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Creen que es mucho lo que ustedes, me están dando como carga. No saben, que Yo por ustedes, me entregue, padecí y morí. Acaso habrá algo más, que mi Sagrada pasión tan dolorosa. Cuando desangrado, escarnecido, y cuando en ese dolor infinito de toda mi Divinidad, Yo llevaba la santa cruz por amor a ustedes. Me duele mucho que ustedes pequén. Siento un dolor infinito, y saben porque, porque son miembros de mi Santísimo Cuerpo. Os les digo, siento un dolor tan infinito, cuando ustedes pecan, un gran misterio para todos ustedes. Ustedes que dicen. > Yo soy yo, yo camino, y hago. Nadie me ve. - y Yo les digo, aunque el gran pecador, se deje llevar por su querer, y vaya en camino equivocado. Yo voy con el, y nunca lo dejo, siempre voy hablándole, arrepiéntete de tu pecado, vuelve hijo. Más os les digo, ustedes forman mi Cuerpo Místico.
Cuiden su salud, Yo les he confiado un cuerpo, para que ustedes lo cuiden. Nadie quiere un mal para su propio cuerpo. Yo lo pregunto, y ustedes presurosos me van a decir: > no Señor. -Más Yo les digo, que muchos se convierten en sus propios enemigos, aún de sus cuerpos. Porque muchas enfermedades no vienen de Mí, son provocadas por el mismo hombre. Cuando Yo lo he creado todo, para que ustedes estén sanos, para que coman de los alimentos, que Yo he creado. Miren, todo ha sido creado, para que coman ustedes y los suyos. Pero muchos de mis hijos, en esa misma contaminación, están comiendo todos aquellos alimentos, sin prepararlos higiénicamente. Los preparan, no tomando las medidas de higiene debidas. Todo háganlo pensando. > Me voy a enfermar. Cuido yo de mi cuerpo. Cualquier infección me puede traer sufrimiento, y dolor en la enfermedad. -Os así, cuiden a sus familias, e hijos. Muchos de mis hijos alimentan a sus pequeñitos, con alimentos procesados, y os les hacen tanto daño. Si les digo esto, es para que se cuiden de lo que Dios les ha confiado, su salud y cuerpo, así cuiden también su Espíritu, con un celo de aquel que va a perder un gran tesoro. Pues os les digo, hay muchos enemigos que los rodean, y buscan el momento de un descuido para hacerles caer, y entrar. En verdad les digo, entran, se quedan, y hacen mucho daño, y si lo permiten, pueden hacer mucho daño en su salud física. Son espíritus, los cuales son seres vivos. Piensan que un espíritu entro en ustedes, y lo dicen con tanta naturalidad. En verdad les digo, es un gran enemigo dentro de ustedes, es un ser vivo, un ser que existe, y que les odia. Es un ser pestilente, un ser que enferma, eso es el pecado. Son seres que entran, No podran hacer nada con esos seres dentro. Les van a estar hostigando a hacer el mal, en su mente y corazón, induciéndoles al pecado siempre. A la ira, a hacer mal a su misma familia, y vecinos. Muchos de ustedes solamente ven su exterior, se ven en el espejo, pero no ven su interior. Yo les digo, son seres y espíritus, que entran en ustedes. Cuiden pues, la puerta de entrada, cuídense hijos amados, no dejen entrar en ustedes el pecado. No digan, pequé, y Luego me confieso. Lo toman con mucha naturalidad, pero son enemigos que ya dejaron entrar en ustedes. Muchos de mis hijos duermen con legiones de enemigos, dentro de ellos, están miles de espíritus oscuros. Ustedes esperan sentirlos como humanos, y como carne, pero son espíritus. Os les digo, un espíritu en un cuerpo; cuerpo, alma, y espíritu, están unificados. Sale el espíritu, y el cuerpo queda inerte. Qué harán con tantos espíritus, los cuales querrán manejarles, e inducirles, a toda clase de pecados. Si les hago saber esto, es para que no estén en la ignorancia. Cuando ustedes vayan a pecar, sepan que va entrar uno, varios, o muchos espíritus en ustedes, ya les digo, son seres vivos que querrán disponer de ustedes, y hacerles mucho daño. Soy vuestro Señor Jesús.
Soy el Señor aquí con ustedes. Estoy entre ustedes, y quiero ser en ustedes. Quiero que estén todos unificados en Mí. Quiero que ninguna ovejita esté dispersa, quiero que estén unificados, en el mismo amor de Cristo. Quiero que se ayuden, y se sirvan los unos a los otros. Cuando alguno esté necesitado de otro, vaya en el amor de Cristo, visítense, y ámense en el amor de Cristo. Ustedes mis hijos, no se sientan más que los demás, sino antes bien, servidores los unos de los otros, como Cristo vino a servirles. Quiero que oren los unos por los otros, cuando esté enfermo uno de ustedes, visite al otro, el que está sano, vaya y diga, en que te puedo ayudar. Yo quiero que sean un grupo de unificación. Si alguno por enfermedad, no puede hacer su quehacer, Yo quiero que ustedes mismos, vayan, y se ayuden los unos a los otros. Está es mi Divina voluntad hijos amados, vayan y ayúdense, ámense los unos a los otros. No esperen pago alguno, porque el pago Yo se los doy. En verdad se los digo, que nada quedará sin recompensa. Quiero que se visiten los unos a los otros, Yo quiero por medio de ustedes, darles aliento de vida. Quiero que comenten, y hablen en lo que está mal, y lo que está bien, porque Yo quiero que en el Espíritu Santo, se evangelicen entre ustedes mismos, y oren una familia por otra, porque Yo los he unificado en Mí. Este es un grupo de oración, el que Yo con amor formé, Ya pensaba, que todos se amaran, en mi mismo amor. Les digo, mi Madre Santísima solícita, y presurosa fue. Más Yo fui en ella, y fuimos los dos, fuimos a servir a la que estaba en cinta, a ella, que por estirpe de sangre, éramos familia. Más todos son mi familia, todos una familia en Cristo; ustedes ya no están a oscuras, ya son hijos de la luz. Me han escuchado de viva voz, y ya me conocen; María Santísima, y Yo el Señor Jesús, los dos unidos, en Dulcísimos corazones, fuimos presurosos a atender a la que estaba en cinta, hasta que ella dio a luz. Mas en mi plan, plan de Dios, era de que el Santo profeta Juan, fuera fecundado, y lleno del Espíritu Santo, el que iba a preparar el camino, y sería testigo de la luz, y asi lo fue. Hagan lo que Yo les pido, unifíquense, si alguno de ustedes necesita de ayuda, háblense los unos a los otros. Yo quiero que sea un grupo de amor, unificación, caridad, y de consolidación en Cristo Jesús. Si alguno no tiene para comer, como la familia de Cristo, quiero que se ayuden. Que no les falte el pan de cada día, a ninguno de ustedes. Está es mi Divina voluntad. Ahora cada uno de ustedes, está orando el uno por el otro, y me da mucha alegría, es unificación entre todos ustedes. Más sepan, que a satán le da rabia, una rabia, y odio infinito, en que ustedes haya unificación en Cristo, que soy el amor. Hijitos amados, Satán dice: > Si meto la cola aunque sea, si por medio de alguno puedo entrar, podría hacer un desastre. Podría hacer una gran división, podría yo terminar hasta con este grupo de oración, que tanto odio. Más es el Dios de ellos, quien les está hablando de viva voz, y ellos están escuchando la verdad, la que tanto odio. - Esto es lo que habla satanás, tiene mucho odio, por eso quiero que permanezcan unificados en el amor, en oración los unos por los otros, y en esta ayuda de servicio. Aquí estoy con ustedes, Yo soy el Señor, y quiero ser en cada uno. Quiero que ustedes quieran ser en Mí, que Yo en ustedes, y ustedes morada Mía.
Vienen tiempos muy difíciles, se avecinan tormentas, en las cuales muchos de mis hijos dirán: > Que es lo que está pasando. -Hay muchos ciegos, y van por el mundo, haciendo toda clase de mal, cometiendo toda clase de atropellos, cada uno lleno de espíritus oscuros, y pestilentes, los cuales les guían, y les aconsejan. Les digo, ustedes que están en Cristo, como Cuerpo Místico de Cristo, no tengan temor. Yo estoy al pendiente de ustedes, cuido de ustedes, y les iré aconsejando, y les diré también cuando sea el tiempo de tormenta. Les digo, tiempo de desolación, de enfermedad, de angustia, de hambruna, y de pobreza. Porque el hombre no quiere entender, cada día se va alejando más, se va perdiendo más. Cada vez se van desviando, más almas del camino. Ya es tiempo hijos.
> Benditos sean, Yo les bendigo como vuestra Madre, y ustedes como mis hijos. Estoy con ustedes siempre, les amo. A donde van Yo voy. Digo a mis hijos pobres pecadores, cuanto deseo que éstos mis pobres hijos volteen. Si volteen su rostro del camino equivocado, al camino de la luz. Siempre los estoy protegiendo, aunque sean grandes pecadores, pero muchos prefieren el mal, y la destrucción. Y algunos, con mucha tristeza lo digo, prefieren el infierno, me duelen mucho, pero dicen: > No me estén con necedades. Nadie ha visto el cielo. Esos cuentos de gente. Yo nací para ser rey, y yo viviré como rey en este mundo. Aún así destruyendo, que importa la vida de un hombre. Simplemente le quito la vida, muere, y vuelve a la nada. Quitaré de mi camino a todos aquellos que se interpongan, para que yo sea grande. > éstos mis hijos amados, escuchan siempre, vuelve al camino. Más mis pequeños se obstinan, siempre quieren el reinado en este mundo, entre comillas. Pues siempre están sufriendo de persecución, y no duermen por la noche. Pues muchos enemigos visibles e invisibles les quitan la paz. Ellos mismos, los que dicen ser libres, y buscar su grandeza aquí, son los más mendigos. En verdad les digo, siempre están cuidándose de sus enemigos, ellos que dicen querer a sus familias, son sus propios enemigos. Más crean, Yo siempre estoy con ellos, y les hablo. Más no quieren escuchar más voz, que la del mundo, la del demonio, y la de ellos mismos. Y mueren en pecado mortal. En verdad les digo, que nadie muere en la ignorancia, porque aún en el último momento, como un Padre amantísimo, el Señor que les da la vida, siempre está diciéndoles. - Arrepiéntete de tu pecado, no quiero que mueras. Mira que ya ha sido saldada tu cuenta. Arrepiéntete. > Más algunos, no quieren la salvación de su alma. Simplemente quieren seguir viviendo, para seguir en su vida de maldad, y muchos mueren. Aún en el Juicio final, el Señor Dios llora. No lo ven, pero lo escuchan, y os les dice: - Hijo amado me dueles mucho, pero tu has decidido ir al lugar de castigo. > Y muchos de mis hijos en su rebeldía, estando el mal aún en ellos, siguen maldiciendo aún, a su Señor Dios que les dio la vida. Los contemplo cuando se van, me lleno de dolor, y lloro. Más ellos aún en su rebeldía, siguen el camino del mal. Aún después de saber, que el Señor Dios Todopoderoso les quiere como sus hijos, y quiere la salvación de sus almas. Yo vuestra Madre, Madre de todos mis hijos, estoy intercediendo siempre por cada uno de ustedes, por cada uno de los que ya están dando cuenta, aún en el tiempo que son juzgados. Yo soy vuestra Madre hijos amados, y les hablo de viva voz. Cierren la puerta, no vaya a ser que satanás venga, y toque, hablándoles al oído primeramente, tratando de que le dejen entrar. Si pasa uno de sus hermanos les dice: > Mira, anda todo el día en la calle. Mira que callejero, ven vamos a hablar de el. > Les hablo de la crítica, de la crítica terrible, y les hablo también que de la crítica sigue a la calumnia, el envenenamiento de unos a los otros. Satanás sabe, que por medio de uno que critíca, y por medio de uno que calumnia. Puede acercar a muchos en el pecado, y en la muerte eterna, aquellos que no se arrepienten. Porque son tan contaminados, por aquel que critíca, por aquel que maldice, y que calumnia. Está robándole la honra a otro, y ese mismo en el que ha sido robada su honra, en su enojo empieza a maldecir. Les hablo esto, para que ustedes no caigan en la trampa de satanás, antes bien, cuando alguno quiera hacerles caer, díganle. > Vamos orando. Recemos un padre nuestro por nuestros hermanos, el cual tu me estás diciendo que anda mal. Mira que satanás, puede hacernos caer, a ti y a mi. Mejor vamos orando, y a pedirle a Dios, que calle nuestra boca al mal, y hagamos el bien a nuestros hermanos. > Éstos son los hijos de Dios, éstos son los que en ellos está el Espíritu Santo, soy vuestra Madre María Santísima.
Nunca hablen de aquel sacerdote, nunca, porque el Señor los llamará a cuentas. Si alguno les habla mal de un sacerdote, digan. > Es un siervo de Dios, y muy necesitado está. Oremos por él. > Así, no abrirán la puerta a satanás, sino antes bien, será cerrada aquella puerta, de aquel que quiso hacerles caer en el pecado, El que ya ha sido contaminado por Satán. Ámense y cuídense los unos a los otros. Acuérdense que satanás, querrá en todo momento hacerles caer, también en la idolatría. El hacer de su dios, aquel o aquella cosa, aquel objeto, ustedes mismos, os les digo, no caigan en la idolatría. Mis pequeñitos, mis muy amados, no usen ropas las cuales sean insinuantes, y hagan caer a sus hermanos en el pecado, porque ustedes van a dar cuentas. En verdad les digo, darán cuentas de todos aquellos malos pensamientos, y todos aquellos que cayeron hasta en el adulterio, de aquellos, que cayeron en la fornicación. Cuiden su cuerpo, como templo santo de Dios. No usen escote las mujeres, los cuales muestren sus carnes, usen sus vestidos y blusas con mangas. Hijas amadas, si usan pantalón, no lo usen entallado, porque es muy desagradable al Dios Altísimo. Usen sus pantalones, en los cuales no muestren aquellas partes íntimas, no muestren aún, sus piernas en su grosor. Simplemente usen ropa, en la cual cubra su cuerpo, y no sea insinuante. Los hombres no usen ropa las cuales muestren sus genitales. No las usen hijos amados, porque os les digo en verdad, que si ustedes hacen caer en el pecado de adulterio, aún con el pensamiento, van a dar cuentas. Hombres y mujeres, usen ropa en la cual sus cuerpos, no vayan a ser motivo en que algunos abran puertas, y entre satanás, en ellos. Yo les hablo hijitos amados, soy vuestra Madre María Santísima, cuidaos mucho los unos a los otros, aconséjense, y busquen estar en obediencia. Busquen estar en la verdad, ámense los unos a los otros, y practiquen obras de misericordia, en el mismo amor en Cristo. Lleven una vida de oración, sean misericordiosos, frecuenten de ser posible, los Sacramentos todos los días. Sean eucarísticos, pues les digo hijos, porque vienen tiempos difíciles, tanto en lo espiritual, como en lo físico. Tanto en lo mental, ustedes son hijos de Dios, pues vivan como hijos de Dios. Saben mis hijos, que muchos están cayendo diario al infierno, por hacer caer a muchos de sus hermanos en pecado de adulterio, y que muchos mueren en ese pecado. Cuídense pues, los unos a los otros, amen mucho sus cuerpos, en este amor en Cristo. Porque ustedes son miembros del Cuerpo de Cristo. Yo les amo, son mis hijos, y Yo soy vuestra Madre, benditos sean todos hijitos amados. Su tiempo está medido, no saben el día, ni la hora en que Dios Altísimo, les va a llamar a cuentas. Piensen cada día en ese examen de conciencia, pidiendo al Espíritu Santo. > Me pregunto, Que hice mal, que hice bien. ¿Acaso ofendí a mi Señor? Mañana seré mejor. Cuantas obras de misericordia hice. Cuanto tiempo ofrecí a mi Señor, en oración por todos mis hermanos, suplicando por la conversión de los pobres pecadores. A cuantos niños los cuales no tenían de comer, les di un taco, y un poco de leche. > Os les digo, compartan lo que el Señor con amor les ha dado. Os les digo, renumerado será en el Reino de los Cielos, les amo, soy vuestra Madre María Santísima. Les beso, y les traigo a mi amantísimo corazón. Yo los llamo mis hijos buenos, porque están en Cristo, en este lugar en el cual se dan una cita de amor, con el que les ama, Jesús de Nazaret.
Con cítaras y tamboriles, y con arpas, alabad al Señor con todo su corazón, con toda su mente, con todo su ser, con todas sus fuerzas, y con todo lo que son. Hijos amados benditos sean, soy vuestra Madre que tanto les amo, y estoy intercediendo por ustedes, e intercedo por este grupo de oración, al que tanto amo, y tanto odia el mal. Os cuídense los unos a los otros, porque satanás, en todo momento quiere enviar, aquellos servidores que tratan de dividir, y tratan de terminar con la obra que Dios, hace por medio de ustedes. Soy vuestra Madre María Santísima, les cubro con mi manto, y les cuido. Permitan que Yo les cuide, no se dejen llevar por ustedes mismos, ni por su querer. Siempre en el Divino querer del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. El Espíritu Santo con ustedes, mi amantísimo esposo, con ustedes, el Señor de la vida, les amo.
-Los hijos de Dios, ofreced la pureza de vuestros corazones. Saben, Yo el Señor Todopoderoso a estos, les doy un mérito grande, el mérito por su sacrificio ofrecido, y os bendigo su descendencia, porque están ofreciendo por amor a su Señor, todo sacrificio. Y aquellos mis hijos los que dicen. > Señor, yo no puedo vivir solo. - Y Yo les digo, es satanás quien te está mal aconsejando, porque en Mí, tu todo lo puedes. En verdad te lo digo, porque en Cristo tu Señor, todo lo puedes. Y tú estás fornicando, y apartándote del camino. Estás profanando la propiedad de Dios, el templo vivo de Dios, que es tu cuerpo, Y estás haciendo caer a otro. pues Yo les digo hijos amados, dichoso todo aquel que por su Señor, se abstiene del pecado, y hasta ofrece sacrificio, en lo que es lícito.
Ninguno de ustedes ha venido al mundo, para ser esclavo. Sino todos ustedes, han venido para ser reyes en Cristo Jesús. Quien está en Cristo Jesús, en mi Santo nombre, harán cosas grandes y maravillosas. Yo les dije, ustedes harán cosas más grandes, y maravillosas de las que Yo hice, porque Yo mismo, las estoy haciendo por medio de ustedes, que me lo permiten.
Mediten en mi Sagrada pasión tan dolorosa, quiero que me la ofrezcan. Yo se los pido, más no los obligo. Si ustedes por amor, quieren meditar y adorar, mi Sagrada pasión tan dolorosa, en cada uno de los misterios del Santo Rosario, os les digo benditos sean, soy vuestro Señor Jesús.
Ustedes que están en adoración y meditación, a mi Sagrada pasión tan dolorosa, el precio que Yo pagué, por el perdón de sus pecados. Todo aquel que adora mi Sagrada pasión tan dolorosa, tan siquiera una vez en su vida, le será tomado en cuenta por el perdón de sus pecados. Ustedes que con corazón sincero, me están ofreciendo, adoración, meditación y oración. Benditos hijos que adoran a su Creador, a su Redentor, y Santificador. Bendito el pueblo de Dios, que se reúne con su Señor.
Mis hijos amados, en esta flagelación, me doy todo por ustedes. Caen mis trozos de carne, mi sangre Preciosa derramo, mis huesos son flagelados. En mis huesos Santísimos, sufro cruelisísimos dolores. Hay hombres fuertes, que vienen y me jalan, mi Divino rostro con crueldad, me escupen, y recibo toda clase de ofensas. Pasan algunos y me patean, mis santísimos huesos desnudos, escarnecido estoy, mediten hijos. Soy vuestro enamorado, Cristo Jesús, quien me doy, y permito esta flagelación, por amor a ustedes, para que ustedes en Mí, sean salvos. Derramo mi sangre Preciosa, gota a gota, de mi Sagrada cabeza, en cruelísimos dolores. Todos los golpes que Yo recibí, y las heridas que recibí en mi cabeza, casi todas fueron mortales. Penetraban hasta lo profundo de mi Sagrada cabeza, estoy coronado de espinas, en cada golpe que recibo, siento cruelisísimos dolores. Es más la crueldad de mis hijos, y el odio en sus corazones, siento un dolor grande, cruelisísimo, saber que mis hijos están muertos. En ellos hay muerte, ellos no son hombres, son bestias. Y os les digo, que la bestia es satanás. Cada una las espinas traspasan mi Sacratísima cabeza, las espinas son tan grandes, que traspasan mi Sacratísima frente, y traspasan mi Sacratísimos ojos. Yo soy Jesús quien les digo, adoren mi Sagrada pasión tan dolorosa. Tomo la cruz, la cruz es muy pesada, y estoy demasiado débil, demasiado dolido. Mi Santísimo hombro está escarnecido, y la Santa Cruz me causa cruelisísimos dolores, estoy lleno de dolor. Llevo la Santa Cruz con amor, Yo el Santísimo, el Purísimo, el sin mancha, Yo se lo ofrezco a mi Padre Celestial, por cada uno de ustedes, todos mis hijos, adoradores de mi Sagrada pasión tan dolorosa.
Soy el Señor quien les ha redimido. Soy el Señor que les lavo, con mi Sangre Preciosa. Son mi familia muy amada, familia de Cristo Jesús, y de mi Madre, María Santísima, como Madre vuestra, y ustedes sus hijos. Tomen su cruz de cada día, y síganme con amor.
Yo soy camino, verdad, y vida.
Les amo.
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