. Ya lo se, ya lo conozco. Que tanto me están diciendo. Y Yo les digo, y no lo han hecho. Y si lo hacen, lo hacen cuando ustedes quieren, pero Yo lo que quiero es que estén en gracia de Dios, que estén siempre vigilantes, y despiertos. Si se los digo es porque los amo, no dejen que pasen días y días, en los cuales tengan el pecado en ustedes, el pecado es muerte. Si les sorprende la muerte en pecado, Qué van hacer hijos queridos. Si la gracia santificante está en ustedes, y con ustedes, pero no la aprovechan. Y se los voy a seguir diciendo, porque Yo el Señor Jesús, les estoy hablando de la vida eterna, les estoy hablando de la salvación de sus almas, y del perdón de sus pecados. Los llevo en mi amantísimo corazón, mi Padre los contempla en Mí. En Mí, ustedes no tengan temor, pues en Mí tienen la salvación que Yo he ganado para ustedes, por los méritos de mi Sagrada pasión tan dolorosa. Yo soy el Señor Jesús, y vengo a ustedes y les hago el llamado, no dejen que pase tan siquiera un día, nunca dejen que el pecado permanezca en ustedes. Si van a dormir en pecado mortal, en verdad les digo que en ese pecado mortal su espíritu está muerto. Allí está el mal dentro de ustedes, aquel que por el mismo quiere ir al lugar del castigo, no diga. El Señor no me redimió, a mi no me perdonó. Porque Yo te perdono, Yo soy Dios y te amo, y lo que quiero de ti, es que seas salvo en Mí. Soy tu Señor Jesús, alégrense todos ustedes que me están escuchando.
Yo soy el Señor quien vengo a ustedes, dichoso el que me recibe en su amantísimo corazón. Dichoso aquel que dice Jesucristo es mi Señor y lo dice en espíritu y en verdad. Dichoso todo aquel que abre su corazón al Señor Dios de la vida. Dichosos todos ustedes que con fe se han reunido en mi santo nombre. Dichosos todos ustedes que reciben en su corazón mi mensaje de vida, y lo viven. Dichosos todos ustedes que se han dado una cita de amor con el Rey de Reyes, y Señor de Señores, Jesucristo el Señor.
Se lo que hay en cada uno de ustedes, conozco sus necesidades. Conozco mejor que ustedes su querer, su sentir, su haber, su tener, su todo, sus deseos, sus sentimientos, y sus pensamientos. Todo lo se, nada me queda oculto, pero cuanto deseo que ustedes crean, y me crean. Y que ustedes en ese creer en su Señor, y en ese abandono, quiero que pongan toda su confianza y os digan. Señor, se que Tú quieres lo mejor para mi. yo no puedo comprender en mi poca humanidad, que es lo que más me conviene. solamente se, que no quiero llevar mi cruz de cada día. porque aquel le va bien, y a mi no. Cada uno de ustedes lleva una cruz, Y Yo les digo, todos ustedes son llamados a ser felices, aún en la enfermedad, y en el sufrimiento, porque Yo quiero que me entreguen su carga, quiero ser su cirineo, soy Jesucristo vuestro Dios. Yo no quiero algo malo para ustedes. Quiero lo mejor para ustedes, aún en la enfermedad, Yo les estoy purificando, estoy sanando esas heridas internas. Yo el Señor Dios Todopoderoso, les estoy preservando de la muerte eterna, preservándolos aún del tiempo en el Purgatorio. Yo a mis hijos los tomo en mis brazos, los llevo en Mí, al Padre Celestial. Mi Madre amada está con ustedes, no hagan sufrir a mi Madre Santísima, díganle cuanto la aman, y acompáñenla en la intercesión por todos los pobres pecadores, rezando el Santo Rosario, orando siempre, yendo al Santísimo y diciendo. Jesús aquí estoy, vengo a Ti, y quiero de Ti, para mi, Tu Divina voluntad. vengo a decirte, haz de mi lo que Tú quieras, solamente vengo a decirte que aquí está la familia que Tu me has confiado. los amo y me duelen mucho, pero más te duelen a Ti y más tuyos son, que míos. aquí están, te los vengo a entregar y a decirte que hagas de ellos como a Ti mejor te plazca, como tuyos que son. Tu eres muy bueno y Tu nos das a nosotros en tu bondad y misericordia, lo que más te place para cada uno de nosotros. No me gusta que me presionen, ni que me exijan, Yo quiero que con humildad me pidan, que confíen en Mí, y se abandonen en mi Divina voluntad.
Os Padre, os mis hijos han sido redimidos, les he redimido, y ellos en Mí son salvos. Yo he pagado ya la deuda de cada uno. El Espíritu Santo, Paráclito Divino es para cada uno de todos mis hijos. El Espíritu Santo para todos mis hijos, Yo no dejaría a uno de mis hijos sin Espíritu Santo. No dejaría a uno solo sin vida. Yo soy Dios y el Espíritu es para cada uno de ustedes. El Espíritu que procede del Padre y del Hijo. Alégrese el pueblo de Dios, alégrese, aquellos que con gran alegría alaban y bendicen al Espíritu Santo, Pidiendole. Y el Espíritu Santo que es el don del amor del Padre y del Hijo; en ustedes les hace hombres y mujeres nuevos. No quieran hacer las cosas en su voluntad, pobres hijos míos, se perderían. Hagan todo en la Divina voluntad, siempre en el Espíritu Santo, ofreciendo un sacrificio de amor, diciéndole, ven habita en mi, límpiame, y quédate en mí. Les beso y les doy mi paz.
Benditos sean todos aquellos, que en el secreto hacen el bien a sus hermanos, y dicen. todo por Ti, y en Ti. todo sea para Ti. Los quiero santos, y Yo me he quedado para santificarlos. Son santificados, en el arrepentimiento de sus pecados, y en el perdón de sus pecados, e iniciando una vida nueva, según la Ley Divina, y según el mandamiento nuevo, que les dejó Jesucristo. Ámense los unos a los otros, como Yo les amo. El pecado siempre está en la envidia, en la prepotencia, en querer ser más los unos que los otros, teniendo en ustedes la intención de destruir a su hermano, eso es pecado mortal. Y es muerte en el espíritu, nunca quieras un mal para tu hermano, porque tu mismo estas recibiendo el mal en el espíritu. Nunca desees un mal a tu hermano porque ya tu espíritu está muriendo. Si tuvieras tu espíritu agonizando, tú no ves tu interior, pero Yo te estoy hablando de viva voz, ámate, y ama a tu espíritu, mantenlo contento, alegre, y grato al Dios vivo, al Señor que te ha creado. Haz el bien a tu hermano, ámate tu mismo como propiedad de Dios que eres, tu eres hijo de Dios. De que les serviría poseer todas las cosas, todos los bienes terrenos, y el mundo entero, si tu espíritu estuviera muerto, si tu alma estuviera muerta, de que te valdría tener salud en tu cuerpo, y buscar siempre la salud con los mejores médicos. De que te serviría, vestir regiamente, de que te serviría tener un palacio, si en el último día, tu solamente recibirías una sentencia. No te conozco, nunca te vi. Soy tu Dios quien te dice, si tu quieres permanecer en el mal, el mal te destruirá. Yo no he venido a destruirte, Yo no he venido a condenarte, el mismo mal te condena. Yo no te condeno, antes bien, vine a librarte de la condenación eterna, Yo soy Dios Todopoderoso, Yo no vendría a condenarte. Cuando Yo he venido a redimirte, a librarte de la condenación eterna, en Mí eres salvo. Yo he venido a salvarte y me he quedado aquí, para que tú en Mí, seas hombre, y mujer nueva. Yo quiero hacerles saber que estoy con ustedes, y haciéndoles saber, que Yo quiero llevar la carga de cada uno. Tu no podrás por ti mismo, llevar esa cruz de cada día. Tu no podrás, miren cuantos de mis hijos trabajan y están renegando, y maldiciendo. Cuando deberían de estar agradecidos ante el Señor, dándole las gracias, porque tienen un trabajo. Porque de ese trabajo viven ellos y sus familias, según la carne. Cuanto deseo que el hombre, y la mujer que trabajan, en su trabajo estén alabando a su Señor, a su Creador, dándole las gracias, y os diciéndole. Bendito seas Señor, porque me das la alegría de poder trabajar. las fuerzas, y la esperanza en Ti. el cansancio es mucho, pero Yo te lo ofrezco Señor, tómalo y dale el mérito que Tu quieras darle. Y os les digo en esa ofrenda hermosa, Yo el Señor estoy haciendo mi obra, no solamente en él y su familia, sino en muchos. Los traigo de la oscuridad a la vida, dándoles el don del arrepentimiento. Se los doy a todos, pero muy pocos abren su corazón. Yo os doy mérito y los hago corredentores en Mí, en su gran sacrificio ofrecido, con el amor de los hijos de Dios, a su Padre.
Ustedes son ovejitas de mi rebaño, y Yo no dejo a mis ovejitas. Si Yo veo a una ovejita herida, Yo sano sus heridas. Si una ovejita está cayendo al abismo, presuroso voy la saco de lo profundo y la traigo al redil. No dejaría a mis ovejitas en manos de sus enemigos. No lo haría, porque les amo.
Pobrecitos hijos, muchos dicen. el Señor se ocupará de nosotros, habiendo tantos. Cada uno de ustedes es único para Mí, todos ustedes se dividen por estirpe de sangre, pero todos son unificados en una estirpe Divina.
Benditos hijos amados que con fe dicen. Señor aquí estoy, Tu sabes de mi todo. Yo te pediría muchas cosas y te las pido, pero Tu me darás en tu amor, aquello que más necesito, esperaré en Ti, te amo.
Ciertamente todo bien les viene de Mí, quiero que tu mismo me hables en tu interior, que Yo el Señor todo lo se, pero me gusta mucho que me confíes tu querer también, aún lo que Yo ya se. Yo quiero darte mi paz, recíbela hijo, Yo tu Señor te la doy, nadie te la puede dar. Solamente tu Señor Dios, a quien tu amas, y tu amas con mi amor.
Si está pronta la discusión, déjala, quizá por tu cuenta no puedas, pero en ese momento habla y dime. Señor ayúdame, no me dejes caer. Invoca a María Santísima y dile. > Madre mía, protégeme. todo poder se te ha dado, para que Tú como Madre nuestra, nos protejas de todos aquellos enemigos, que nos quieren hacer daño en este momento. > Habla con fe, que Yo estoy pronto y María Santísima, intercede por ti, y no te dejará, en manos de tus enemigos.
Tu has sido salvado, al precio de sangre de mi amado Hijo Jesucristo. Pues mi Hijo está pronto y os dice, Padre mío, liberemos a mis hijos, ellos no saben lo que hacen. Oh Padre, míralos en Mí y perdonémosles sus pecados. Mira ellos se han arrepentido de todo corazón, Padre, ellos me han escuchado, que en el Sagrado Sacramento de la confesión, esa reconciliación en Dios con su creatura. Yo les doy vida nueva, soy vuestro Señor Jesús, que estoy intercediendo por ustedes ante mi Padre Celestial. Y ustedes que son míos, que son en Mí, como Cuerpo Místico, como Iglesia, y Yo soy la cabeza de todos ustedes. Es incomprensible quizá para ustedes, la Iglesia, mi Iglesia con ustedes y Yo soy la cabeza, y ustedes forman mi Cuerpo Místico. Yo los libero de la oscuridad, les doy vida nueva, les doy purificación interior. Vivan santamente, tengan horror al pecado. Les beso, soy vuestro Señor Jesús.
Sigan llevando la buena nueva, el llamado se les hace a todos ustedes. Todos ustedes son llamados a trabajar, para el Reino, aún ustedes que dicen. > yo no se nada Señor. > Ustedes saben porque han escuchado mi voz, Yo les he hablado de viva voz, ámense los unos a los otros. Han recibido de Mí, no guarden lo que han recibido. Llévenlo, no es para que lo dejen guardado, llévenlo a sus familias, y a sus vecinos. Háblenles según me han escuchado, y ustedes todos han recibido de Mí, soy vuestro Señor Jesús.
Si ustedes quieren el Santo Rosario de mi Madre amada, en el de ustedes, recíbanlo. Yo no les negaría la petición, que os me piden. Yo se las concedo, os doy el rosario de mi Madre amada. Recen pues, con fe, con el Santo Rosario de mi Madre Santísima en vuestra mano. Esta oración que es muy grata al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, orad hijos amados, meditando siempre. Desde la encarnación del Hijo de Dios, hasta el momento en que el Hijo de Dios, es bajado de la Santa Cruz, y entregado en los brazos de mi Madre muy amada. Yo soy el Señor Dios Todopoderoso que fui sepultado en un sepulcro, pero según la carne resucité. Soy Dios, el Espíritu nunca muere, el Espíritu vive. Solamente muere por el pecado, y os les digo, fui creado, como hombre, porque Yo lo quise. Más también fue resucitada mi carne, mi cuerpo, y ustedes en Mí, tienen resurrección. El espíritu muere por el pecado, Yo no tuve pecado, Yo soy un Dios de amor. Y os les digo, vine a vencer el pecado, el demonio, y la oscuridad. Más saben, también he venido a darles resurrección en el espíritu. Confíen en quien tanto les ama, y les ha redimido.
Son mi pueblo y Yo quiero mi pueblo en Mí. Ya no los quiero dispersos más, los quiero en Mí, Yo quiero ser en ustedes. Ustedes ya no son esclavos, porque Yo los he liberado de la esclavitud, ahora son reyes, son hijos del Rey de Reyes. Ustedes en Mí, son señores, porque ustedes son en Mí, y ya no los quiero dispersos, los quiero en Mí. Si pecan, no queden caídos, arrepiéntanse de su pecado, lloren mucho de arrepentimiento. Porque el Dios vivo, Dios verdadero, se duele tanto de ustedes, y me da una alegría tan grande, cuando ustedes se arrepienten y vuelven. No quiero que mueran, si les digo esto es por su bien, para que tengan vida y la tengan en abundancia, en el único Dios verdadero Jesucristo. Vengan, sean todos uno en Mí, vivan santamente, que muy pronto dejarán este mundo, y os vendrán al Reino de los Cielos. No me gusta que digan. > Quiero quedarme en un rincón, en el último lugar. > Nunca digan eso, esfuércense por ser mejores cada día. Y acuérdense que ustedes están fincando en el Reino de los Cielos, no construyan aquí, no les serviría. El que tenga oídos que escuche.
Aquellas almas que están alejadas, que están en pecado mortal, aquellos mis hijos que están perdidos, y dispersos, quiero que vengan. Dichosos los que van y llevan mi mensaje, dichosos los que están yendo a evangelizar. Dichosos los que recorren largas distancias llevando mi mensaje de vida, dichosos los que hacen tanto esfuerzo por llevar la buena nueva, en verdad les digo, que todo esto que me ofrecen en un amor desinteresado, Yo le doy mérito tan grande. Yo quiero que ustedes sean santos, santos entre los santos. Yo doy un mérito grande a vuestro esfuerzo, y a vuestra entrega.
Si ustedes mueren, es según la carne, porque el espíritu no muere. En Mí, no muere, tienen vida en Mí. Más les digo, y les he prometido la resurrección de la carne. Cuanto deseo que ustedes dejen este mundo, pero su misión no ha terminado, vivan santamente. Yo les he hablado de viva voz y les he hablado con la verdad, porque Yo soy la verdad, soy vuestro Señor Jesús.
Ustedes caminan por el mundo, dispersos, buscando que comer. Os les hablo de aquello que buscan, cuando solamente una cosa tienen que buscar, os el dar la gloria, la alabanza, y la adoración a vuestro Dios. Todo lo he creado y los he creado a ustedes en cada parte de su ser, todo forma un mismo cuerpo, y este cuerpo en Cristo, debe dar fruto. El fruto solamente se da en Cristo, muchos de mis hijos se preguntan si estan dando fruto. Pero, el fruto es bueno. Lo está comiendo tu hermano, es ese pecado, esas maledicencias, ese mal ejemplo, y esa invitación aquellos lugares de prostitución, y de pecado. El hombre se embrutece y os cae en el abismo. Ustedes ya conocen entre el bien y el mal. Yo les hago conocer el camino, abran su corazón al bien, y en ustedes habrá vida nueva. Y en esa vida nueva, ustedes darán fruto y el fruto será bueno y abundante, como el ciprés que está plantado a la orilla del río. Siempre estarán en todo momento verdes, hermosos
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Muchos no me ven como Dios, sino que me ven como un hombre solamente, y muchos más dicen, que no soy Dios. Pobrecitos hijos míos, cuanto deseo que todo mi pueblo me reconozca, como su Señor y Dios. Porque el que no me quiere reconocer como su Señor y Dios, no tendrá vida. Oren por ellos.
En verdad les digo que si fuera posible, Yo por cada uno de ustedes, pasaría una flagelación. Pasaría por esta mi pasión dolorosa, pero ya los he redimido de una vez y para siempre. Y aquel que ha aceptado mi redención tendrá vida.
Yo soy misericordioso y compasivo, y traigo a mis hijos a Mí. En todo momento les estoy hablando, mírate, eres creación Mía, te he creado a imagen y semejanza Mía. Estabas perdido y te busqué, te insistí tanto hasta que volviste. Ahora Yo en ustedes, y ustedes en Mí, vayamos a buscar almas.
Les amo.
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